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25; el sueño del ángel




—Hay una carta que no has leído —YeonJun se dirigió al armario, en el suelo había una madera floja que arrancó con suma facilidad, de ahí sacó una carta que tendió hacía SooBin—, no es de HueningKai o mía.

SooBin tomó el viejo papel y leyó el remitente, aunque no fuera de ellos, eran de las mismas direcciones que las otras. Con cuidado abrió el sobre y desplegó el papel, supo de quién era.

—Es de tu padre.

El demonio tomó asiento junto a él— La última carta entre HueningKai y yo fue quemada por su padre, esta es de después que todo se supiera.

Con solo ver la expresión de YeonJun, SooBin sabía que lo que estaba por saber no sería sencillo.

"Choi, esta carta, posiblemente la última entre nuestras familias, es para informarle que se están tomando medidas de mi parte para que este comportamiento tan asqueroso y pecaminoso por parte de nuestros hijos no se vuelva a repetir.

Está más que claro, que me encargaré de mi hijo, he hablado con el padre de la iglesia y en unos minutos comenzará el proceso de limpia, mis oraciones y las de mi esposa están puestas en que esto funcione.

Lo invito, con las migajas de la amistad que tuvimos, que haga lo mismo con su hijo, aún hay tiempo para sacarlo de las manos del demonio.

Hasta nunca.

Sr. Huening."

—El padre de HueningKai era un devoto católico muy severo, de los que creía que todo se resolvía con la palabra de Dios —comenzó YeonJun—. El exorcismo del que supiste no fue para mi, fue para HueningKai.

Eso fue suficiente para saber el resto, aún así se atrevió a preguntar— ¿Cuánto duró?

—Dos días, a lo poco, yo no me enteré de lo que estaban haciendo hasta que fue muy tarde —el grito de la leyenda, ese que se escuchó provenir de esta casa, solo podía imaginar que fue producto del dolor de YeonJun al enterarse. Esta vez no preguntó para verificar, no podía agitarse tanto por el llanto que ya comenzaba—. YuSeok fue quien lo torturó ese tiempo, no lo dejó comer, beber y lo llevó a un estado dónde su cuerpo solo encontró a la muerte como el único escape.

Se veía rastro de ese demonio que SooBin conoció, ese cargado de dolor e ira— ¿Qué sucedió después? —y, como apareció ese rastro, este se esfumó al escuchar la pregunta, esta vez veía un poco de miedo en él. Tomó la mano de YeonJun, si bien a SooBin le parecía dolorosa esta historia, no se podía imaginar cuanto lo era para el contrario sumando su castigo divino.

—No pude ir a su funeral, se encargaron de llevarlo lejos de aquí apenas murió —la ira que eso provocó se percibió en su voz—. Yo no pude tolerarlo, el dolor, la ira, todo, me parecía tan injusto que por amar de una forma tan inocente él haya tenido que pagar con su vida, mi padre me culpó una y otra vez, que fue por mi pecado —el odio a ese hombre por parte del rubio solo aumentó—. Enloquecí, entré en un estado dónde nadie pudo detenerme, golpeé a mi padre, me escapé, todo ese tiempo no me permitieron salir, y lo primero que hice fue ir a la iglesia, no tenía una idea clara de lo que quería hacer ahí, hasta que vi a YuSeok orando en el altar ¿Cómo él podía estar tan tranquilo después de lo que hizo?

Sus pasos se escuchaban en el lugar, YuSeok terminó su oración y levantó la vista hacía el joven que lo miraba con una expresión difícil de adivinar.

—Joven Choi, me hago una idea del por qué su presencia aquí.

—¿Lo hace?

YuSeok sonrió, esa sonrisa prefabricada que le vendía a quienes asistirán en el lugar, amable y simpática, toda una falsedad— La partida del joven Huening sin dudas ha sido algo triste —comenzó—, al final el enemigo ganó, no lo soltó hasta arrastrarlo a su oscuridad.

—¿Así fue?

