Una prisión, no son sólo las jaulas donde meten a los prisionero, sino que también hay prisiones que uno mismo se arma y en la que queda estancado, como si de una cárcel se tratara.

Hay prisiones de las que no son fáciles de salir, otras que pasado un determinado momento salis airoso, como si nunca hubieras estado ahí, pero hay otras de las que nunca salis, en las que quedas estancado.

Creo que he estado en una, una en la que hace mucho tiempo me metí a mi misma y de la que no puedo salir porque ya me he acostumbrado a ella. Y quizás ese sea el problema, mi problema.

Quizás debería de ver la forma de salir y no la de hundirme más, pero no es algo fácil, pero tampoco difícil. Eso es lo que quiero creer.