-Sí no te conociera, diría que estás enamorada -bromea. Ella se Lucy, mi mejor amiga, creci con ella desde la infancia, es bastante carismática y directa.
No pude evitar que mis mejillas se sonrojaran antes aquel comentario. Siempre decía cosas así, parece que sabes que cosas que yo no le he dicho y, para el colmo tiene toda la razón.

Nos encontrábamos en un parque, la noche empezaba a caer, el cielo naranja con tonos rosa se apreciaba.

-Quizás deberíamos volver -sugiere ella-. La noche empieza a caer y el pronóstico dice que habrá una vaguada bastante fuerte esta noche -revisa su celular de forma frenética, esta obsesionada con el pronóstico y las noticias de último momento. No puedo evitar rodar los ojos y hechar una risa baja.

-Tienes razón -me levanto del comunpio y empezamos a caminar.

El camino no están largos, pero, me detengo al ver que.. El esta ahí, sentado en un banco con esa misma mujer de aquel día. Puedo ver la sonrisa que se vueva entre sus labios y como ella lo besa en los labios, se ven felices. Pero, el no tanto, en su mirada está el reflejo de alguien que no sabe lo que quiere, pero, que a su vez quiere estar. Nuestras miradas se conectan, una punzada se hace presente en mi pecho y no dudo en desviar la mirada, camino aún más rápido que antes.

☆

-¿A que se debe esto? -pregunto. Era el día perfecto para quedarse en cama viendo películas en Netflix, pero no, a mis padres le dio por hacer la cena de negocios hoy.

-Los negociantes que vendrán hoy, tienen una agenda bastante icupada en la semana, cielo-Madre contestó, ponía la mesa con tranquilidad-. Se que la universidad te está estresandl mucho, pero, hace tiempo que no tenemos clientes como estos.

Tiene razón. Mis padre es arquitecto y, mamá es diseñadora de modas. Crecí siendo la modelo de la familia, cada cosa que ella diseñarse lo hacía a mi talla para poder saber como se ve en cuerpo estrella como solía decir.

Suspiro pesadamente.

-Esta bien -me enojo de hombros. En verdad me daba igual o no.

-Deberías arreglarte, llegarán dentro de una hora -se acomoda el pelo. Asentí con la cabeza y subí hasta mi cuarto.

Mi cuarto nl es una maravilla, aunque debo decir que se parece bastante a mi: Hay notas por todos los lugares de mi escritorio, ropa, revistas, una cámara, la cama esta hecha las sábanas son de algodón y de rosa clarito. No era tan grande, pero en esta solía pasar la mayor parte del tiempo, y es como un trocito de mi en forma física.

Entro al cuarto de baño para poder darme una ducha. Me desvisto me miró en el espejo con detención, no podía quejarme de mi cuerpo, en los últimos años había cambiando bastante, de verdad. Tenía los pechos más grandes, y el trasero aún más también. Entro a la ducha y dejo que el agua caliente caiga sobre mi cuerpo.

Al salir de la ducha tomó la ropa que me voy a poner y me visto.
Es un conjunto en tela de satin, de color azul marino, es de dos partes, la parte de arriba es un top con un solo lazo qje cubre mi hombro y la parte de abajo es una falda larga, con un entreabiertos dejando ver mi pierna. Mi piel es bronceada, morena. Tengo el pelo castaño claro tirando para un rojizo y los ojos claros, entre el verde y azul.

Ya maquillada me siento satisfecha con el trabajo que he hecho, no soy experta en esto apenas se como hacer que mis ojos resalten. Mis ojos resaltan y llevo los labios en un tono risita clarito.

-¿A dónde tan hermosa? -Mamá sonríe al verme bajar por las escaleras. Papa por otro lado casi se atraganta con una sorbo de agua. Por m tarde simplemente sonrió.

-Espero que.. esta noche sea significativa. -empieza mamá hablar-. Hace tiempo que no tengo unos clientes tan exóticos, por así decir. Espero que de verdad nos vaya bien esta noche. -Termina de hablar.

El lugar es abierto/cerrado. Hay plantas por todos lados, el lugar es tranquilo y a la vez tan caótico. Estamos en un 4 piso, de un restaurante. Nuestra mesa está junto al ventanal, y desde allí se puede observar gran parte de la ciudad.

-Ya están aquí -Mamá hace una seña. Mi mirada se elevaba a la figura tan.. familiar.

Mi corazón se estruja al ver que es él, puedo sentir todo mi pulso por cada esquina de mi cuerpo. No se como puedo reaccionar. No sé qué debería hacer.

Porque cuando se trata de él, no sabía ni como respirar.

