Antes de leer la carta.

Taehyung salió a comprar algo para enviarle a Jungkook, no tenía en claro que sería.

-Cuando lo vea sabré que es el regalo indicado- Soltó al aire, mirando las vidrieras del centro.

Se pregunta ¿Por qué se sentía así?.

Tan solo eran cartas, ¿Realmente podía pasar el enamorarse de alguien a través de unas palabras plasmadas en una hoja?.

¿Por qué su corazón palpitaba tan fuerte al recordar lo que Jungkook había escrito?

"Creo que el que se enamoró fui yo".

¿Sería real?, él sintió aquella conexión en la primera carta ¿Por qué?, no decía nada especial.

¿Será el azar, el destino o una hermosa coincidencia?.

No importaba la razón, tan solo se sentía en una nube, como si soñara despierto.

-Ese es el regalo perfecto- Se dijo de pronto mirando un juego de pulseras.

Entró a la tienda.

-Si joven, ¿Qué busca?- Preguntó una empleada del lugar.

-Las pulseras en juego de la vidriera- Respondió señalando donde se encontraban.

-¿Oh será un regalo para su novia?- La chica sonrió.

-Algo así- Hablo tímido.

-¿Su pareja vive lejos?- Taehyung la miró confundido. -Es que esas son las "pulseras de distancia en blanco y negro" son un conjunto a juego que se usa para aliviar las dificultades de las relaciones a larga distancia.

-Oh, me gusta su significado, las llevo- Respondió con una sonrisa.

Pago por su compra.

-Suerte con su pareja- Saludó la chica. Taehyung asintió con una sonrisa saliendo del local.

-¿Relación?- Susurró viendo las pulseras. -Solo somos amigos por correspondencia- Pasó su pulgar por una de las perlas negras. -¿O no?-

Llegó a su casa subiendo directo a su habitación.

-La negra será para él- Susurró, colocando la pulsera en el sobre. 

Al otro día se levantó más temprano de lo acostumbrado, se alistó rápido tratando de no hacer ruido para no despertar a su mamá, tomó una manzana para comer en el camino, y salió hacia el correo para entregar la carta.

Luego volvió rápido para buscar a Jimin, qué como todos los días lo esperaba para ir juntos al colegio.

-¿Qué te sucedió, parece que corriste un maratón?- Dijo mientras estiraba sus brazos y bostezaba.

-No mucho- Mintió mirando hacia el suelo, Jimin lo miró entrecerrando sus ojos.

-Mmm ¿Por qué me mientes pequeño Pinocho? Te conozco desde hace más de diez años Tae y sé perfectamente que algo me ocultas.

-¿Ahora eres un pollo adivino?- Le sonrió evitando la pregunta.

-No quieras cambiar el tema, dime, vamos ¿Qué sucede?-

-Ash, está bien- Miro al cielo que aun seguía algo oscuro, unas pocas estrellas podían observarse, respiro hondo. -Jungkook me escribió una tercer carta- Tapó su rostro con sus manos, sentía sus mejillas arder.

-¿¡Queeeee!?- Gritó. -¿De verdad? ¡Omg, omg ¿Qué decía?, porque para que te pongas rojo algo importante debió decir esa carta-

-Qué cree que se enamoró de mí- Respondió por detrás de sus manos.

-Aaaah Tae, pero ¿Cómo?-

–¿Le envié una foto?- Jugó con sus manos.

-Eres un oso tramposo- Dio saltitos de emoción.

-¿Será real?- Preguntó temeroso.

-¿Por qué mentiría? Eres hermoso ¿Quién no se enamoraría de ti, Tae?- Tiró su cabeza para atrás. -Qué envidia-

-¿Envidia, por qué?- Lo miro frunciendo el ceño.

-Quizás, si encontraste el amor a través de unas cartas, es muy romántico, no sé, también quisiera algo así.. especial-

-De seguro también llegará alguien especial que te ame pollito, aunque la realidad es que aún no se si es amor- Sonrió recordando el detalle. -También me envió un chocolate con fresa-

-¿Tu favorito?- El castaño asintió. -Wow, eso es mucha coincidencia-

-Lo se- Levantó sus hombros con una sonrisa. 

Era el cuarto día desde que él había enviado su carta, todos los días revisaba el correo y la mesa del comedor en busca de aquella respuesta que no llegaba.

-Se paciente, Tae- Le aconsejo el rubio, estaban regresando a sus hogares, luego de finalizar el horario del colegio.

-Sabes que la paciencia no es mi mayor virtud-

-Lo bueno se hace esperar-

-¿Y si no le gusto mi respuesta?-

-Ayer me preguntaste lo mismo- Suspiró -¿Y qué te respondí?-

-Se paciente- Volteo sus ojos para atrás. -Todo los días me dices lo mismo-

-No seas dramático, quizás hoy sea el día- Le sonrió. -Avísame si tienes noticias- Saludo con su mano entrando a su casa.

