Narra Camus

Una vez lo perdí todo,
me gustaría volver a renacer,
como la llama en el firmamento,
con tus ojos estrellados.

Soy el único que te recuerda,
mientras doy paso a paso,
al inframundo mismo,
junto a la señorita Kore.

Al mismo inframundo voy a tu alma,
espero algún dia unirme a ti,
quiero volver a recuperar mi lado poetiso.
Que te dedicaron mis versos.

Debo luchar en mi interior,
para no buscarte,
muero de hambre por tu ausencia,
muero de sed para dedicarte mis versos.

Me gustaría odiarme,
pero no puedo tú me hiciste amarme,
tus brazos ahora fríos,
necesitan tu calor.

Al Hades fui a por tu alma,
para quedarme y admirar tu rostro,
Más el mismo rey responde,
tú manzana dorada no esta aquí.

Vi a la señorita Kore besando,
Al Hades una dualidad,
Ella es la vida al igual que tú,
Yo comó el Hades muero por verte.

Una vez más, el frío me envuelve,
un manto de soledad que se adhiere a mi piel.
Recuerdo tus manos, tan cálidas,
y cómo solían derretir el hielo en mi corazón.

Pero ahora, sólo queda el vacío,
un abismo interminable entre tu alma y la mía.
He descendido a las sombras,
buscando, desesperado, tu rastro entre los muertos.

Mi corazón, una vez firme como el hielo,
se derrite en lágrimas que nunca cesan.
¿Por qué, te pregunto,
tu ausencia me consume como un fuego lento?

Kore y Hades se miran,
un reflejo de lo que éramos tú y yo.
Ellos, atrapados en un ciclo eterno,
nosotros, separados por la misma eternidad.

Pero aún así, sigo aquí,
vagando entre la vida y la muerte,
buscando en cada rincón del inframundo
una señal, un susurro, un eco de tu voz.

Porque aunque el rey del inframundo me niegue,
aunque me diga que tú no estás,
no puedo dejar de caminar,
no puedo dejar de creer que algún día,
mi amor te encontrará,
y juntos, volveremos a ser uno,
como la llama y el hielo,
como el día y la noche,
en un abrazo eterno, más allá de la muerte.