Aquí como sombra abstracta me detuve a escribir unas cuantas molestias cotidianas en tu nombre.  Esperando un mensaje tuyo, sospechaba que aquello ya había terminado hace meses atrás, cuando me agarraste la mano en la playa aquella noche de tentaciones.  Que osadía, tenerte que vestir cuando no estás y cuando estás, solo fingir que no es fuerte este sentimiento heterogéneo.

Se fue opacando la ilusión, las ganas esperanzadas de un beso espontáneo en una tarde romántica de deseos simultáneos.  Como dos extraños nos vamos convirtiendo, con la falta de respeto de presentarte cuando quieres.  Me olvidas, apareces, quizás, besas otros labios y yo, yo solo voy internalizando que eres uno de tantos fantasmas encarnados, ladrones de energía que desaparecen con descaro.

No me voy a detener en ti, no eres lo único que tengo, no es tu boca mi paraíso, ni tus ojos mis gaviotas. Ve y firma otros labios, ve y riégate en otras flores, pues, mis pétalos no son para ti, colecciones de colores. 

Valgo más sola que partida en mil pedazos y te sumo a mis fracasos, te resto a mis verdades y te beso en un retrato.