26; flores y amor
Nada podía darle más comodidad a SooBin en ese momento que ver a YeonJun volver a disfrutar de la vida, la razón fue un poco obvia, la visita de HueningKai pareció lo que el demonio necesitaba para poder dejar atrás muchas cosas.
Aunque él se preguntaba si también recibiría alguna visita del ángel, ya habían pasado varios días desde que visitó con YeonJun, ya comenzaba a dudar si volvería a verlo.
Cerró su computadora, ya había terminado su trabajo del día, miró alrededor, estaba afuera sentado en el césped y siendo acariciado por el viento frío del próximo invierno.
Aunque estuviera cubierto para evitar algún resfriado, adoraba sentir esa suave brisa.
—¿Has terminado?
Miró sobre su hombro, YeonJun se acercaba con una taza de chocolate caliente que extendió hacía él; estos días el mayor ha estado aprendiendo a cocinar, incluyendo bebidas.
El rubio asintió— Gracias, el frío se siente mejor con esto —sopló un poco la bebida antes de darle un sorbo—. Creí que no habías vuelto de ver a Belcebú.
—Me quería para un trabajo rápido, tardé un poco ya que visité a Changbin.
SooBin volvió a asentir, la compañía y el lugar era más que perfecto, pero sabía que siempre se sentiría así cuando su compañía fuera YeonJun. Internamente le parece un poco ridículo como cayó tan profundamente por él, un demonio tan humano, herido y soñador, justo como él, tal vez en un nivel diferente, pero parecían dos almas que debían estar unidas.
—SooBin —le llamó el demonio, notándose un poco inseguro de sus siguientes palabras— ¿Visitas a tus padres en el cementerio?
Esa era una pregunta que el rubio no se esperaba— Bueno, lo hago una vez al año al menos, antes lo hacía más seguido pero la vida adulta no deja ¿Por qué?
—¿Los has visitado este año?
Tomó su teléfono y miró la fecha, estaba tan concentrado en todos los sucesos que no había notado la cercanía— Es pasado mañana su cumpleaños, ese el día dónde usualmente los visito.
—Deberíamos visitarlos.
—¿Hay alguna razón en particular? Traes el tema de la nada, hyung.
Una sonrisa por parte del mayor solo hizo que la curiosidad por este asunto aumentara, pero parecía que YeonJun no hablaría— Tal vez.
No fue difícil para el demonio convencer a SooBin, además de que este se hubiera sentido mal el no haber ido en esa fecha.
Estaba preparando el auto para ir, YeonJun mencionó que debía ir a un lugar antes. Este se metió al bosque, el rubio no comprendía tanto misterio.
Mientras, YeonJun buscó rápido a Changbin quien lo esperaba viendo la vieja iglesia.
—¿Lo conseguiste?
Ni su mejor amigo entendía que planeaba hacer, pero no preguntó y sacó un sobre de su pantalón— Era de un criminal millonario, así que no hay problema en usarlo.
Extendió su mano, pero antes de que el contrario lo tomara, retiró su mano y miró de manera sospechosa a su amigo— ¿Le comprarás algún regalo?
—No —de un movimiento rápido, YeonJun tomó el sobre y revisó su interior— Espero sea suficiente, no se los precios actuales —cuando levantó la cabeza, notó que Changbin lo seguía viendo de manera sospechosa— ¿Qué?
—Choi YeonJun, más te vale decirme después que rayos haces.
Este solo lo fulminó con la mirada, no respondió ya que escuchó que SooBin lo llamaba, se despidió rápido y regresó a la casa. Changbin se acercó lentamente, no salió del bosque pero se quedó en el borde. Miró detenidamente a su amigo, era tan extraño verlo feliz, sonriente con total honestidad, él mismo sonrió; YeonJun se merecía eso.
En un momento, por fin pudo ver a SooBin, el rubio del que escuchó tantas y tantas maravillas.
Lo reconoció.
Años han pasado, muchos ¿24 o 26? No lo recuerda, pero en ese momento estaba muy conmovido y sorprendido como para contarlo.
Miró como ambos subían al auto y se iban.
No pudo hacer más que sonreír y de alguna manera sentirse orgulloso por una vez en su vida.
"—Curé a un bebé —continuó Changbin—, en uno de los trabajos fue en una casa y el bebé llevaba solo un día, no iba a morir, pero el dolor del hambre debía ser horrible para alguien como él; un beso en la frente fue suficiente para que estuviera tranquilo hasta que llegara su tía".
Sin saberlo, Changbin había salvado al que en el futuro le devolvería la felicidad a su mejor amigo.
El camino hasta el lugar dónde se encuentra el cementerio es extenso, por ello SooBin había decidido que salieran temprano para no volver muy tarde.
Seguía sin entender el afán de YeonJun por ir a visitar, tenía la teoría de que debe ser tema de los demonios, pero seguía sin poder lograr una teoría que lo complaciera.
El trayecto fue entretenido, ambos hablaron sin parar, era divertido ver la curiosidad de YeonJun por las novedades humanas, por primera vez mostraba interés por querer vivir de nuevo en esta tierra.
Cuando llegaron por fin al cementerio, SooBin estacionó afuera del lugar— Entra primero, debo hacer algo antes.
—¿El qué?
—Debo pedir permiso para entrar a tierra sagrada, yo te alcanzaré.
