Poema 4: Advirtiendo a los demonios
Escuchen infelices desgraciados que están del otro lado, no quiero que le pase nada a mi Diosa... Porque descenderé a los nueve círculos del infierno para poderles hacer ver el verdadero dolor, mil guerras desataré para que entiendan que nadie tiene el derecho de tocarla.
Ella es mía y yo la protegeré con mi vida, porque mi vida entera es ella. Dejen que sus miserables corazones sigan latiendo y no permitan que los encuentren porque verán al demonio en el que me puedo convertir.
Hasta el más misericordioso ángel enloquece cuando le lastiman al ser que más ama, quiero que ella vuelva a mis brazos y si no la dejan tranquila...
Desearán nunca haber respirado en este mundo.
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