La chica se abrazaba a sí misma tratando de ignorar la voz que le decía o más bien le ordenaba causar daño. Sus padres habian insistido en que ella acudiera con un psicólogo que la diagnóstico con esquizofrenia sin imaginar que realmente la chica oía aquella voz.

No importó ningún tratamiento o medicina, nada hacia que aquella voz se fuera, así paso el tiempo hasta que el psicólogo al no ver mejoría considero el hecho que la joven estuviera inventando todo.

Todo hubiera estado bien si sólo sus padres no lo hubieran tomado tan mal.

-¡¡NO PUEDO CREER QUE NOS HAYAS MENTIDO!!-Grito su padre furioso.-¡¡NO SABES LA HUMILLACION QUE PASAREMOS POR ESTO TWILIGHT!!

La chica miraba con terror a su padre pues parecía que explotaria en cualquier momento.

-Papá yo no...- trato de hablar pero fue rápidamente callada por una bofetada.

-¡Sabía que era mala idea cambiarte de escuela!- dijo mirando con enojo a su hija.

Twilight tocaba su mejilla adolorida por el reciente golpe y miro con sorpresa a su padre quien nunca la había golpeado hasta ese día.

-¡Pero mañana mismo vuelves a la preparatoria cristal!- dijo haciendo que la chica sintiera miedo de perder lo único que realmente la hacia pertenecer a algo.

-No.. por favor... papa..- suplico con la voz entrecortada.

-No estoy pidiendo tu opinión ya está decidido.- dijo el hombre con una voz firme.

"Eliminalo"

Una voz le susurró y su mirada se tornó oscura. Los objetos que se encontraban junto a la joven comenzaron a moverse levemente, una pequeña luz comenzó a salir de la frente de ella y eso fue suficiente para asustar al hombre.

-¿Que demonios?- dijo alejándose de su hija.

El la mente de la joven se encontraba la idea de mandar a otra dimensión a su padre, pero una imagen de una peli roja la hizo detenerse... esto no es lo que ella quisiera.

"¿Que haces? ¡No te detengan ahora!"

La voz grito y Twilight tapó sus oídos.

-Déjame en paz!-Grito asustando más a su padre.- ¡Tu no eres más que un parásito!- grito sacudiendo su cabeza violentamente como si eso fuera suficiente para hacer que aquella voz se detuviera.

**********

Sus ojos se abrieron mostrando una profunda oscuridad y una sonrisa vacía adorno su rostro.

Frente a ella se encontraba un unicornio oscuro, quien seguía a la pony ciegamente.

-Sombra.- dijo con una voz tranquila.

-A sus órdenes.- dijo el pony.

-Quiero a las princesas.- dijo mirándolo con seriedad.- Quiero más magia.- dijo y el unicornio asintió.

Midnight sabía que su tiempo se agotaba, podía sentirlo desde que realizó aquel ritual hace unos años atrás.

Pero no se iría sin cumplir su único objetivo desde que despertó, comprender toda la magia.

Su único deseo.