Narra Aioria

Hay cosas que no recuerdo,
cosas que duelen,
cosas que no quepan en mi memoria,
esa persona no está.

Tú recuerdo es borroso,
no recuerdo tu nombre,
tú rostro me familiar,
pero no recuerdo tu nombre.

Tengo ligeros recuerdos,
sin tú rostro,
es comó si el rió Lethe,
no te hiciera recordar.

Esa persona ya no está,
se fue con el viento,
con los ecos de un pasado
que no puedo alcanzar.

Murió, lo sé,
aunque mi corazón
se niega a aceptarlo,
el vacío en mi pecho
es testigo de su partida.

Tu nombre se ha desvanecido,
como las hojas en otoño,
y aunque intento recordarte,
solo encuentro sombras y silencio.

Te has ido,
pero el dolor persiste,
un recordatorio de que,
aunque no te recuerde,
tu ausencia aún pesa en mí.

En medio de mi tristeza,
siento unos brazos fuertes rodearme,
un calor que intenta calmar
el frío que dejó tu ausencia.

Es Shura, lo sé sin necesidad de voltear,
su presencia es un refugio,
un ancla que me sostiene
cuando todo parece desmoronarse.

Él no dice nada,
sus palabras no son necesarias,
el peso de su abrazo
es suficiente para aliviar el dolor.

Mientras su pecho se apoya contra mi espalda,
cierro los ojos y permito que el silencio nos envuelva,
dejando que su consuelo me alcance,
donde las palabras no pueden llegar.

Juntos, en este instante,
nos aferramos a lo poco que queda,
a la conexión que aún resiste,
aun cuando los recuerdos se desvanecen.

Solo recuerdo un rostro,
desdibujado, sin contorno,
como un sueño sin marco ni tiempo,
una sombra que me acompaña.

Charlamos, tú y yo,
en un espacio fuera de la realidad,
palabras que flotan en el vacío,
sin anclas en la memoria.

Intento aferrarme a esos momentos,
a esa conversación que alguna vez tuvimos,
pero tu rostro se escapa,
como arena entre mis dedos.

Es un eco distante,
una melodía que no puedo reconocer,
aunque lo intento, aunque lo busco,
no logro recordar quién eres.

¿Qué pasó en Asgard?
La pregunta resuena en mi mente,
pero las respuestas se escapan
como susurros entre la niebla.

Recuerdo el frío, el hielo que cortaba,
la sensación de estar en un lugar
donde la luz apenas llegaba.
Pero más allá de eso, todo es incierto.

Las batallas, los rostros, las voces...
se desvanecen como si nunca hubieran existido.
Solo quedan fragmentos, pedazos de un pasado
que se ha perdido en el viento helado.

¿Qué fue de aquellos que lucharon a mi lado?
¿Qué destino tuvieron las estrellas de Asgard?
Me esfuerzo por recordar, pero es inútil,
el olvido ha tejido su manto sobre mí.

Es como si Asgard misma
se hubiera hundido en las aguas del Lethe,
dejando solo un vacío,
una ausencia que no puedo llenar.

¿Fue real o solo un sueño?
Una fantasía nacida del frío y la soledad.
Lo único que sé es que ya no queda nada,
solo el eco de una pregunta sin respuesta.

En memoria de "esa persona".

Intento de hacer poesía  :<