Estaba feliz.

Sus ojos se conectaron.

Desde el día en que la chica cargo al pecoso llevándolo a la casa de la chica.

Después de que el chico despertara con dolor y aturdimiento, no paso mucho, pues el chico prácticamente después de despertar agradeció nervioso mas de mil veces a la chica y se fue.

Al menos la chica estaba feliz de haber sido de ayuda.

La chica de cabellos negros tomo asiento en su banca cotidiana, seguidamente se dedico a mirar al chico que últimamente le robaba suspiros.

El chico peli verde sintió el peso de una mirada en su espalda y volteó encontrándose con una mirada azabache, la misma que lo había salvado.

Se puso nervioso y completamente rojo, como lo había hecho en la casa de la chica de cabellos oscuros.

Inmediatamente aquel chico tenso sus músculos, sus manos se posicionaron sobre sus piernas, su cabeza miro fijamente sus piernas intentando tranquilizar sus nervios. Los cuales parecían incontrolables.

La chica en cambio estaba roja de vergüenza pues la había pillado mirándolo.

/Genial, pesara que soy una acosadora, ¡que vergüenza!./ pensó ________ dejo caer su cabeza sobre la banca mientras se reprimía mentalmente.

Se levanto al sentir un ligero toque en el hombro, lentamente giro aun sin despegar su cabeza de la banca, su sonrojo aun seguía ahí, pero sin tanta intensidad.

El chico sintió una punzada en el pecho al verla. Sus cabellos azabaches caían sobre su cara, sus mejillas sonrojadas, le daban un aspecto tierno, sus labios entre abiertos que apenas eran visibles pues la chica tenia una bufanda que la resguardaba del frío y que tapaba levemente sus labios, sus ojos reflejaban vergüenza y nervios.

/Es muy linda/ el peli verde se sonrojo ante el pensamiento, sus ojos se clavaron en el piso y con todo el valor que pudo reunir en ese momento hablo con la chica.

— yo.... tu.... comida.... gracias....— se abofeteó mentalmente.

— ¿eehh?.— la chica estaba confundida y exaltada pues no creería que el vendría y le hablara, pues sabia que era demasiado tímido y nervioso.

Tomo aire y controlo sus nervios para al menos decir una frase correcta, levanto su cabeza con decisión.

— quería agradecerte por lo del otro día invitándote a salir.