Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 48

Traumas

14 de julio de 2000

Agustina Monnier

No sé cómo sentirme en este momento. Me siento liberada, pero sigo teniendo miedo de lo que me pueda deparar el futuro. Necesito sentirme libre, porque aún siento que sigo enjaulada emocionalmente ante todas las cosas que estuve viviendo durante cincuenta años.

—Agustina

—¿Sí?

—Estabas contándome tu experiencia en el momento en que conociste a Pietro — menciona el Sr. Charpentier, a quien no había visto desde hace muchos años. De verdad que lo extrañaba.

Extrañaba todo...

—Désolé —me disculpo —. Pero no puedo seguir, al menos, no ahora.

—De acuerdo, puedes retirarte.

Sin pensarlo dos veces, decido salir de la habitación y me dirijo a la salida de la mansión para respirar aire fresco.

No quiero recordar esos momentos. Quisiera olvidar, pero olvidar solo haría que mi mente confunda mi percepción de la realidad y la realidad, es esta. La que estoy viviendo.

—¿Mon amor? —la voz de Tristán me hace sobresaltar —. ¿Estás bien? ¿Pasa algo?

 —Necesitaba tomar aire fresco, no te preocupes.

—¿Segura? —intenta acercarse a mí, pero yo me alejo y luego le dedico una sonrisa falsa.

—Sí, estoy bien, no te preocupes.

Decido irme de allí. No quiero lidiar con nada ni con nadie ahora, necesito mi espacio y es algo que Tristán no ha querido entender desde el momento en que llegué. Sus pasos están cerca de mí y es cuando mi paciencia se acaba.

—¡Déjame en paz! ¡Quiero estar sola!

—¿Por qué?

—¡Porque así lo quiero, Tristán! ¡Solo déjame en paz!

Se queda estático en su lugar y yo aprovecho el momento para adentrarme otra vez a la mansión. Entro a mi habitación para ir al balcón y empezar a llorar como si no hubiera un mañana, y es que nunca sabes cuando será la última vez que puedas volver a llorar con tanta intensidad como yo lo estoy haciendo.

He llegado a tener muchos traumas a lo largo de los años por culpa de las torturas del italiano, pero no puedo evitar asustarme por todas las cosas que pasan aquí.

Me siento abrumada.

Me siento extraña, como si ya no encajara aquí.

Como si ya no pudiera sentirme en casa.

—Agustina —la voz de Rose me detiene —. Escuché lo que le dijiste a Tristán.

—No estoy dispuesta a escuchar un sermón ahora, Rose.

—Y no lo escucharás, solo quiero hablar contigo —se acerca a mí —. Sé que necesitas tu espacio para curar tus heridas, pero debes entender que Tristán está tratando de ayudarte en lo que sea que necesites.

—Y se lo agradezco. A todos, pero no quiero que me siga, necesito sentir que nadie está siguiéndome, necesito sentir que lo que siente él es amor y no obsesión.

—Lo entiendo —nos mantenemos en silencio por un par de minutos hasta que Rose añade: —. Sé lo que sientes ahora mismo. Lo vi en tu vientre...

Esa declaración me hace palidecer. Pensé que nadie lo notaría, pero recordé que las madres tienen instinto materno y que pueden notar cuando otra mujer lo va a ser.

—No sé qué hacer —sollozo.

—Ve con Charpentier —me aconseja —. Él te ayudará a que tu carga ya no sea tan pesada y verás que todo mejorará, te sentirás más libre.

ᴥᴥᴥ

20 de julio de 2000

Y aquí estoy de nuevo, con el Sr. Charpentier, quien me está observando fijamente para analizarme y poder dar un diagnóstico específico. Según él, me he vuelto una persona paranoica que se aísla de todos y de todo, pero aun así se sorprende al ver que ya no soy tan distante como los días anteriores.

—De acuerdo, dime ¿Qué es lo que no te dejó dormir anoche?

—La culpa.

—¿Por qué sientes culpa?

