II
¡Qué sádica tortura rodea mis cimientos!
¡Qué irónica la vida!
¡Que mordaz se presenta ante mí!
Siento que se burla osada ante mi cara.
Siento que hace sorna cuando me ve sufrir.
Ya no tengo lágrimas.
Mi alma se ha secado.
Mis huesos se sublevan y se duelen.
Mi carne se retuerce y se hiede.
Mi vida se escabulle entre suspiros
y amargas congojas y conjuros.
¿Cómo amor viviré sin tu presencia?
¿Cómo vida viviré si estoy sin ti?
Solo tú eras mi vida en mi vida.
Solo tú eras mi amor.
Solo tú eras yo
y ya sin ti... y ya sin ti...
No hay vida.

Despierto sí, despierto
y un día y otro y cada día.
Y no quiero amor abrir los ojos.
Y no quiero vida sentirte latir.
No quiero no.
No quiero.
Porque mi amor, si despierto...
No te encuentro.
No...
te...
encuentro...
y no puedo sentir tu presencia,
y no puedo beber de tus besos.
Y no puedo amor amar sin tu esencia.
Y no puedo amar...
Y no quiero.
Porque mi vida.
Mi vida no es vida si no está la tuya,
mi vida no es, si no siento tu ternura,
si ya no siento tu aliento,
si ya no siento tu cuerpo,
si ya no siento tu alma latiendo,
si ya ... no te siento.
Si ya ... no te tengo,
sin ti
no hay amor, amor,
no hay vida, mi vida.
Sin ti no soy y no quiero,
no quiero...
no quiero vivir sin tu vida.

D.