Diciembre 2020

De: Soledad.

Para: André.

Ha pasado tiempo desde la última vez que te escribí, pero realmente no lo he hecho por qué no he querido deprimirme.

Ahora solo me limito a dibujar, recuerdas que esa era una de mis pasatiempos favoritos, incluso en este momento tengo mi escritorio lleno de bocetos que sin lugar a dudas tienen mucho que ver contigo.

Tengo una colección solo de tus manos, las he dibujado muchas veces. Están grabadas en mi memoria.

Al igual que tus ojos, pero como solo lo hago con carboncillo o lápices grises, nadie sabrá nunca de que color son.

Solo yo.

Hoy estoy invitada a una fiesta a la orilla del mar, se hacen bastantes de esas por acá. Pero a mí realmente me importa muy poco dónde sea que se hagan. Yo solo voy a borrarme un poco.

Me duele estar sola y conciente. Cómo lo primero es una elección, lo segundo no tiene por qué serlo.

Más cuando pienso que está debe ser tu primera navidad en familia, tu nueva familia. Y perdóname si me río en estos momentos, solo lo hago para no llorar.

No se suponía que estaríamos juntos por siempre, que no importaba que fuéramos una familia de dos. Que era la única familia que necesitabas. Que engañada me tenías André.

Pero a pesar de que quisiera que el odio me consumiera y ya no volver a pensar en ti. Lo hago y todos los días.

Y más en las noches, cada vez que debo cerrar los ojos ahí estás, esperando por mi. Con tus brazos abiertos para que me recueste en tu pecho. Aprieto la almohada imaginando que eres quien está conmigo.

Pero tú abrazas a alguien más.

Aún así, te extraño y me duele.

Te extraño André.