14 de febrero 1959

Una semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, y finalmente llegó el día más esperado para Jimin: el 14 de febrero.

El Día de San Valentín se sentía especialmente dulce este año, marcando no solo la celebración universal del amor, sino también su aniversario con Taemin.

Jimin se vistió con esmero, eligiendo unos zapatos negros con puntos blancos, una camisa de flores que ondeaba suavemente con cada paso y un moño rojo perfectamente atado en su cabello rubio.

La escuela estaba tranquila cuando Taemin se acercó en el salón vacío, iluminando el espacio como siempre lo hacía.

—Cariño... —susurró Taemin, inclinándose para dejar un beso breve en los labios de Jimin.

—Feliz día, cariño. Hoy tengo una sorpresa para ti —dijo Jimin con una sonrisa llena de emoción.

—¿En serio? —preguntó Taemin, intrigado y con una sonrisa amplia.

—Sí , ¿Te parece si disfrutamos este día juntos?  —respondió Jimin, su voz cargada de expectativa.

Taemin asintió con entusiasmo, aunque algo en su mirada parecía distante. Jimin notó el detalle, pero decidió ignorarlo por el momento.

—No podré acompañarte. Quiero estar perfecto para llevarte a cenar a nuestro restaurante favorito —mencionó Taemin con un tono algo distraído.

Jimin le abrazó con ternura, sintiendo un leve estremecimiento en el corazón ante la falta de entusiasmo de su pareja.

—Es nuestro tercer aniversario, cariño. Va a ser maravilloso —susurró Jimin, esperando que Taemin compartiera su emoción.

—Sí, nuestro aniversario —asintió Taemin, pero su mente parecía en otro lugar.

—¿Qué te sucede? —acarició el rostro de Taemin con suavidad, buscando respuestas en sus ojos.

—Nada, Jimin, nada —respondió Taemin rápidamente, evitando la mirada.

—Sé que hemos tenido discusiones últimamente, pero eso es normal en una relación, ¿verdad? —intentó sonreír, aunque la preocupación empezaba a asomarse en su voz.

—Sí, te amo. Tengo que irme —se separó bruscamente  y le dio un rápido beso antes de desaparecer por el pasillo hacia sus aulas.

Jimin se quedó allí, con un nudo en el estómago mientras veía alejarse a Taemin. Algo no estaba bien, y lo sabía en lo más profundo de su ser.

Más tarde, en la clase de Monsieur Namjoon, Jungkook se acercó con una expresión de preocupación en el rostro, como si estuviera a punto de revelar algo devastador.

—Oye, Jimin, no quiero ser el portador de malas noticias, pero he escuchado rumores sobre Taemin. Parece que está viendo a otra chica del grupo —dijo Jungkook en voz baja, tratando de ser discreto pero sin poder ocultar su inquietud.

Sorprendido y alarmado, Jimin sintió cómo su corazón latía más rápido. Intentó descartar la idea, pero la semilla de la duda ya había sido plantada.

—No puede ser... Taemin y yo tenemos una relación sólida. Nos hemos prometido estar juntos hasta la graduación —respondió , intentando mantener la calma, pero con un nudo en la garganta.

—Lo sé, pero estos rumores llevan circulando desde hace tiempo. Creo que deberías investigar antes de hacerte más daño —aconsejó Jungkook con sinceridad.

—Está bien —murmuró Jimin—. Después de clases, voy a darle una sorpresa en el restaurante. ¿Quieres venir conmigo? Si alguien puede ayudarme a descubrir la verdad, eres tú.

Jungkook asintió, y terminaron la conversación para seguir con la clase.

Al finalizar las clases, corrieron a casa para dejar sus mochilas y pedir permiso a sus madres. Luego se dirigieron directamente al restaurante, con el corazón de Jimin latiendo con fuerza ante lo que podría encontrar.

Al llegar al restaurante, Jimin se preparó para la sorpresa, pero lo que vio le rompió el corazón en mil pedazos. Taemin estaba allí, besando a otra chica con una pasión que él creía exclusivamente suya.

—¡¿Qué significa esto, Taemin?! —gritó Jimin, su voz temblando de dolor y traición mientras miraba la escena frente a él.

Taemin y la otra chica se separaron rápidamente, con expresiones de culpa y sorpresa en sus rostros.

—Jimin, yo... No sabía cómo explicártelo —comenzó Taemin, pero Jimin no pudo soportar escuchar más.

—Nos prometimos estar juntos hasta la graduación. ¿Cómo pudiste hacer esto? —las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Jimin mientras enfrentaba la cruda realidad.

La otra chica, nerviosa y avergonzada, intervino tímidamente.

—Lo siento, pero ella y yo  hemos  estado juntos hace más de un año... Lo siento mucho —dijo, su voz apenas un susurro.

—Pero... yo te amaba —murmuró Jimin, sintiendo cómo su mundo se desmoronaba.

—Lo siento, Jimin, pero tenía que decírtelo. Me enamoré de Rose mucho antes que de ti. Planeaba contártelo hoy, pero parece que lo has descubierto antes de tiempo —explicó Taemin, pero sus palabras solo agravaron el dolor del momento.

Rose, alta y segura de sí misma, observaba con una mezcla de satisfacción y triunfo.

—¿Nos vamos, cariño? —dijo con una sonrisa fría y victoriosa.

—Por supuesto. Algún día te explicaré todo, Jimin —añadió Taemin, aunque sus palabras poco consolaron a Jimin.

Sin decir más, Jimin corrió a casa con una mezcla de rabia, dolor y desesperación que amenazaba con desbordarse. Jungkook lo siguió, preocupado y sin saber qué decir para aliviar el sufrimiento de su amigo.

—¿Qué pasó? —preguntó Jungkook con voz suave, temiendo la respuesta.

—No estoy bien —gritó Jimin desesperado, sosteniendo un álbum de fotos que había preparado como parte de su sorpresa.

—Está bien, vamos a hablar. Estoy aquí para ti —intentó consolarlo Jungkook mientras ambos entraban en la casa.

La madre de Jimin, preocupada por la expresión devastada de su hijo, les observó con inquietud.

—¿Qué sucede, mi niño? —preguntó, buscando entender lo que había sucedido.

—Nada mamá. No tengo nada —se soltó de Jungkook y corrió escaleras arriba, encerrándose en su habitación, con su corazón hecho añicos ,  sintiéndose destrozado una y otra vez.

Mientras se dejaba caer sobre la cama, Jimin miró el álbum de fotos con manos temblorosas.

Abrió una página y contempló las imágenes que alguna vez le trajeron tanta felicidad. Con el corazón roto, comenzó a rasgar cada foto, sintiendo cómo cada pedazo de papel desgarraba también su alma.

Jimin había creído en Taemin y en su amor. Pero ahora, mientras las lágrimas caían silenciosamente, se preguntaba si alguna vez encontraría el verdadero amor que tanto había anhelado.

“Nunca encontrarás el amor de tu vida”, pensó con amargura, dejándose consumir por el dolor, con una canción triste de fondo.