Esto no es una pesadilla,

mucho menos una mentira,

esto es la realidad

de la que no se puede despertar.

Queremos que sea un sueño,

que al abrir los ojos

este igual que antes todo

pero no es así, esto

queremos oler a rosas,

no a pólvora

y que sean bonitas las cosas.

Amaríamos si esta sociedad,

fuera más igual

sin deferencias sexuales o étnicas

no encontrar huérfanos,

ni niños perdidos en bombardeos,

con eso no puedo.

La única buena arna,

es la palabra

lo aprendimos, no mata,

por mucho que sea mala.

Bien hace daño

más se cura con los años,

y quizá sin mucho trabajo,

solo el olvido,

sin embargo, eso tan reñido,

la guerra, difícil no recordar,

lo que acaba de pasar.