17 de febrero 1959

En la siguiente clase, Monseur Namjoon reunió a todos los estudiantes en el aula con entusiasmo. Aunque era conocido por su seriedad, su pasión por el arte dramático se manifestaba claramente en cada gesto y palabra cuando hablaba de la nueva actividad.

—Bienvenidos, queridos estudiantes—, comenzó Namjoon, ajustando sus gafas mientras caminaba de un lado a otro frente al pizarrón. —Como saben, estamos entrando en la fase final del semestre, y he preparado una actividad especial que combina la actuación , creatividad y conexión humana.

Los estudiantes se miraron entre sí con curiosidad, esperando saber más sobre el proyecto final del curso.

—Una de las formas más populares de conexión en estos tiempos es a través de las cartas—, continuó Namjoon, haciendo una pausa dramática para enfatizar sus palabras. —Muchas personas, jóvenes y mayores, encuentran amistades profundas y duraderas intercambiando cartas con desconocidos. Es en este contexto que basaremos nuestro proyecto final.

Jimin escuchaba atentamente, intrigado por la idea de conectar con personas a través de cartas en una era tan diferente a la suya.

—El proyecto implica que cada uno elija al azar una persona desconocida atravez de estos papeles,  pueden ser de cualquier parte del mundo, deben establecer una conexión a través de cartas—, explicó Namjoon mientras caminaba con los papeles perfectamente doblados en la mano.

—El objetivo no es solo practicar la actuación mediante la interpretación del personaje representado en las cartas, sino también explorar las emociones, las historias y los mundos interiores de estos individuos.

Los estudiantes comenzaron a murmurar entre sí, emocionados y un poco nerviosos ante el desafío que se les presentaba.

—Quiero que cada carta sea una ventana a la vida del otro—, continuó Namjoon con creciente entusiasmo. —Deben explorar quiénes son estas personas, qué sueñan, qué temen, qué aman. Y a través de sus respuestas, descubrirán no solo la actuación, sino también una verdadera conexión humana. Las respuestas de su amigo de cartas pueden tardar de uno a dos días para que no se preocupen.

Namjoon lo distribuyó entre los estudiantes, mientras Jimin observaba con indecisión los papeles que tenía delante. Los estudiantes comenzaron a murmurar entre sí, emocionados y un poco nerviosos por el desafío que se les presentaba.

—Elige con cuidado, Jimin—, animó Namjoon, notando la duda en su expresión. —Cada uno de esos papeles es una oportunidad para descubrir una historia única y emocionante.

Jimin asintió lentamente, examinando detenidamente cada papelito antes de finalmente tomar uno entre sus manos. Su expresión mostraba determinación , pero no decidió desdoblar el papel para descubrir la persona desconocida que le acompañaría en esta inusual aventura.

Era un nuevo comienzo lleno de posibilidades, una oportunidad de sanar a través de expresar  y encontrar una conexión genuina en un mundo que parecía haberse desmoronado apenas unos días atrás.

Esa noche, Jimin llamó a Jungkook, quien respondió de inmediato.

—Todavía no puedo creer que nos hayan dejado este proyecto , es ridiculo este proyecto  que nos pone en riesgo —se quejó Jimin, algo molesto.

—Es increíble, imagínate si me toca un guapo millonario que vive en Italia con sus 3 gatitos.

—Jungkook, eso es fantasía.

—Claro que no lo es si te lo propones.

Jimin resopló y volvió a mirar el papelito, ahora ya arrugado.

—Aún no he abierto el papelito.

—En serio, yo desde que me lo dio monsieur Namjoon, le escribí la carta y se la di al cartero. Solo toca esperar que responda.

—Jungkook, ¿crees...?

—Oh Jimin, claro que lo es. Vamos amigo, debes abrirlo y escribirle. Puedes contarle de tu 14 de febrero y tu ruptura amorosa con Taemin, tal vez te dé un consejo que te ayude.

—Jungkook...

Jimin se mordió el labio, sintiendo una mezcla de nervios y expectativa. Miró su reloj de nuevo y suspiró resignado.

—Solo me queda media hora antes de que pase el cartero.

Jungkook lo animó —¡Eso es mucho tiempo! ¡Puedes escribir algo rápido y ponerlo en el buzón antes de que llegue!

Jimin asintió, decidido. Abrió el papel ,  sostuvo  una pluma y comenzó a escribir con determinación, detallando sus sentimientos más íntimos , abriendo su corazón a un completo desconocido que esperaba ser su compañero de meses.

Cerró la carta con cuidado y la colocó en un sobre, luego bajó rápidamente las escaleras y la dejó en el buzón.

Observó a la ventana el  pasar  de los minutos en el reloj. El tiempo parecía moverse lentamente mientras esperaba, repasando mentalmente cada palabra que había escrito...