Siento como si un fuego abrasador me cubriera todo el cuerpo y me quemará.

Siento que el aire se me escapa de mis labios, de lo abrasador de las llamas que me quema.

No siento los movimientos que hago, ni si sonrío o si lloro.

Solo siento dolor, un dolor insoportable que no me deja cerrar los ojos sin que estás, también me ardan.

Me encuentro sola y esta soledad me lastima, pero debo aprender ciertas cosas.

No las mencionaré, porque no vienen al caso, o tal vez sí, pero no las quiero plasmar en unas simples palabras vacías escritas aquí.

Sueno pesimista, lo sé, pero es inevitable hacerlo porque así me siento, así lo vivo.

Debería de haberme acostumbrado, pero soy una niña tonta que quiere mendigar amor, de forma absurda.

Que les puedo decir, está en mi naturaleza. Intentó cambiarla, lo hago con fervor, pero tal vez no sea suficiente, o no sé, soy una debilucha.

O tal vez este fuego que me está quemando me está haciendo decir estupideces, o no. Lo dejo a su criterio.

Bueno, es hora de despedirme, creo que dejaré que este fuego termine de consumirme y ver qué sucede.
Sí no vuelvo a aparecer, ya sabrán que resultado obtuve y si no es así, también.

Atte: La solitaria.