24° Carta
El señor John caminaba despacio tocándose el abdomen y cojeando, pero a pesar de eso, se le notaba mas joven, con la barba afeitada y bien aseado. A primera vista, parecía el hermano de Jack, aparentaba ser al menos unos 10 años mayor que él. Iba vestido como un edediano, usaba ropa suelta y sencilla. Algo de mí no había aceptado su muerte, y ahí lo tenía, frente a mí, sonriendo.
Jack corrió para abrazar a su padre, él le tocaba el cabello para cerciorarse de que no estaba soñando. John estaba vivo, y la alegría había vuelto a Jack. Me gustaba eso, me gustaba que ahora el equipo estaba completo. Sabia que cosas buenas vendrían, y que no seria fácil, pero juntos lo lograríamos. Encontraríamos un buen lugar para nuestra colonia, un planeta quizá, un planeta llamado Zelen.
— Chuc, hijo mío, ven aquí y dame un abrazo — Dijo el señor John mientras abrazaba a Jack. Chuc, como un niño pequeño, fue corriendo hacia él. — Luna, tú también eres mi hija, ven aquí.
Los cuatro no sentíamos fuertes, nos sentíamos unidos. Formábamos un lazo inquebrantable, éramos familia.
— Señor John, usted aun tenia que mantenerse en reposo. Recuerde que aún no sanan por completo sus heridas. Pero la verdad es que me siento feliz de que se haya rencontrado con su familia, aquí pueden quedarse un tiempo hasta que decidan ir en busca de su planeta. — Dijo Boyuk acercándose hacia nosotros.
— Yo me siento mejor, no podía esperar más, quería ver a mi familia. — Respondió el señor John lleno de tranquilidad y gozo.
— ¿Cómo es que estas vivo? — Preguntó Jack limpiándose las lágrimas.
— Yo puedo contarles la historia — dijo Mayur, que había venido corriendo detrás del señor John —, Un grupo de ededianos habíamos decidido ir en busca de mi hermana, sigilosamente seguíamos los pasos del Triangulum. Pero un día, escuchamos disparos y gritos. Ocultamos nuestras naves y fuimos al origen del sonido. Vimos como Jack, Luna y Chuc, flotaban en dirección al Triangulum. Y en el piso, había un hombre muerto. Me acerqué al cuerpo, y en efecto, ya no respiraba. Le saqué el cuchillo de su cuerpo, y el hombre empezó a gritar. Estaba vivo.
— Así es como Mayur, me envió en una de sus naves con su grupo de amigos. Y él se quedo en la tierra, porque decía que tenia que salvar a su hermana. — Añadió el señor John.
Agradecimos a Mayur por ayudar al señor John, y por salvarnos a nosotros. Hacia cosas buenas sin esperar nada a cambio. Tal como había dicho Boyuk: "Tiene todo lo que se necesita para ser un buen líder". Estaba casi segura, de que él nos apoyaría en la guerra contra los Narrasti.
Los siguientes días fueron grandiosos. El señor John se recuperaba satisfactoriamente, y los demás nos preparábamos, tanto físicamente como mentalmente, para luchar.
Chuc guardó tanta información del Edén, cada historia, cada leyenda, él se sentía feliz alimentándose de detalles. Al final de cada día, tenia una lista de animales desconocidos o plantas que había distinguido.
Jack y yo, éramos entrenados por Mayur junto a sus discípulos. Los ededianos usan sus poderes de manera poderosa, ellos pueden leer tu mente, aprender tu idioma y tu pasado con tan solo verte. Ven todo como una película, proyectado en su mente, y así saben como eres en realidad.
Jack ha estado concentrándose en mover cosas, cada vez a mas distancia, y eso es bueno. Es como si tuviera un control remoto de las cosas, y puede moverlas a donde él quiera. Mayur dice que si cierra los ojos podrá concentrar más su poder, para mover elementos, pero Jack aun no lo logra.
— El arte de dominar el alma, domina el cuerpo. — Dijo Mayur en una de las tantas tardes en las que entrenábamos al aire libre.
— ¿Cuánto tiempo debemos mantenernos en la posición del loto? — preguntó Jack mientras estiraba las piernas.
— Hasta que dejes de cuestionarte si lo que estás haciendo vale la pena. — Respondió Mayur, inhalando y exhalando, su enorme pecho pintado de verde se inflaba del aire fresco.