-Buenas noches, -mi padre le estrecha la mano a ambos y mamá le sonríe haciendo lo mismo. Yo con la mirada intensa, torpemente me levanto y hago lo mismo.
Sus ojos están centrados en la vista de la cuidad, no sonríe, no habla y su mirada neutra.

De tantas personas en el mundo tenía que ser él. -suspiro-. Puedo ver a otro hombre a su lado, muy parecido a él, pero se ve aún más mayor podría ser su padre.

Me gustaría decir que esto es un sueño, pero no lo es. Nuestras miradas se conectan y siento la punzada en mi pecho, lo vi hoy de camino a casa y ahora también. Por un lado me siento feliz porque es la primera vez que estaré tan cerca de él, y por otra tengo nervios, puedo sentir en mk estómago el torbellino de emociones.

El enaraca una ceja y me observa, abrió los labios lentamente, al parecer diría algo.

-Pueden tomar asiento. -mi padre los invito a ambos. Asintieron, Neitthan se sentó a mi lado y su padre en asu lado también, en frente mío están padres.

Al estar tan cerca de él puedo sentir su aroma, es dulce. Su olor es adictivo podría pasar toda una eternidad perdido en ello.
Sin darme cuenta me encuentro respirando profundamente a su lado.

-Entonces -musita. Su voz es ronca y áspera-. Evangeline. -sus labios se curvaron de una manera tan sexy al decir mi nombre.

-¿Se conocen? -Mi madre pregunta. Yo asiento lentamente, ella nos sonríe a ambos-¿De donde?

Abri lentamente la boca para decir algo, pero Neitthan me interrumpe.

-La librería, pero, nos hemos encontrado varias veces antes. -responde. No puedo evitar sonrojarme al sentir su mirada sobre, repasando mi vestimenta. El va vestido como siempre, chaqueta negra y jeans negros.

-¿Trabajas en la librería? -pregunto su padre. Enmarcó una ceja. El Negó.

-Voy a ayudar al abuelo los fines de semana -respondió.

-Sabes perfectamente que, no me gusta que estés hay.. es un trabajo de mediocres no se.. como -papá carraspeo la garganta ajustándose la corbata. El señor James lo mira detenidamente luego se vuelve hacia su hijo -. Hablaremos de esto más tarde.

-Bueno, ¿cuales son sus intenciones? -esta vez hablo mi madre dedicándole una sonrisa.

-Mi hijo esta comprometido, se va a casar dentro de 2 meses-. Dice y esa punzada otra vez se hace presente en mi pecho. ¿Comprometido? Es decir que se va a casar.

Cuando escuché la voz del padre de él anunciar que su hijo se iba a casar, sentí que el mundo se desmoronaba a mi alrededor. Su rostro, tan serio y distante, me partió el corazón. No podía soportar ver esa expresión mientras mi propia realidad se desvanecía. Así que, presa de la desesperación, me levanté y murmuré una excusa, escapando al baño.

-Iré al baño-msuite y mis padres asintieron.

Una vez a solas, el dolor se desató. Me apoyé contra el mármol frío, y las lágrimas comenzaron a caer. Recordé todas las cartas que le había enviado de forma anónima. Cada una de ellas era una pequeña parte de mí, cuidadosamente escrita y llena de confesiones que nunca tendría el valor de hacer en persona. Había pasado noches enteras eligiendo las palabras, esperando que, al leerlas, pudiera sentir mi amor, aunque nunca supiera quién era yo. Pero ahora, esas cartas se sentían como un eco de lo que nunca podría ser.

La imagen de él, tan distante, se mezclaba con los recuerdos de mis noches en vela. Había soñado con el momento en que finalmente nos conoceríamos, pero jamás pensé que el destino nos llevaría a esto. El dolor de saber que se casaría con otra me dejó sin aliento. ¿Acaso alguna vez supo que yo era la persona detrás de esas cartas? ¿Sentiría alguna vez curiosidad por conocerme?

Mientras me limpiaba las lágrimas, traté de recomponerme. Tenía que regresar a la mesa, enfrentar la realidad de que mi corazón estaba roto. Cada paso hacia allí era un recordatorio de lo que había perdido. Cuando finalmente volví, lo vi sentado con la mirada perdida, ajeno a mi tormento. Mi madre seguía hablando, y yo intentaba sonreír, pero era un esfuerzo inútil. En mi mente, las cartas resonaban como un eco de un amor no correspondido.

Me preguntaba si en algún momento él había sentido la conexión que yo había percibido. Pero ahora, la idea de que se casaría con otra me resultaba insoportable. Mis palabras, mis sentimientos, se volvían irrelevantes ante el futuro que él había elegido. ¿Qué importaba si había escrito sobre mis sueños y esperanzas si no podía compartirlos con él?

