Fluttershy pensó en los posibles responsables de la carta, y en los que definitivamente no lo eran.

Lo primero que se lo ocurrió es que ésta podría ser una broma... y en el dado caso que lo sea, la persona que escribe las cartas se esmera mucho en que sean creíbles y... cursis.

“No puedo evitar sentir nervios cada que estoy cerca de ti... pero me gusta tenerte cerca. Por eso hago lo posible por acercarme a ti”

Si bien era una pista, aún no se le ocurría quién podría ser.

¿Alguien que "haga lo posible por estar cerca de ella"?

Estaba todo el tiempo con su mejor amiga, Rainbow Dash. Y estaba cuando podía con Applejack y Rarity.

Para sus amigas ella era un poco distraída, pero la verdad era todo lo contrario, siempre estaba al tanto de todo lo que sucedía a su alrededor.

Es por eso que descarta la idea de que esa persona se le acerqué sin que se de cuenta. Era imposible, se daría cuenta... a menos que sea alguien que conocé o de la que está acostumbrada a su presencia.

— ¿Qué miras, Fluttershy? —Preguntó su mejor amiga, en el asiento de a lado.

— ¿Eh? —Desvío la mirada de la carta que estaba oculta debajo de su cuaderno.

— Llevas varios minutos mirando tu cuaderno con nostalgia. —Respondió con la ceja alzada. — ¿No tendrá algo qué ver con...?

— No, solo estaba revisando las notas de la clase. —Contestó antes de que terminará su pregunta. Sonrió tratando de ser convincente, cosa que logró al ver a su amiga responderle con una sonrisa y dirigir su vista nuevamente hacía enfrente.

No estaba acostumbrada a guardarle secretos a su mejor amiga. Pero no quería contarle sobre las cartas...

No es que no confiará en ella, si no es que esto le es un asunto privado y no quiere que nadie se enteré.

De igual forma, no lo ve necesario.

A ella en verdad no le gustaba ésta situación. Si le inquietaba la idea de quién podría ser la persona que envia las cartas, pero le resultaba incómodo enterarse que alguien gusta de ella sin saber quién es.

No se sentía emocionada ni nada al respecto de tener... "un o una admiradora secreta".

Sin mencionar que su primera carta fue un claro y conciso "te odio".

Por ahora, no gustaba ni estaba enamorada de nadie. Así que recibir esas cartas con cosas románticas escritas le daba lo mismo, es cruel pero cierto.

Solo quería encontrar al escritor o escritora de éstas.

Y sabía que en algún momento vería a la persona de frente... y tendría que rechazarla.