Carta 22
16 de septiembre.
Exacto sabes para donde va esto, el día en que nuestra pequeña hija nació. Ese día en el que te grite en la mañana porque no aguantaba los dolores te contaré lo que me pasó porque.
Comenzó a eso de las 6 a.m. me desperté con un dolor que hizo que me retorciera recuerdo que apreté una almohada que estaba cerca y trate de dormir pero a la media hora me dio otro igual o más fuerte, y así cada vez se hicieron más intensos mis dolores y entonces dieron las 8 y yo seguía con dolores. Cuando lo sentí, un chorro que me escurría por un momento pensé que era flujo pero paso por mi cabeza el que tal vez era otra cosa me pare y cuando me iba a poner mis chanclas para ir al baño lo sentí era líquido y me moje toda. Te grite para que despertarás y te dije que creía que ya iba a nacer y no me equivoqué no tardamos en ir a la clínica.
Cuando llegamos a la clínica entre a ver al doctor Mendoza acompañada de tu mamá, el doctor Mendoza me pregunta que por que fui y le cuento lo que paso, el me pide que me acueste en la camilla que tiene y dice estar seguro de que solo es flujo, me pidió que abriera mis piernas y que las flexione para que me pueda hacer el tacto, comienza a hacerlo y cuando termina afirma que se haba roto la fuente pero hay un gran inconveniente y es que estoy muy estrecha y me tienen que hacer cesárea y entonces van por una hoja donde tu mama firma y le dan a tu mama una hijita con lo que voy a necesitar nos lleva al que será mi cuarto y la enfermera me da las instrucciones.
Dice que en el baño hay una bata y que me la debo pone que me acueste y en seguida regresara a ponerme la sonda ya que por la operación no podre ir al baño durante ese día, hago lo que ella me dice y cuando termino de vestirme me acuesto del lado derecho de la cama, entra a enfermera y me pone un tipo suero, me dice que en un rato va a llegar el anestesiólogo y la ginecóloga que recibirá a, la bebe, vuelve a salir del cuarto.
Junto a mi cama hay un silloncito tu mama se sienta en él y me mira. Aun recuerdo su voz diciéndome.
TRANQUILA ESTANDO DENTRO NO TE VALLAS A ECHAR PARA ATRÁS, YA VERAS QUE CUANDO VEAS A TU BEBE SABRAS QUE TODO LO QUE HAS HECHO HA VALIDO LA PENA, TU AGUANTA.
Entra el anestesiólogo y se presenta conmigo, me dice que lo que haremos es que cuando me valla a poner la anestesia tendré que enconcharme y no debo curvar mi espalda para nada se despidió de mi y de tu madre dijo que nos veíamos en el quirófano y salió del cuarto.
Después de un rato entro una de las enfermeras y me dijo que me subiera a una silla de ruedas para llevarme al quirófano. Me subí y confieso que en el camino iba súper nerviosa. Llegamos y me dieron la indicación de que me subiera a la mesa y e acostara viendo haca el lado izquierdo y me pusiera en posición fetal yo lo hice. Recuerdo que en el quirófano había tres enfermeras, el doctor Mendoza, el anestesiólogo y la ginecóloga. El anestesiólogo me dijo que no me moviera y justo cuando iba a meter la anestesia me dio una contracción y no aguante el moverme, estuve así un rato hasta que logre quedarme quieta. Me pusieron la anestesia y empecé a sentir como se me dormía mi cuerpo desde las puntas de mis pies hasta mi pecho.
Me dijeron que no atravesara mis manos por que podría interferir en la cesárea, recuerdo que comenzó a darme mucho sueño y entonces el anestesiólogo comenzó a hacerme preguntas sobre mi edad, mis hermanos, en donde estudiaba y como le llamaría a niña. Entonces la escuche...
Fue el llanto más hermoso que pude escuchar en mi vida mi niña estaba en los brazos de una de las enfermeras, le estaban realizando unas pruebas para evaluar mi embarazo, cuando por fin acabaron me acercaron a mí bebe la ginecóloga me explico que mi bebe estaba bien, recuerdo que dijo que le daba una calificación de 9 a mi embarazo, dijo que el cordón umbilical que tenia era muy grueso y que habían tenido que dejarlo un tanto largo.
Después de eso me pusieron las vendas en mi herida y me pasaron a una camilla en la que me llevaron de regreso a mi cuarto donde me pusieron en la cama y me dieron a mí bebe. Salieron a avisar que ya podían pasar a verme.
Entraron tus papás y tú a ver a la niña después una enfermera dijo que solo podían estar dos personas conmigo, tú papá salió y pasó después.
Yo tenía unas ganas de llorar, verla a mi lado, ver a la pequeña que lleve dentro de mí, ahora junto a mí fue lo mejor que me ha podido pasar. Sigo agradeciendo que ella esté en nuestras vidas.
Después de que ustedes pasarán llegó mi abuelita y uno de mis tíos, vieron a la niña preguntaron como estaba y te dieron la bienvenida a la familia aunque mis padres no te aceptaron y siguen sin hacerlo. Fuiste a comer porque como salimos de urgencia ni desayunaste. Mi abuelita se quedó en el cuarto conmigo y tuvo en brazos a la niña un rato.
Cuando regresaste estuviste viéndonos a la niña y a mí, te acuerdas que se puso a llorar y le cante la Mola Honky, si la canción que escuche en una película y se calmó sentí tan bonito. En el resto del día llegaron a ver a la niña fueron tus tíos y la cargaron un rato.
Ese día fue el mejor de mi vida, aunque me iban a inyectar a cada rato para que no me doliera mucho y me llevaron de comer hasta la noche y solo fue un pan tostado y un té.
Eso es todo por esta carta, la verdad cada que pienso en ese día me pongo feliz fue el día en que vimos a nuestra niña y la tuvimos en brazos me encanta recordar lo pequeña que era. Ahora es una niña grande y es aún más hermosa que el día en que nació, porque ella siempre lo ha sido.
Con cariño tú princesa zanahoria espero que estés bien.
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