Carta 4
-Yuu-Chan!!!- Gritó a lo lejos Mikaela a Yūichirō.
-¿Que pasa Mika?- Contestó felizmente Yūichirō por ver al su mejor amigo el vampiro.
-Es que...yo, q-quería preguntarte si, ¿Podrías ayudarme?- Dijo tartamudeando con un leve sonrojo, algo que era muy buena vista para el humano.
-Si, dime que pasa- Contestó
-Tu...¿podrías ayudarme con lo de la otra vez?- Dijo Mikaela con disimulo esperando que el azabache entendiera que se refería a lo de las cartas. Pero no fue así.
-¿Que paso la otra vez Mika?- Dijo en modo juguetón con el objetivo de hacer molestar a Mika y que se sonroje aun más.
-¡Yuu-Chan!¡No me hagas repetirlo!....-Dijo eso dándole un golpe leve en el hombro y hecho un tomate. "Misión cumplida" , dijo la mente de Yūichirō.
-Me refiero a lo de las...c-cartas de amor.-Finalizo un tanto tímido.
-¿Y como quieres que te ayude?-Le dijo Yūichirō a Mikaela, sonriendo para soltar confianza.
-Quisiera saber si tú conoces a la persona que está haciendo esto.-
Yūichirō no sabía que responder, su "amigo" le había preguntado eso, y el sabía que el mismo era el "anónimo" de las cartas que le llegaban a Mika. Mientras más pensaba, más se preocupaba. ¿Que pasaría si Mika lo descubre? ¿Lo rechazaría? ¿Lo odiaría después de eso?
-Si, yo se quien es la persona- Dijo firmemente. Mika lo mira a sus hipnotizantes ojos esmeralda.
-Y...¿podrías decirme quien es?- El rubio estaba curioso
-N-no puedo, lo siento-Respondió con cierta tristeza.
-Yuu-Chan...¿estás bien?-Dijo preocupado, a pesar de ser un vampiro, el tenía un buen corazón.
-...Mika- Dijo abrazándolo en un rápido movimiento.
-Yuu-Chan...-Susurró estas palabras Mikaela.
-•-
¿Es verdad lo que me dices?
Me haces sentir muy especial, ya quisiera saber quien eres.
Yo no creo que necesites hacer todo eso para "enamorarme"
Me empiezas a agradar
¿Por que no nos conocemos físicamente ya?
Es que estoy tan curioso por saber quien eres, ándale ¿si?
Mikaela
-•-
Yo
no creo que sea momento para dar ese paso,
no es que sea malo ni nada de eso, pero simplemente me rechazarías.
Al menos eso creo.
Creo que es mejor que dejemos esto, no me quiero arriesgar, olvídame y olvida esto de las cartas.
Anónimo
Miedo, es lo que sentía Yūichirō, simplemente no quería experimentar el dolor que se siente cuando te rechazan. Ya le había pasado muchas veces.
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