-Si te avisaré, te lo prometo- Gritó. -Espero tener noticias- Murmuró. -Hola ma- Saludó al entrar a su hogar, la mujer se encontraba en uno de los sofás revisando unos papeles.

-Hola cariño, te llego una carta- Respondió sin despegar la vista de los papeles.

Una enorme sonrisa se posó en sus labios, corrió a la mesa, tomó el sobre y antes de que pudiera ir a su habitación su madre volvió hablar.

-Tae hijo debemos hablar de algo importante-

-Luego ma, lo prometo- Hablo rápido, subiendo las escaleras. -Su madre negó con la cabeza. 

El tan solo leer su nombre en aquel sobre lo llenaba de ilusión.

Se sentó en su cama y llevó el sobre cerca de su rostro, cerró sus ojos sintiendo el aroma de lavanda qué emanaba aquel sobre.

Lo abrió con cuidado, de inmediato noto que había más de una hoja dentro del sobre. Lo primero que llamó su atención fue un dibujo hecho a mano con lápiz.

No pudo evitar sonreír al ver aquel dibujo, le pareció espectacular y muy romántico. Pasó su pulgar sobre el rostro dibujado de Jungkook.

-Kookie, eres tan hermoso, ¿Eres real?- Susurró.

Luego de admirar varios minutos aquel dibujo lo dejo aun lado para seguir mirando el sobre. Saco las tres hojas de carta y comenzó a leerlas. 

-Tete...- Murmuró imaginando a Jungkook pronunciarlo. Sonrió al leer qué él se vería mejor en persona, ladeo su cabeza. -Si a ti me refiero, Jeon Jungkook- Susurró reponiendo a la distancia. 

Siguió con la segunda hoja de carta.

-¿Soñó conmigo?- Dijo de pronto sorprendido.

Al leer aquel sueño Taehyung sintió como su miembro se despertaba gracias a que se imaginaba todo lo que iba leyendo.

Cerró sus ojos, pasó su dedo pulgar por sus labios. -Kookie- Susurró entre jadeos.

Siguió leyendo, mientras relamía su boca tratando de imaginar el sabor de los labios de Jungkook.

-Mi paraíso- Volvió a susurrar.

Se quedó unos minutos en silencio tratando de acomodar sus pensamientos y su temperatura corporal.

Luego prosiguió a leer la tercera hoja. 

Volvió a sonreír al leer la primera línea.

Luego su sonrisa desapareció y una mueca de preocupación se instaló en su rostro al leer el siguiente párrafo. Negó con su cabeza algo molestó al saber de aquella situación.

-También anhelo conocerte Kookie- Volvió hablar, luego fue hacia su escritorio dispuesto a responder.

Sacó sus hojas de carta y el bolígrafo, pensó por unos momentos que responder.

Re leyó la carta de Jungkook, pensó que lo mejor sería comenzar a responder la última hoja, dándole aliento sobre aquel tema tan delicado para ellos.

Doblo la hoja y la colocó dentro del sobre, luego busco una segunda y volvió a escribir.

Sonrió sintiendo calor en sus mejillas. También colocó la hoja dentro del sobre y se dispuso a escribir una tercera.

Mordía su labio inferior mientras leía su carta. Cerró sus ojos, llevó la hoja a su pecho. -Espero que se vuelva realidad- Suspiro y luego la colocó en el sobre.

Rocío su perfume como siempre lo hacía, miró el reloj, tenía una hora antes de que el correo cierre, así que salió lo más rápido que pudo para entregarla.

-Tae- Llamó su madre al verlo bajar las escaleras.

-Lo se ma, cuando vuelva hablamos es una promesa, por mi pulgar- Cerró la puerta tras salir.

Todo el camino al correo se fue sin poder borrar su sonrisa de sus labios, realmente estaba alucinando con la idea de conocer a Jungkook.

Entregó la carta y retomó el camino a su casa. La noche estaba llegando, la luna se asomaba, pensó que sería lindo caminar de la mano con Jungkook bajo la luz de la luna.

Sacudió su cabeza tratando de dejar de imaginar y pensar tantas cosas románticas, solo el tiempo sería testigo si eso se volvería real o no.

Llegó a su casa, su madre lo escuchó entrar.

-Tae cariño- Lo llamó desde la cocina.

-Ahora si ma, soy todo oídos- Bromeó.

-Ven, necesitamos hablar- Lo guio a la sala, ambos se sentaron en un sofá. -Estuve revisando las cuentas y las facturas a pagar- Taehyung la escuchaba con atención. -Y lamento decirte que no voy a poder pagar el viaje del proyecto, no vas a poder conocer a tu amigo por correspondencia...-