El religioso asintió con total calma, con esa sonrisa fastidiosa— Lamentablemente, pero no se preocupe, se nota que usted pudo salir a tiempo, al menos sabrá ahora que no habrá ningún demonio acechándolo para llevarlo por el camino del enemigo.

YeonJun sonrió, nada divertido, pura ira era lo que ardía en su pecho, sus puños picaban— Él enemigo no es más que usted, padre, nadie más que su merced fue quien le arrebató la vida a HueningKai ¡Lo asesinó!

En ese momento fue dónde el hombre se dió cuenta que había leído mal el panorama con YeonJun, otra vez sonrió, pero ya no era esa sonrisa actuada, esta era la real, de un tipo que cree tener todo el poder y razón del mundo por su cargo— Tal parece que no solo el joven Huening necesitaba el exorcismo, levantó su mano, la que sostenía la biblia y la colocó en su pecho—, hubiera sido más divertido con ambos en el mismo lugar.

Primer golpe, de ahí otro, le siguieron varios, hasta que YuSeok no se movió y la piel de los nudillos de YeonJun no estaba ya. Ahí fue la primera vez que este sintió ese dolor e ira que sería su castigo por 200 años. No sabía si dejó a YuSeok vivo o muerto, no le importaba si era sincero, al igual que su vida o lo que le hicieran.

Tomó una de las velas que iluminaban el lugar, pasó por cada ventana para encender las cortinas, las tiró sobre las bancas de manera y, al salir, miró una última vez, YuSeok se movía, pero no logró despertar antes que el fuego lo rodeara y su vida fuera apagada al igual que su alma.

El incendio llamó la atención de todos, YeonJun no se movió del lugar por lo que fue aprendido en ese momento, no necesitaron pruebas cuando sus manos eran más que suficiente, e igual, él no negaba lo que hizo.

Choi YeonJun fue fusilado por el delito de asesinato y crimen contra la iglesia.

El pueblo decidió olvidar ese momento oscuro, porque, al final de todo, nada era bueno al hablar de un tema dónde el pecado y la muerte reinaban.

Para cuando el relato terminó, las manos de YeonJun temblaban, sus ojos estaban rojos por las lágrimas que ya no deseaba derramar, en cambio SooBin si las dejaba caer silenciosamente.
No lo veía, YeonJun temía aún en su interior que todo esto asustara al rubio, al final de cuentas asesinó a sangre fría a otro hombre, pero sus lágrimas por fin cayeron cuando este lo abrazó con todo el amor que deseó todos estos años.

—Lo lamento tanto, hyung, lamento todo.

Tardó unos segundos en recomponerse hasta sentirse mejor para hablar— Tú no tienes nada que lamentar, SooBin, yo lamento haberte fallado.

—No lo has hecho, no hables así.

—Te mereces a un hombre respetuoso, limpio, libre de pecados, yo...

SooBin lo cayó con un beso, un toque delicado que hizo temblar a ambos y calmar esos corazones tristes— Nadie está libre de pecado, hyung, nadie, y si no hubieras interferido es muy probable que hubieran más víctimas.

—Pero HueningKai, él...

—En ningún momento deseaste que algo así le pasara, no fue tu elección, fue la de personas que en verdad estaban corrompidas; le diste un amor hermoso al igual que comienzas a dármelo a mí.

Las manos de SooBin limpiaban las lágrimas del demonio, este solo se dejaba hacer, cualquier toque por parte de este era una caricia a su lastimada alma— Me asusta no ser el indicado para ti.

—No hay nada como un "indicado", hay una larga vida dónde personas van y vienen, hasta el último instante de la vida se podría decidir quién fue esa persona, pero no por eso el amor del resto no fue el indicado en el momento; tal vez sea todo esta locura que nos rodea, pero ahora tú eres él indicado, hyung.

YeonJun tomó ambas manos del rubio y dejó un beso en cada una, el deseo de mostrar la adoración que tenía por este solo aumentaba— Eres mi adoración, la más bella y la única que necesito, SooBin.