Jack se había quitado la camisa, tenia un abdomen plano y era un poco musculoso. No siempre lo miraba de esa manera, pero algo de él me atraía. Incluso su cabello rubio, que no cortaba hace un buen tiempo, me cautivaba. Jack se dio cuenta de que lo miraba, y me dio una sonrisa coqueta. Miré hacia otro lado, y simulé estar viendo la naturaleza que había a mi alrededor.
El panorama era distinto, podía ver cómo vivían todos en armonía. Los arboles parecían crecer es sincronía, dejando un paisaje sistemático y cuidadoso. Muchos de sus animales eran extremadamente raros, parecían mutantes, o salidos de algún laboratorio exótico. Me refiero a una belleza simple, pero a la vez compleja. Así como los pájaros "Hegazti", las hembras son de color azul metálico y en su pequeña cabeza tienen una pluma naranja, mientras que los machos no, pero son de colores cálidos. Pero lo que los hace especiales, no son sus cualidades físicas. En realidad, lo que me gusta de ellos, es que son libres. Nadie va en busca de cazarlos, nadie desea enjaularlos.
Luego de pasar toda la tarde, en este clima cálido y un tanto húmedo, Shedalah se acercó con un jarrón en las manos, su belleza era mística, parecía toda una princesa. Se había quitado los trapos que vestía en el Triangulum, para ponerse un hermoso vestido blanco y trenzar su frondoso cabello verde turquesa.
— Mayur, traje lo que me pediste. — Dijo con su voz tan delicada que casi parecía un susurro.
— ¡Perfecto! — Mayur fue hacia ella para coger el jarrón.
— ¿Estas seguro que funcionará? — preguntó Shedalah con un poco de intranquilidad. Se veía dudosa y miraba seriamente a su hermano.
— Funcionó en el señor John, ¿Por qué no lo haría en ellos? — dijo señalándonos. Jack y yo cruzamos la mirada, "no pasa nada" dijo él, moviendo los labios, o al menos eso entendí.
Mayur se acercó a nosotros para que bebiéramos el liquido azul que contenía el jarrón. Era espeso, y sabia al azúcar procesado que nos daban en la Luna, un dulce agrio que dejaba un mal sabor en la boca.
Luego de tomar el líquido azul, todo se puso extraño. Empecé a ver imágenes borrosas de personas caminando con trajes aburridos y opacos, todos yendo en una misma dirección y a la vez sin rumbo alguno. Luego las alucinaciones se convirtieron en un montón de niñas con los ojos blancos, parecían poseídas o quizá eran ciegas. Pero al final, ellas desaparecieron, y solo quedó una mujer de cabello blanco, ella me causó escalofríos. Sus ojos también eran blancos, parecía estar perdida viendo algo a su derecha, pero luego su mirada se dirigió hacia mí, y entonces mi pulso empezó a acelerarse. La mujer llevó un dedo a sus labios y me desmayé.
La lluvia, me despertó. Grandes gotas cálidas, cayeron en mis mejías, mientras Jack me sostenía en sus brazos. Tenia el rostro caliente, e incluso fiebre. Y de un impulso, lo abracé con todas mis fuerzas.
— ¿Qué es lo que nos diste? — gritó Jack mirando a Majur, estaba enfadado.
— Solo quería ayudar, pensé que así recordarían el camino al planeta Zelen. En tu padre funcionó. — Respondió Mayur, quería tranquilizar a Jack, pero al parecer este lo ignoró porque empezó a verme.
— Empezaste a gritar y te desmayaste... — me dijo, su voz había cambiado para sonar un poco serena. — Yo no vi nada, ¿Qué viste tú?
— Gente muerta de sed. — Mentí, no confiaba en Mayur.
— Será mejor llevarte a un lugar seguro, estas empapada de lluvia y tienes fiebre. Solo fue una pesadilla. — Jack parecía saber que había mentido, porque me miraba con complicidad.
Caminamos en el bosque en silencio, asegurándonos que nadie nos siguiera. Ya había dejado de llover, y milagrosamente mi fiebre había desaparecido.
— Ahora si puedes decirme lo que viste — Dijo Jack, luego de alejarnos lo suficiente del pueblo.
— Había niñas — dije deteniendo el paso —, tenían los ojos blancos. Pero ellas no fueron las que me asustaron. Esa mujer, era hermosa y aterradora. Ella parecía estar sucumbida, o poseída. Luego las niñas dijeron algo, dijeron muchas cosas, en una lengua que desconozco. Y a decir verdad, esa no fue la verdadera razón por la que me desmayé.
— Pero, ¿por qué te asustaste?
— Porque no es la primera vez que la veo.
Con cariño, desde el Edén, Luna.
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