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Después de descartar a sus amigas como sospechosas, Fluttershy no tenía idea de quién podría ser (como se ha dicho antes, ejem)
Dejó de investigar luego de hablar con Trixie, y es que todo sucedió de manera tan rápida que no puede creer que Sunset Shimmer le haya estado enviando cartas por más de un mes creyendo que su casillero era de Pinkie Pie.
Se sentía un poco mal de haber estado leyendo cartas que no eran dirigidas a ella en primer lugar, pero no tenía la culpa. Sunset debió ser más específica en las cartas; como escribiendo para quien eran por ejemplo...
Después de lo que sucedió en el gimnasio, y a pesar de su relación no estaba en su mejor momento, sobretodo porque las sospechas de Trixie resultaron ser ciertas, habló con Pinkie Pie.
Luego de explicarle todo de forma en que entendiera le entregó todas las cartas, incluyendo la última rota, eran para ella después de todo.
— Si estaba tan enamorada de ti debía saber cual era tu casillero, ¿no? Aunque bueno, todos son iguales así que se justifica un poco. —Comentó la albina leyendo una que otra carta.
Sí, Trixie estaba ahí.
Las tres estaban en una de las mesas del patio de la escuela.
— Wow...—Pronunció luego de leer las cartas, desde la primera hasta la última. — No sé que decir.
— Yo tampoco. —Murmuró Fluttershy.
— No termino de... procesar esto. Nunca imaginé que Sunset haya escrito todo esto para mí... Mucho menos que estuviese enamorada de mí.
— Nadie lo imagino. —Respondió Trixie. — Yo pensé que tú eras la que las enviaba pero nop... Quién lo hubiera imaginado.
La pelirosa miró a la albina.
— Trixie, ¿podrías dejarnos a solas un momento?
— ¿Para qué?
— Necesito hablar con Fluttershy. Por favor. —Pidió a lo que la maga suspiró.
— Okey, pero te estoy vigilando. —Con una ademán se fue de ahí, dejando a salas a ambas chicas.
En cuanto se fue Pinkie habló nuevamente.
— Fluttershy, yo... lo siento.
— ¿Por? —Preguntó nerviosa. Había estado evitando que hablarán del asunto de su "confesión" en el gimnasio.
— Es que, estuviste recibiendo esto... pensado que era para ti. —Junto sus manos.
— Tú eres la última que debería disculparse por esto. Solo fue un gran malentendido, no tenías forma de saber nada de esto... ni yo tampoco.
— Entonces... ¿estás bien?
— Admito que ahora siento que toda mi "investigación" para averiguar quien las enviaba fue para nada, habían muchas cosas que decían las cartas que nunca entendí... Pero ahora, me alegra que esto se haya aclarado. —Sonrió un poco. — Yo nunca quise recibir ninguna de esas cartas, porque sabía que tarde o temprano terminaría-.
— ¿Rechazando a la persona?
— Sí...
— Bueno, ya no tienes porque preocuparte por eso. Aclararé todo con Sunset Shimmer.
— ¿Le dirás que las cartas las recibía yo? —Preguntó con una expresión de miedo.
— Pues... No tiene porque saberlo, ¿verdad? Y aunque ha sido mala con todos en la escuela, sobretodo contigo, aún así... eso podría humillarla, y creo que ya es suficiente con que no corresponda sus sentimientos. Digo, conociéndola debió ser mucho para ella enviar las cartas, ya sea que hayan sido en el anonimato.
— Pero, luego se dará cuenta que ese era mi casillero...
— No te preocupes por eso Fluttershy, podemos decir que cambiamos de casillero. Algo inventaré pero no dejaré que te vuelva a molestar.
La pelirosa asintió y no supo que responder a eso.
Ninguna volvió hablar.
Fluttershy no sabía que decir, nunca imagino que alguien se enamoraría de ella ni mucho menos que lo haría una de sus amigas... o al menos una que lo fue.
— Fluttershy... ¿porqué me odias?
Oh, tenía que mencionar ese tema.
— N-No, yo no, yo no te odio.
— ¿Entonces porqué te alejaste de mí? ¿porqué todo el tiempo me evitabas? Lo hacías cada vez que me quería acercar a ti. —Le recriminó.