Esto provocó una sonrisa genuina en el contrario— No culpo a HueningKai por haberse enamorado, eres irresistible.

Ambos rieron, otra vez se sentía una tranquilidad en el lugar— YuSeok fue atrapado, su alma fue quemada, no renacerá; ya no existe.

—Eso explica porque HueningKai dijo que ahora podríamos estar tranquilos.

—Parece haber estado muy pendiente de ambos.

A SooBin se le ocurrió algo para aligerar la poca tristeza que continuaba ahí, soltó las manos de YeonJun y cruzó los brazos— Tu ex novio pasa muy pendiente de ti ¿no crees?

El demonio lo miró confundido por su cambio de actitud— ¿Es así?

—Lo es ¿Por qué debe estar viendo a mi novio?

Aunque YeonJun había comenzado a tener un poco de pánico, con la idea de que SooBin se hiciera una idea errónea, logró captar la broma y lo último lo hizo sonreír— Disculpe, joven Choi, pero no sabía que mi cortejo había llegado al siguiente escalón.

La broma no pudo ser mantenida más tiempo, SooBin rió y volvió a tomar sus manos— Aún no, hasta que lo pidas como debe ser.

Con los hombros más ligeros con el peso que han logrado soltar, ambos se acomodaron en el sofá, SooBin recostado sobre el pecho de YeonJun. Se mantuvieron así sin moverse, sin querer ir a otro lado dónde el otro no estuviera y decidieron seguir hablando.

—Hyung ¿cómo sabías que él era un ángel?

—Cuando morí y fuí al infierno, lo primero que hice fue buscarlo, tontamente creí que nuestro mayor pecado era nuestro romance, eso es los que todos en la tierra me dijeron antes de morir, pero al llegar ahí me enteré que no lo era —explicaba con voz suave—. Él no cometió pecado alguno y, al ser víctima de la religión mal practicada, fue convertido en un ángel, además que esa era la última vida de su alma.

SooBin escuchaba atento— Y para hyung ¿esta es tu última vida?

—No, es la primera.

—Eso significa que puedes renacer.

YeonJun decidió que a SooBin ya no le ocultaría nada más— Podría, tengo el permiso, pero lo impuesto es deshacerme de esta casa, quemarla.

Esa confesión sorprendió al rubio, levantó su cabeza, no se alejó, pero lo miró sorprendido— ¿Por qué la casa?

—Porque mi dolor e ira empezó aquí, su fuente, al deshacerme de esta también lo hago de la que llevó dentro.

SooBin no puso que decir, no había algo que se pudiera decir cuando la respuesta es quemar tu casa— ¿y si mejor quemamos la tumba de YuSeok?

La risa de YeonJun se escuchó por todo el hogar— Solo a ti se te ocurren estas cosas —una de sus manos se dirigió a la mejilla de SooBin, acariciándolo—. No quiero quemarla y ya no estoy seguro de querer renacer, no cuando en esa vida no estará tu compañía.

Era consciente que esa decisión no era más de nadie, solo de YeonJun, amaba sentirse amado, querido y apreciado por este, pero aún así esos mismos sentimientos lo hacían sentir tristes al saber que este tenía la oportunidad de dejar todo atrás y empezar de cero— ¿Estas segura que una vida conmigo vale la pena el resto?

—No lo he dudado ni un segundo, cariño.

—Perdón —atinó a decir antes de acercar su rostro al contrario— por sentir felicidad al saber que seguirás junto a mí.






La palabra de HueningKai se cumplió, unos días pasaron, todo volvía a la normalidad que SooBin y YeonJun habían creado. Como la costumbre que se había vuelto, el rubio dormía sobre el pecho del demonio, quien decidió dormir también, no lo necesitaba y rara vez lo hacía, pero sentía un encanto en hacerlo en compañía de su amado.

No pasó mucho cuando comenzó a soñar; los demonios no sueñan, tienen pesadillas.

Por lo que no necesitó más para saber qué sucedía. Estaba en la casa, en el patio, caminó con un destino claro, la fuente dónde la estatua del ángel se encontraba, en el sueño está funcionaba.
En la banca lo esperaba HueningKai, quien alimentaba los patos que nadaban en el agua.