El humano se quitó su cinturón— ¿Eso tarda mucho...? —Cuándo volteó, YeonJun ya no se encontraba a su lado— Anda tan extraño.
No le quedó de otra que tomar las cosas que llevaba y entrar en el lugar, no sin antes echar un vistazo alrededor e intentar ver al demonio; no lo logró.
El camino se lo sabía de memoria, no necesitaba estar atento para saber qué dirección debía tomar. El ambiente en ese lugar era pacífico, tranquilo de una manera extraña, cuando era pequeño le daba miedo por todas las historias de fantasmas en lugares así, pero con el tiempo aprendió a apreciar esa quietud que algo tan doloroso y liberador puede dar.
Llegó a dónde debía— Hola, lamento no haber venido antes.
Los nombres de sus padres se leían en cada lápida, una junto a otra como hubieran querido. Primero que nada, dejó sus cosas a un lado y comenzó a limpiar, el otoño con sus hojas hacían un manto cálido sobre las tumbas, pero también había mucha tierra, ya que se hace limpieza al menos una vez al año no es difícil de quitar.
—Hoy no vine solo, aunque eso parezca —platicaba con ambos, siempre lo hizo, pero ahora que había vivido tanto con el cielo y el infierno, sentía que sus palabras no solo se las llevaba el viento; tal vez si lo escuchaban—. Sigo con mi trabajo, justo terminé un trabajo importante y gané buen dinero, le envié unas frutas a mi tía para celebrarlo.
Cuándo ya quedó limpio, SooBin tomó las cosas que traía. Frutas, un poco de platillos y jugos, los favoritos de ambos. Debido a que su tía tenía esa costumbre de traerles esto, le parecía un desperdicio, pero también estaba bien si alguien con necesidad la tomaba, por lo que sigue haciéndolo.
—Me gusta como lo ordenas.
Miró detrás, YeonJun había llegado, pero su mirada viajó hasta sus manos— ¿Flores?
El demonio acomodó los ramos en sus manos, notándose un poco nervioso— No sabía cuáles le gustarían a tu madre y padre, elegí estas según las indicaciones de la florista.
Enternecido es poco decir a comparación de lo que SooBin sentía, YeonJun se seguía viendo nervioso, agarraba firme los ramos como si estos se caerían con solo una suave brisa— Tampoco lo sé, pero estoy seguro que cualquiera les habría encantado.
Se hizo a un lado, YeonJun se colocó frente a ambas tumbas y se inclinó, una reverencia de 90 grados, eso sorprendió al rubio, ese nivel de respeto— Me presento —dijo, antes de volver a enderezarse—, me llamo Choi YeonJun y he venido a conocerlos con la intención de hacerles saber que cortejo a su hijo con una intención completamente seria; anhelo un futuro junto a él.
La seriedad en el semblante de YeonJun, sus palabras seguras y su obvio nerviosismo solo eran señales de que lo que dice viene del fondo de su alma, sus sentimientos más reales y más cercanos a la humanidad perdida.
SooBin no dijo nada, miraba la escena conmovido, sus padres ya no estaban, pero ese acto era más significativo de lo que alguna vez pensó.
—Sé que no soy el mejor candidato, he cometido errores, pero he pagado por ellos. Desde que conocí a su hijo mi única misión en la tierra ha sido la de cuidarlo, protegerlo y amarlo, así seguirá hasta que mi alma sea tomada y lo será hasta cuando me pueda reunir con su hijo en el mismo lugar donde están, porque no me separaré de él hasta su último respiro.
La historia de amor de sus padres era una trágica, cualquiera que la supiera diría eso sin dudarlo, pero en su interior, SooBin anhelaba un amor así, dónde el corazón del otro no pueda latir sin que el contrario esté; así como con sus padres ¿trágico? Si ¿el amor más intenso? También, eso quería.
—Espero que acepten mi humilde cortejo, al final, solo soy un hombre irremediablemente enamorado de su hijo.
Colocó los ramos sobre cada tumba, junto a los alimentos. Volvió a inclinarse y miró al rubio, quien tenía su rostro bañado en lágrimas y una sonrisa suave. YeonJun se acercó y tomó el rostro del menor con sus manos, quitando las lágrimas— Lamento no decirte, necesitaba hacerlo.
SooBin rió— Eres la primera pareja que viene a conocerlos.
Para el demonio eso era algo difícil de creer, sabe que SooBin no miente, solo que para él, un alma a la antigua, visitar a los padres de su amado y pedirles su bendición era algo que se debía hacer sin dudar, sin importar si se encuentran con vida o no— Y es la primera vez que hago esto ¿se notaron mis nervios?
El rubio asintió— Si, pero también se notaron tus sentimientos, hyung.
Un beso no tardó en llegar, uno tranquilo, con mucho amor y ternura, luego, en un cálido abrazo, SooBin encendió su rostro en el cuello de YeonJun, disfrutando de este momento porque nunca creyó que una visita al cementerio sería tan importante como ahora.
—¿SooBin?
Saliendo de su escondite, el rubio volteó hacía la voz— ¿Tía?
La u me tiene ahogada, por lo que apenas he aparecido pipipi
PERO AL FIN AVANCE
Denme a un YeonJun así, tan bonito él 😭😭😭😭
Nos leemos luego~
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