La vida seguiría, pero yo quedaría atrapada en un ciclo de cartas no enviadas y sentimientos ocultos.

Mientras caminaba hacia la salida, el tiempo parecía detenerse. En mi mente, las cartas seguían siendo un refugio, un espacio donde podía ser sincera sin miedo al rechazo. Pero ahora, ese refugio se sentía como una prisión, recordándome constantemente lo que nunca tendría.

Una parte de mí anhelaba encontrar el valor para revelarme, para mostrarle que era yo quien había compartido esos pensamientos con él. Pero cada día que pasaba, esa posibilidad se alejaba un poco más. La vida tiene una forma de llevarnos por caminos inesperados, y yo estaba atrapada en una historia que no podía cambiar.

-Me alegra bastante esa noticia -mis padres lo felicitaron y el solo sonrió.

-Queremos hacer un encargo para diseñar un traje para ese día tan especial, será el momento en que las dos familias se unan. -comentó su padre con una expresión de felicidad.

Oh chico de ojos café.

En verdad, ahora no sabía cómo podría sentirme, si mal o feliz porque el lo está. Pero, en verdad hubiese querido conocerlo, poder aunque sea ser amigos.. o algo muchísimo más que eso.

-Sería un honor señor James-Madre agradeció. Ellos seguían en el tema de la boda y yo lo observaba a él de una manera perdidamente. Me gustaría saber los pensamientos que cruzaba por su mente o si está idea de verdad le agradaba, porque a mi parecer no es nada así.

-¿Alguna vez has pensado en lo que es el amo? -susurró. Estaba hablándome, se recostó en la silla y me observa por unos momentos.

Cuando me preguntó qué era el amor, sentí que el tiempo se detenía. Miré sus ojos, buscando la manera de transmitir todo lo que llevaba dentro.

-El amor, -comencé- es esa conexión profunda que te hace sentir vivo. Es un susurro en medio del ruido, un refugio en tiempos difíciles. Es el deseo de ver a la otra persona feliz, incluso si eso significa que no estás tú en su vida. El amor es un fuego que arde, a veces brillante y cálido, otras veces suave y casi imperceptible.

Me detuve un momento, observando su expresión.

-Es también vulnerabilidad, abrirse a alguien y arriesgarse a ser herido. Es dar sin esperar nada a cambio, y a veces, es doloroso, porque no siempre se obtiene lo que se desea.

Respiré hondo, sintiendo la carga de mis propias palabras.

-El amor es complicado, pero también es hermoso. Es lo que nos une y nos impulsa a seguir adelante, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Es un viaje, no un destino.-Respondo.

Él me miró en silencio, como si estuviera procesando mis palabras. Finalmente, respiró hondo y dijo:

-Nunca lo había pensado de esa manera. Para mí, el amor ha sido un enigma, algo que he visto en las películas, en las historias, pero no sabía cómo describirlo.-Se pasó una mano por el cabello, buscando las palabras.

-Creo que he sentido algo similar, aunque no siempre ha sido claro. A veces, me parece que es un deseo intenso, una conexión casi inmediata. Otras veces, es esa sensación de tranquilidad, saber que hay alguien que te comprende sin necesidad de decir nada.

Se detuvo un momento, como si reflexionara sobre sus propias experiencias.

-El amor también me asusta. Hay tanto en juego. Cuando pienso en lo que significa amar a alguien, me doy cuenta de que implica abrirse por completo, y eso puede ser aterrador. Pero a la vez, hay algo profundamente atractivo en esa vulnerabilidad.

Me miró, sus ojos serios y llenos de emoción.

-Quizás el amor es una mezcla de todo eso: la pasión, el miedo, la conexión. Y a veces, como dices, puede ser doloroso, porque no siempre se traduce en lo que esperas. Pero, a pesar de todo, creo que vale la pena. Tal vez eso es lo que hace que el amor sea tan especial.

Su sinceridad me conmovió. Estábamos compartiendo algo íntimo, y en ese momento, entendí que, a pesar de la confusión y el dolor, había una belleza en nuestra conversación que no podía ignorar.

Después de la cena, volvimos a casa. Mamá había dicho que habían conseguido un buen trato para esto, y que estamos enviados a la boda.

Me encontraba en mi cuarto, tenía el portátil sobre mis piernas observando la última carta que había enviado y ya había una respuesta, pero, creo que sería algo que no quisiera leer. Él se va a casar y yo, debería pensar que haré con mi vida en adelante.

Mensaje para; Una amante Anónima
De: Neitthan.