— P-Porque a-arruinaste mi subasta silenciosa p-para, para el refugio de animales. —Respondió torpemente.
— Tú me mandaste un mensaje diciendo que llevará juegos artificiales. —Se justificó.
— ¿Qué? Yo jamás te dije eso. —Contestó extrañada y sacó su teléfono. — La última vez que te envié un mensaje fue hace meses y nunca te dije eso. —Le mostró su teléfono.
Pinkie frunció el ceño y sacó su teléfono también, le mostró el mensaje del que hablaba.
— Yo nunca te envié eso... Un momento, ¿me lo prestas? —Preguntó alzando la mano. Ella asintió y le entregó el teléfono.
— ¿Qué pasa? ¿crees que alguien más haya enviado el mensaje?
— Creo que sí, reconozco ese número...
[..]
— ¿Le dijiste alguna de las chicas que recibías las cartas? —Preguntó Pinkie de la nada mientras caminaban en busca de Rarity.
— No, solo Trixie se enteró de eso. No quería que nadie supiera, solo quería descubrir quien las enviaba para que dejara de hacerlo... y para que se explique un poco. Pero nada de eso importa ya. Mucho menos que sé quien las enviaba...
— Nunca sospechaste de Sunset, ¿verdad? —Preguntó con una sonrisa.
— Ni por un segundo. —Sonrió también. — No puedo imaginarla enamorada de mí.
— Ni yo tampoco... —Murmuró y su sonrisa de borró.
De repente las miradas que Sunset Shimmer le daba a Pinkie comenzaban a tener sentido.
¿Cómo jamás lo noto? Oh... claro, la historia debía durar.
— Ahí está Rarity. —Señaló a la mencionada hablando con una chica afuera de un salón.
— Quizás deberías ir tú, ella también dejó de hablarme de la nada...
— Eso mismo vamos aclarar. —La tomó de la mano y la llevó hasta la pelimorada.
Pinkie se sonrojo al tener contacto de nuevo con ella.
Negó con la cabeza tratando de no ilusionarse, Fluttershy era así con sus amigas y ya era bastante obvio que ella no correspondía sus sentimientos...
— Hola Rarity. —Saludó soltando la mano de Pinkie.
— Oh, Fluttershy, ¿qué tal tu clase querid-. —Dejó de hablar al ver con quien estaba. — Te veo luego, Derpy. —Se despidió de la chica antes de que se retirara.
No volvió hablar esperando una explicación.
— Ah... —Fluttershy no sabía como iniciar, así que dijo lo primero que se le ocurrió. — ¿Puedo ver tu teléfono, Rarity?
Gran inicio.
— ¿Para qué?... ¿Y qué haces tú aquí, Pinkie Pie? Espero que estés aquí para disculparte. —Se cruzó de brazos. — A menos que estés aquí porque Fluttershy te contó que estuve extraña respecto un tema que te prometí nunca contarle a nadie-.
— Ya sabe que me gusta, Rarity.
— ¡Oh que bien! —Se recargó en la pared soltando un suspiró. — Ya no sabía lo que decía.
— Entonces era eso... —Dijo Fluttershy entendiendo todo. Vaya, enserio era despistada. — En fin, en realidad venimos por otra cosa. Y tiene que ver con que tú y yo nos hayamos alejado de Pinkie Pie.
— ¿De qué hablan? —Frunció el ceño. — Fue por su culpa que dejáramos de hablarle.
— ¿¡Qué!? ¡No es cierto! Las dos de un día para el otro dejaron de hablarme, incluso cuando quería saber porque me ignoraban.
— ¿¡Qué esperabas que hiciera cuando rechazabas todo el tiempo mi ayuda para decorar el gimnasio para el baile!?
— ¿¡Eh!? ¡yo jamás hice eso! ¡agh! —Se dio la vuelta frustrada.
— Sí, por eso estamos aquí. —Repitió la pelirosa. — ¿Puedes mostrarnos los mensajes que tienes que con Pinkie Pie?... Por favor. —Sonrió.
Esa sonrisa convenció a Rarity, quien sacó su teléfono y le mostró los mensajes que tenía con Pinkie.
— ¡Déjenme ver! —Exclamó la pelirosa y tomó el teléfono. — ¡Por favor! Necesito se escribe s no con c.
