De: Layne Staley.

Para: Mí querida Margarita:

Aquí estoy sentado, otra vez pensando en ti, en ti amada mía, que solo has traído felicidad a mi vida.

Desde que te conocí, aquel día, todo cambió para mí y a partir de ese momento conocí lo que realmente es el amor y eterna felicidad. Gracias a ti pude salir adelante y rehabilitarme, como tanto mi familia, amigos, y hasta yo, deseaba.

Ahora que se acerca la navidad, quiero escribirte y decirte a la vez cuanto te amo. Soy el hombre más feliz al tenerte a mi lado y que esta sea la primera de muchas otras navidades en donde la pasemos juntos.

Miro la nieve caer tras la ventana y cuento los minutos para verte sonreírme y mirarme con tus ojos cafés y brillosos, los que me vuelven locos.

Te imagino sentada en tu cama rodeada con tus Barbies, cuadernos y osos de peluches, siempre con tu dulce sonrisa, soñando con un mundo de amor y de ilusiones, una de las tantas cosas que me enamoraron de ti. Tu dulzura e inocencia.

Sigo sentado aquí, escribiéndote y mirando caer la nieve tras mi ventana y más te extraño. Esta gira se me ha hecho eterna y solo quiero que ya pronto termine, para que estemos juntos y celebremos esta navidad, nuestra primera navidad.

Sé que no te agrada para nada el invierno, pero niña mía, el bonito árbol de navidad, sus luces, los pequeños copos de nieves y nuestra alegría harán que te olvides del frio y que seas muy feliz. Te prometo que así será.

Mientras he estado de gira en estos días, he escrito una canción para ti, la que me encantaría que escucharas cuando regrese a tu lado, ya que me has inspirado para escribirla y espero de todo corazón que te guste. Aún no se la he mostrado a los muchachos porque quiero que seas tú la primera en oírla.

Te amo Margarita. Te amo como nunca pensé que llegaría a amar a otra mujer, después de lo que viví. Gracias por tu paciencia, por escucharme, por regañarme en ciertas ocasiones y quedarte a mi lado en mis momentos más oscuros, cuando nadie más lo hizo.

Ya imagino tu sonrisa al leer mi carta y ver tus mejillas enrojecidas. Siempre quise verte rodeada de nieve y que los adornos navideños jugaran con tus ojos y creo que ahora mi anhelo se concretará, lo que me pone más ansioso y feliz.

Solo quiero tenerte en mis brazos y besarte como cada vez lo hago, besarte a mi antojo mi dulce angelito.

Te adoro y te amo con toda la fuerza del mundo.

Siempre tuyo, Layne.