—Porque... —trago fuerte para evitar que el nudo en mi garganta no se convierta en un mar de lágrimas —. Siento que todo lo que vivimos fue por mi causa. Yo cometí el error, yo provoqué todo esto.

—¿Qué provocaste?

—La muerte de Alex... —empiezo a sollozar —... Los golpes de Clara... Los golpes de Maximo... Las heridas de Dylan... Los llantos de Rose... La muerte de Giovanni... El intento de homicidio de Amber... La violación de Colin... La violación hacia esas mujeres y... El intento de homicidio de Tristán...

—¿Crees que todos esos sucesos son por tu causa?

—Sí.

Suspira, como si tratara de analizar mi respuesta.

—Creo que estás llevando una culpa en tus hombros que nunca te ha pertenecido —me dice y lo miro confundida —. Si No hubieses conocido a Pietro, hubiese sucedido todo esto, pero con otra persona, porque Pietro no iba a esperar a que tú cayeras años después. Necesitaba manipular a alguien, a cualquiera que tuviera un buen lugar en la alta sociedad.

Tiene sentido...

—En este caso, ¿Quién crees que planeó todo esto?

—Pietro.

—Exacto. Los perjudicados fueron todos ustedes, pero los más afectados directamente fueron Alex y tú —me dice y tiene toda la razón —. Alex supo quién era él y prefirió callar hasta la tumba, sabía que, en cualquier momento, Pietro lo mataría sin que tú...

Busca algo dentro de su maletín. Saca un libro rojo de tapa dura con un broche en un lateral.

—... Conocieras la verdad —me extiende el libro y lo miro aún más confundida de lo que ya estaba —. Es el diario de Alex. Él quería que te lo diera, pero me dijo que lo leyeras, luego de cincuenta años.

Esto era lo que Alex me decía en mi sueño hace diez años. Quería que no dudara en leer su diario.

—Gracias...

—Por otro lado, supongo que vas a tratar de ser más cortes con los chicos.

—Sí.

—Bien —me observa en silencio para luego decir lo siguiente: —. Hay algo que quisiera contarte, pero debes tomarlo con calma.

Me mantengo en silencio para esperar la noticia que me tiene.

—Tus padres murieron...

Y ahí, justo en ese microsegundo, sabía que mi mundo se vino abajo solo con esas tres palabras.

Mi familia falleció un año antes de que mi rescate se llevara a cabo y no puedo sentirme más culpable.

Es mi culpa, es mi culpa...

Es mi maldita culpa.

ᴥᴥᴥ

Meses después...

Me he sentido bien conmigo misma estos días.

Parece que las terapias han dado sus frutos luego de unos cuantos meses. Estoy en el comedor con mis amigos de la infancia y sus hermosos hijos que ahora me llaman tía Agustina. Siempre quise saber qué se sentía que me llamaran de esa manera, pero ahora debo acostumbrarme a que una criatura me llame de otra forma totalmente diferente.

El almuerzo se termina entre risas, alegría y euforia por parte de los niños preciosos que tengo de sobrinos. Me encantó compartir con ellos este día, ya que no había tenido ánimos de tener un momento agradable con esas criaturas.

Me fui al consultorio del Sr. Charpentier, quien estaba en su escritorio tomando notas de algo en su cuaderno. Me senté enfrente de él y empecé:

—Tengo algo que contarle.

—Te escucho.

—No puede decírselo a nadie, no aún.

—No te preocupes, confía en mí.

Tomó aire. No sé cómo reaccionarían los demás si llegan a enterarse de esto. Necesito ser valiente para afrontar cualquier tipo de situaciones que traiga el futuro.

—Estoy embarazada.

—¿De Tristán? —niego con la cabeza —. ¿De quién?

—De Pietro Russo.

Descubrí que, hace poco menos de tres meses, he estado embarazada de ese monstruo y esto fue producto de sus constantes abusos. Me siento sucia y desecha, pero esta criatura que llevo, no tiene la culpa de los actos de su padre muerto.

 Ahora me siento bien de saber que jamás conocerá al hombre que me hizo daño y que no volverá jamás para conocer a su hijo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro