Capítulo 46
Plan de Captura
10 años después...
10 de julio de 2000
Diego Molina
Me encuentro en frente del director de la sede de la Interpol, quien está junto a mi ex jefe de la CIA. Ambos están estudiando la información del italiano que he estado recopilando por más de cincuenta años, con un poco de la ayuda de Agustina desde su lugar en el Vaticano.
Los chicos están sentados en unas sillas que había dentro de sala esperando que los directores nos den luz verde para empezar lo que tanto hemos estado anhelando desde que este ciclo de toxicidad empezó. Mi ex jefe me mira con orgullo y yo le sonrío levemente al darme cuenta de que he logrado convencerlo a la perfección.
El director de la Interpol me mira y con un asentimiento de cabeza, deduzco que acepta darnos luz verde por todas las pruebas que hemos logrado recolectar.
—Agente Diego Molina —el director se levanta de su puesto para mirarme fijamente y hablar con voz firme —. Tiene luz verde para atrapar al líder de la mafia italiana, Pietro Russo, o más conocido como Rafael Lombardo.
—Gracias, señor.
Salgo triunfante de la sala, seguido por los chicos, quienes están eufóricos por la noticia. En el camino, ordeno a un escuadrón para empezar con el operativo lo más pronto posible, pero antes, los chicos y yo vamos a la mansión para darles la noticia a sus mujeres y a nuestros hijos.
Al llegar, me encuentro con mi hijo jugando con su pastor alemán lanzándole un freesby al aire para que su mascota lo atrape saltando. Capta nuestra presencia y nos saludó desde la distancia muy feliz con su perro fiel.
Todos entramos a la mansión y las chicas nos reciben preocupadas, emocionadas, angustiadas e incluso eufóricas por saber la gran noticia.
—¿Y bien? —inquiere Clara. Los chicos me miran para que de la noticia.
—El director de la Interpol y mi ex jefe de la CIA, analizaron todas la pruebas —informo, mientras ellas me miran expectantes —... Y nos dieron luz verde para atrapar a Rafael Lombardo, alias: Pietro Russo.
Chillan emocionadas y prácticamente se les lanzan a sus esposos. Yo busco a mi hombre con la mirada, está llorando de felicidad. Lo abrazo con fuerza y luego nos besamos con intensidad y euforia.
Esto era lo que siempre hemos estado esperando.
Llegó la hora de ver caer a Pietro Russo y a los demás clanes, pronto tendremos a Agustina aquí otra vez, con nosotros.
Ya casi lo logramos, Alex.
Te lo prometí y lo pienso cumplir.
ᴥᴥᴥ
11 de julio de 2000
Verona – Italia
Al día siguiente, ya estaba junto al escuadrón llevando a cabo el operativo de captura. Tristán y Maximo vinieron conmigo, mientras que Dylan, Colin y Dimitri debían quedarse con las demás. Estamos en un edificio observando a los secuaces de Pietro, custodiando la entrada y las dos salidas en esa mansión que solo quisiera derrumbar con todos los explosivos que trajimos.
—¡Escuchen todo el mundo! —grito con voz firme —. No quiero errores, quiero todo a la perfección. Necesito que tengan todos sus sentidos activos. Dentro de tres días, llevaremos a cabo lo que tanto se ha planeado hacer durante años. La caída de la mafia rusa, francesa e italiana acabará el catorce de este mes —todos me miran fijamente —. Nuestro objetivo es capturar y rescatar. Capturar a los tres líderes de las tres mafias más poderosas, y rescatar a esas mujeres que están siendo víctimas de violación, tráfico y prostitución, ¿Quedó claro?
—Sí, señor —responden todos al unísono.
—¡No los escucho, soldados!
—¡Sí, señor!
—Agente Molina, la Agente Fontaine quiere hablar con usted —un soldado me pasa walkie-talkie para hablar con la pelirroja, quien lleva a cabo la operación de rescate y captura en el Vaticano.
Antes de venir a Italia, Clara se había ofrecido para hacer la operación captura de Pavel Smirnov, quien hoy visitará el Vaticano para ir a sus reuniones con los miembros de Cosa Nostra. La pelirroja también sugirió llevar a cabo el rescate de las mujeres que se encontraran en las cuevas subterráneas de la Capilla Sixtina. No desconfío de sus capacidades, pero sé que esto no solo lo hace por Agustina, sino por su imagen ante la entidad.
—¿Qué sucede?
—Tenemos a Pavel —la mejor noticia de mi vida —. Y ya llegamos a las cuevas subterráneas. Hay muchas mujeres enjauladas, uno de los hombres confesó que había otra cueva subterránea en Roma, en el Teatro Marcelo.
—Nosotros nos encargaremos, traslada a esas mujeres a un lugar seguro y lleva a Pavel a la sede —le ordeno.
—Entendido —me dice apagando el walkie-talkie.
—Agente —me llama uno de los hackers —. Las cámaras de seguridad captaron movimiento, parece que Pietro Russo ya sabe que estamos aquí. Está arremetiendo contra una joven.
—Físico.
—Castaña, ojos azules y piel caucásica —eso no es bueno.
Para nada bueno.
—Actuaremos ya.
Todos se preparan para empezar lo que hemos estado esperando por más de cincuenta años. Tristán está enojado y emocionado por todo lo que pasará dentro de unos minutos.
Aquí y ahora terminaremos lo que empezó Pietro Russo...
ᴥᴥᴥ
Minutos antes...
Agustina Monnier
—¡¿Cómo les diste mi ubicación?! —me pregunta Pietro furioso tomándome de los brazos, tan fuerte que quema mi piel.
—¡Yo no he dicho nada!
—¡Mentira! ¡Alguien tuvo que haberles dicho!
—Je n'ai rien fait! et si je l'avais, tu serais déjà mort ! —grito furiosa por su maltrato hacia mi.
<<¡No hice nada! ¡Y si lo hiciera ya estarías muerto!>>.
—¡Nunca hubiese dejado que me mataras, maldita ramera!
—Mais ton oncle l'avait fait juste pour me protéger de toi, putain de psychopathe! —grito sin ningún remordimiento.
<<¡Pero tu tío lo hizo solo para protegerme de ti, maldito psicópata!>>.
La expresión de Pietro me da a entender que no solo toqué una fibra sensible, sino que también lo herí con mis palabras. Significa que le dolió haber matado a su tío, a uno de los hombres más leales dentro de su familia y su único amigo...
En cuestión de segundos, siento mi mejilla arder y mi cuerpo cae al piso por el gran impacto que dio la mano de Pietro contra mi mejilla derecha.
—¡ERES UNA MALDITA ZORRA! —me tomó del cabello, arrastrándome por el suelo y siento como me golpea con fuerza en el abdomen y el rostro.
De pronto, un estruendo.
Una explosión en la puerta de la mansión, hace que el italiano palidezca en ese momento y...
—¡Pietro Russo! —la voz de Tristán me llena de vida en ese preciso instante —. ¡Quedas bajo arresto por ser el líder de la mafia italiana, por violación a la mujer de mi vida, por violar a otras mujeres, ¡Prostitución! ¡Trata de Blancas! ¡Narcotráfico! ¡Y por ser hijo de puta!
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