Fluttershy y Rarity se miraron entre ellas. Prefirieron ignorar eso.
— Es el mismo número. —Dijo mirando el número, al mismo tiempo que el del chat de Pinkie con "ella" (Fluttershy).
— Sí, porque es el número de Pinkie, dah.
— No, ese es el número de Fluttershy. —Respondió la nombrada. — o bueno, se supone que es suyo porque ella y yo jamás enviamos esos mensaje. Después de que me dejaron de hablar no les volví a enviar mensajes a ninguna...—Mencionó.
— Entonces, —Fluttershy le devolvió su teléfono. — Si ustedes no enviaron los mensajes de los que hablan, ¿quién fue?
— Ni idea...
— ¿Quién haría esto?
— La pregunta real es ¿porqué? —Preguntó Trixie, quien apareció a lado de ellas de la nada, provocando que soltaron un grito por el susto. — ¿Qué les pasa? Ustedes se fueron sin decirme nada.
— Cierto, te habías ido...
— Lo sentimos, Trixie. —Se disculpó Fluttershy. — Es que mientras hablabamos nos dimos cuenta de algo extraño.
— Lo sé, lo escuché, los números. Ahora que ya descubrimos quién enviaba las cartas tenemos otro misterio en nuestras manos.
— ¿Cartas? ¿de qué hablan? —Preguntó Rarity confundida.
— ¿Porqué mejor una de ustedes no le envía un mensaje a ese número diciendo que ya descubrieron que no es quién dice que es? —Sugirió Trixie evitando el tema de las cartas para alivió de Fluttershy.
— ¡Yo lo haré! Esa persona nos debe muchas explicaciones. —Dijo Rarity escribiendo en su teléfono. — Espero que eso baste.
« Ya sé que este número no es de Pinkie Pie, ¿quién eres? »
— Ahora a esperar. —Y... Silencio. — Ojalá alguien aceleré esto. —Dijo mirando hacía arriba.
— Ah... ¿con quién hablas Rarity? —Preguntó Fluttershy mirando hacía arriba también.
— Pues... ¡oh, contestó!
« Te mereces un premio, por fin dejaste de ser una imbécil, cara bonita »
— ¿Porqué es tan grosera...?
— Me agrada. —Sonrió Trixie a lo que la pelimorada la miró molesta.
— Solo alguien me dice así...—Rarity mandó otro mensaje.
« ¿Sunset Shimmer? »
« Sí »
— ¿¡Fue Sunset Shimmer!?
— Ya no me agrada... ¿A alguien más le sorprende que lo haya aceptado tan fácilmente?
— ¿Porqué ella haría eso? —Preguntó Rarity mirando los mensajes. — ¿Qué ganaba con esto?
— Ni idea, pero si lo hizo con ustedes seguro lo hizo con alguien más... Mmm, tendría sentido que antes muchas personas no iba a mis shows.
— Sí... Claro. —Rarity rodeó los ojos.
—Rarity, ¿me prestas tu teléfono? —Preguntó Pinkie a lo que ella aceptó.
Le envió un mensaje a Shimmer y sin nada más que decir se dio media vuelta para abandonar el pasillo.
— ¿Pinkie? ¿a dónde vas? —Fluttershy se alertó al ver como la nombrada se marchaba sin decir nada.
— Oh no, se ve enojada. Mejor hay que seguirla. —Junto con Fluttershy, Rarity siguió a la pelirosa.
— Me iría pero quiero ver a donde va esto. —Comentó la albina para si misma. Las siguió, sin que ninguna de las tres supiera a donde se dirigía Pinkie Pie.
Caminaron hasta llegar al casillero de Fluttershy.
— ¿Qué hacemos aquí, Pinkie? —Cuestionó la pelirosa.
Ella le dio su teléfono a Rarity.
« Te veo en el casillero de Pinkie Pie »
— Ah, este es el casillero de Fluttershy no el tuyo, Pinkie. —Dijo Rarity con la ceja alzada. — Sé que te puedes confundir porque todos son iguales pero a este punto ya deberías saber cual es el tuyo.
— ¡Exacto! —Exclamó Trixie. — Pero ya enserio, te has perdido de mucho, Rarity.
— Eso me comienza a preocupar...
— Le gusto a Sunset, —Rarity la miró sorprendida. — he hizo todo esto para alejarme de ustedes.
— ¿¡LE GUSTAS A SUNSET SHIMMER!? Son demasiadas sorpresas por hoy, creo que me voy a desmayar...
— Desmayate pues.
Todas miraron a quien dijo eso.
— ¿Disculpa?
— Veo que corriste a contarle todo a tu grupito, solo faltarían las patéticas de Rainbow Dash y Applejack.
— ¿Por ti también ellas están así? ¿¡pero qué te pasa, Shimmer!? ¿¡pensaste que sería buena idea separarnos solo porque te gusta Pinkie Pie!? —Rarity se acercó a ella enojada.
— ¡Tú no te metas, estúpida! —Le dio un pequeño empujón que hizo enfurecer a Rarity.
— ¡Me meto porque por tu culpa Applejack se alejó de Rainbow, Fluttershy y yo nos alejamos de Pinkie Pie solo por maldito capricho tuyo! ¡ARRUINASTE NUESTRA AMISTAD POR NADA!
— ¡NO FUE POR NADA PARA MÍ! ¡no es mi culpa que todas hayan sido tan ingenuas para creer todo! Sus problemas se pudieron haber resuelto rápido pero no, ustedes me permitieron arruinar su amistad.
— ¡No tenías ningún derecho hacer eso! ¿Qué pensaste que pasaría después? ¿que solo por alejarme de mis amigas iba a estar contigo? ¿en serio? —Cuestionó Pinkie sorprendentemente más calmada que Rarity.
— Tampoco es mi culpa que no te dieras cuenta que me gustas desde hace años. Y sí, pensé que terminaríamos juntas porque ninguna de tus amigas te conoce tanto como yo.
— ¡Si la conocieras al menos sabrías que ese no es su casillero, si no el mío!
Todas, excepto Rarity, miraron a Fluttershy con asombro; Trixie, Pinkie porque no pensaron que diría eso y Sunset por lo que pensaba que se refería.
— ¿Qué dijiste...?
— Me estuviste enviando las cartas a mí, no a Pinkie Pie.
Sacó de su mochila todas las cartas que recibió unidas en un listón, que resistía mucho a decir verdad.
Sunset de inmediato se las arrebató.
— P-Pero... Veía a Pinkie pasar todos los días por aquí... —Dijo intentado ocultar su vergüenza.
— Solo porque quería ver a... No importa, el caso es que-.
— ¿Te divertiste no es así? —Interrumpió a Pinkie y miró enojada a Fluttershy. — No solo le gustas a Pinkie, si no que todo este tiempo estuviste burlándote de mí.
— Me enteré que las cartas eran tuyas hoy, nunca imaginé que fueran tuyas...
— No, mientes, ¡estás haciendo todo esto para humillarme! ¿¡ahora ves porqué te odio tanto!?
— ¡Nada de esto es mi culpa! —Gritó apretando los puños. — ¡No es mi culpa gustarle a Pinkie Pie! ¡no es mi culpa que no le gustes! ¡no es mi culpa que yo haya recibido las cartas porque te confundiste de casillero! ¡Todo este tiempo quise averiguar quien las enviaba para que dejara de hacerlo! Pero... Por favor perdóname por ser una persona tan odiable.—Colocó su mochila en sus hombros y se fue de ahí con la cabeza abajo, ignorando los llamados de sus amigas.
— ¡Fluttershy! ¡no te vayas! —Gritó Pinkie Pie.
— Vamos, chicas. —Rarity y Trixie la siguieron.
— No puede ser, después de todo ella sigue consiguiendo tu atención. —Apretó las cartas que tenía en sus manos.
— Por lo menos ella no hizo todo lo que tú sí solo para que esté contigo. —Se dio la vuelta
— ¡Ni siquiera le gustas, ¿lo sabías?!
— Bueno... tú a mí tampoco. —Sin más abandonó el pasillo.
Sunset volvió apretar las cartas con irá. Ya cuando se relajó se acercó al basurero más cercano y las tiró ahí.
Esto había sido un error.
Pinkie no la ama, jamás lo hizo.
Pinkie pensó que la idea de que las cartas no hayan sido para ella la deprimiria. Pero no fue así, lo cual le sorprende.
