Ariana te consolaba, yo no podía hacerlo. No me molestaba que te hubieras vuelto muy unido a mi mejor amiga, pero no me agradaba que ambos hablaran de los mellizos, parecía que no tenían otro tema de conversación.

Creí que, al terminar tu relación, de nuevo íbamos a ser inseparables, pero me equivoqué, pues seguías hablando de ella y no podía soportarlo.

Supongo que por eso llegó un momento en que buscabas más a mi amiga que a mí, ella sí te seguía las conversaciones que tuvieran que ver con tu exnovia.

Por mi parte, prefería hablar con tus compañeros de basquetbol para que me contaran sus estrategias de los próximos juegos.

Todo era preferible a verte sufriendo por ella.