Tomó asiento junto a este, miraba los animales en un silencio tranquilo que solo la naturaleza decoraba.

—Sé que hyung tiene muchas preguntas —inició HueningKai—, las responderé.

Lo pensó unos segundos, tantas y no sabía por cuál iniciar, pero lo supo y no fue una pregunta— Gracias por cuidar a SooBin.

—No hay nada que agradecer, ya sabrás porqué.

La sensación de estar en un sueño era tan interesante para el demonio, era una de las cosas que había olvidado por completo— ¿Cómo supiste de él?

—Lo conocí mucho antes de que tú lo hicieras —confesó, mirando por primera vez a YeonJun—, SooBin era un querubín.

—Los querubines no nacen.

El ángel sonrió orgulloso— No lo hacen, a menos que alguien lo pida y haya una razón aceptable para esto —explicó, para volver su atención a los patos—. Cuando lo conocí todo fue normal, pero un día noté algo diferente en él; un hilo rojo que se dirigía al infierno.
Quiero que sepas, querido YeonJun, que es sumamente extraño que un querubín obtenga su hilo rojo, más que mis ojos hayan logrado captarlo; eso solo lo ve cupido.

—Al infierno...

HueningKai se colocó de pie, dió unos pasos siendo seguido por los animales, YeonJun solo lo observaba— Lo confirmé con él, además quien estaba al otro extremo, grande fue mi sorpresa.

La vista del ángel se dirigió a la mano del demonio, este siguió esto y pudo ver como un listón rojo rodeaba su dedo y este se dirigía hasta el interior de la casa. HueningKai sonrió y comenzó a rodear la fuente, el sonido del agua cayendo era tranquilizante— SooBin y yo...

—Nuestra historia no fue hermosa al final, es más, tu castigo no debió ocurrir, nunca pude obsequiarle un regalo como los que me dió durante ese tiempo —las mariposas también seguían a HueningKai—, por eso lo envié hacía ti, hyung, mi último regalo para ti. Debo admitir que no fue fácil, SooBin no estaba muy convencido de nacer, pero es un romántico y cuando a cupido se le escapó lo del hilo rojo no lo dudó ni un segundo.

Eso era algo que SooBin haría, a YeonJun no le cabía duda— Nació por amor.

—El hilo rojo es muy poderoso, que no les parezca raro que el amor entre ustedes haya crecido de tal manera; recalcaré que en eso yo no he tenido nada que ver.

—¿Y en que si?

—En su nacimiento y he estado cerca desde que me enteré que se mudaría aquí, el resto fue obra del destino.

Toda esta información era más de la que YeonJun esperaba, sabía cosas del cielo, pero su conocimiento era limitado, todo esto era algo de lo que no sabía que era posible— Belcebú dijo que su aura era brillante.

—El encanto de un querubín es difícil de borrar ¿Por qué crees que tiene los rasgos de un ángel?

Cabello rubio, ojos azules, belleza, encanto y un gran corazón; SooBin pertenecía al cielo en toda su extensión.

Se puso de pie y sonrió al alma de su primer amor, ese que amó y que ahora solo mantenía como un dulce recuerdo— Fue un placer volver a verte, NingNing.

Este sonrió al viejo apodo— Lo mismo digo, Jun hyung.

Sin más, YeonJun volvió en sus pasos en dirección a la casa, pero la voz del ángel lo detuvo.

—Jamás te he culpado, YeonJun, tampoco lo hagas tú.

Y con esas palabras dichas y bien escuchadas, YeonJun continuó su andar, HueningKai ya no estaba detrás de él, no necesitaba voltear para saberlo porque esto fue una despedida.

Una despedida que tardó doscientos años.














La inspiración está potente, es que ya lo tengo planeado y ya falta poco para el fin 🥺🤧

Nos leemos luego~♡

¿Se dieron cuenta que el ángel de la fuente fue una pista? :3

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