Si estuviese en el lugar de Fluttershy si se pondría triste, pero ahora mismo, ser las persona a las que iban dirigidas las cartas en realidad no le era tan cómodo.
Fluttershy le había gustado desde tercer grado, pero jamás pudo decirle sus sentimientos por miedo arruinar su amistad...
Ese miedo había vuelto.
Pinkie no necesitaba oírlo de ella para saber que no sentía lo mismo, lo conocía tan bien que lo sabía.
Siempre lo supo.
Y ahora mucho más que estaban las dos a solas.
— Lo siento... Supongo que en verdad soy una persona odiable.
— Fluttershy, jamás te odiaría por una razón así. Y-Yo sé que tú no me ves de la forma en la que yo te veo... Sé que tú no me amas. —Ríe un poco. — Debe ser una clase de karma por haber rechazado a Sunset.
— Pinkie... —Fluttershy no sabía que decirle que la llegará animar. Ciertamente nada lo haría, no podía decir "¡olvídalo, me gustas!" de la nada cuando no era cierto.
¿Cómo podías sanar a un corazón que tu rompiste?
— Yo, solo quiero que sepas que eres muy importante para mí, y que... no quiero que nuestra amistad acabe por algo tan tonto c-como... —La pelirosa se apresuró abrazarla al ver como comenzaba a llorar.
— Nuestra amistad antes acabó por algo verdaderamente tonto. Esto no lo es, y por nada del mundo dejare de ser tu amiga.
— ¿Lo dices enserio?
— Pinkie Promesa.
Sonrió al escuchar esas palabras.
El solo imaginarse lo difícil que sería olvidar a una chica como a Fluttershy la agobiaba. Tenía suerte de poder seguir llamándola amiga.
"Amiga"...
Se separó de ella y suspiró. La pelirosa la miró con preocupación.
— ¿Todo bien?
— No. —Respondió con sinceridad. — La verdad es que no voy a poder olvidarte tan fácilmente... Quizás lo mejor sería tomar distancia entre nosotras.
— ¿No quieres seguir siendo mi amiga? —Preguntó con temor a lo que la contraria rió un poco.
— ¡Claro que no! A lo que me refiero es que mientras yo te esté superando no actúes tan cariñosa conmigo y no nos acerquemos tanto, si esto funciona no duraremos tanto tiempo de esta forma...
— Entiendo, haré lo que sea para ayudarte porque yo siempre voy a estar para ti, Pinkie Pie... ¡Oh no! —Cubrió su boca. — Lo siento, lo siento, debo trabajar en eso.
Pinkie volvió a reír y a sonreír.
— Yo siempre estaré para ti también, Fluttershy. —Respondió haciendo que que la nombrada sonriera un poco más tranquila. — ¿Y ya estás mejor después de lo que pasó ayer?
— Ustedes me animaron pero aún me siento mal por lo que le dije a Sunset...
— Le dijiste la verdad, no te sientas mal por eso. Le demostraste a Sunset que sí podías defenderte y que no eres nada de lo que ella decía.
— ¿Enserio? —Preguntó con las mejillas rojas.
Pinkie asintió.
— Por supuesto. —Se levantó. — ¿Qué te parece si vamos con las demás? Ya ha pasado tiempo desde que le dejamos el trabajo a Rarity de explicarles a las novias, digo, a Rainbow Dash y Applejack toda la historia. Tú tendrás que contarles lo de las cartas.
— Me lo suponía... —Dijo divertida. Se levantó y la siguió hasta entrar a la escuela.
Sería una larga explicación...
[. . .]
Fluttershy regresaba de su clase de gimnasia, la directora Celestia las dejó salir un poco antes (porque sí, ella seguía dándoles clases)
Bueno, solo habían pasado unas semanas, no era para tanto.
Almorzaría con sus amigas en la hora de descanso. Le seguía sorprendiendo que Sunset Shimmer ignorará su presencia... pero esta vez sin molestarla ni nada de eso.
Por fin tenía tranquilidad en la escuela.
En cuanto abrió su casillero una carta cayó a sus pies.
oh no, Oh no, OH NO.
“¿Serías tan amable de acompañar a Trixie al cine esta tarde en una cita?
Para: Linda
Atte: Anónima”
Fluttershy soltó una risa.
Bueno, al menos no sería tan difícil averiguar de quién era.
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