Querida Anónima,

Tu carta ha sido un soplo de aire fresco en medio de la confusión en la que me encuentro. Al leer tus palabras, sentí una mezcla de sorpresa, curiosidad y, debo admitir, un poco de incomodidad. La forma en que has decidido abrirte a mí es valiente, y aprecio sinceramente el tiempo que has dedicado a escribir y expresar lo que sientes. Pero, para ser honesto, hay muchas cosas en lo que has dicho que me dejan pensativo y algo escéptico.

La idea de recibir cartas de alguien que prefiere permanecer en el anonimato me resulta un tanto extraña. No puedo evitar cuestionar por qué eliges comunicarte de esta forma. En un mundo lleno de conexiones y oportunidades para hablar cara a cara, la decisión de ocultarte detrás de un seudónimo me hace pensar que hay algo que no se está diciendo. Tal vez es el miedo al rechazo, o tal vez es la protección que sientes al no revelar tu identidad. Pero, ¿es realmente una manera efectiva de construir una relación?

Tu mensaje me ha hecho reflexionar sobre mis propios sentimientos. Al principio, me sentí un tanto distante. Hablar de amor es complicado, especialmente para alguien como yo, que se encuentra atrapado en una situación que no ha elegido. La vida que llevo, marcada por las expectativas familiares y las obligaciones sociales, no me permite explorar mis sentimientos de la manera que desearía. La presión de un matrimonio arreglado se cierne sobre mí, y eso crea un conflicto interno que es difícil de manejar.

La verdad es que no tengo claro lo que quiero en este momento. Me siento dividido entre lo que mi corazón anhela y lo que mi familia espera de mí. La idea de amar a alguien sin restricciones es tentadora, pero también aterradora. Imaginarme en una relación real, en la que pueda dar y recibir amor libremente, se siente tan alejado de mi realidad actual que, a veces, me pregunto si es posible.

Lo que has descrito sobre el amor es profundo y resuena en mí. Sin embargo, al mismo tiempo, me resulta difícil aceptar que algo tan hermoso pueda surgir en medio de mis circunstancias actuales. Me pregunto si realmente sería justo para ti involucrarte con alguien que está lidiando con un compromiso del que no puede escapar. La verdad es que mi corazón no está disponible de la forma en que tú lo deseas.

Tu sinceridad al describir lo que sientes me ha tocado. Hay una parte de mí que anhela conocer a la persona detrás de esas palabras, entender quién eres realmente y qué te ha llevado a escribirme. Pero, por otro lado, hay un miedo persistente. Miedo a que esta conexión que parece prometedora se convierta en otra fuente de dolor.

Si decides darme la oportunidad de conocerte, quiero que sepas que no lo haré sin pensarlo bien. No quiero que esta relación, o lo que sea que esto pueda ser, se convierta en una carga más. Me gustaría entender tu perspectiva, saber qué esperas de esto. Estoy interesado en tus pensamientos, pero debo ser claro: no puedo ofrecerte lo que deseas en este momento.

Además, me resulta difícil ignorar el hecho de que esta situación es, en su esencia, un juego de sombras. La idea de ocultar nuestra conexión puede traer emoción, pero también trae incertidumbre. La ambigüedad puede ser atractiva, pero también desgastante. Quiero ser capaz de mirarte a los ojos y hablar de nuestras esperanzas y miedos sin la presión de un anonimato.

Si decides que quieres continuar con este intercambio, me gustaría que seamos claros el uno con el otro. Hablemos de lo que significa para nosotros. Tal vez puedas compartir por qué sientes lo que sientes, qué es lo que te atrajo a mí y cómo imaginas que podría desarrollarse esto. Me gustaría entender más sobre ti, sobre tu vida, tus intereses y tus sueños. Y, a su vez, podría ser un alivio poder compartir más sobre mí, aunque sea un pequeño resquicio de mi verdad.

Quiero que consideres las implicaciones de esta conexión. Yo no puedo darme el lujo de entregarme plenamente a un amor sin restricciones en este momento. Estoy atrapado entre lo que se espera de mí y lo que realmente deseo. Es una lucha constante que me deja exhausto.

Al final, espero que podamos encontrar un equilibrio entre lo que sentimos y lo que somos capaces de ofrecer. La vida es complicada, y lo que siento por ti es un reflejo de mi propia confusión. Si decides darme una oportunidad para conocerme mejor, estaré abierto a explorar lo que eso podría significar, pero quiero que seas consciente de los desafíos que enfrentamos.

Con el tiempo, quizás podamos descubrir si esta conexión puede crecer, a pesar de las sombras que nos rodean. Estoy dispuesto a explorar, pero también tengo que proteger mi corazón y el tuyo.

Espero saber de ti pronto.

Con sinceridad,
Neitthan.