CARTA A MI NUEVA AMIGA
Querida amiga:
Me tomo la libertad de decirte amiga porque creo que eso es justo lo que en este momento necesitas, al mismo tiempo te digo querida por todas esas veces que él te ha dicho te quiero sin ser realmente así. Te digo querida porque lo necesitas después de todas esas veces que él antepuso sus propios intereses, la necesidad de alimentar su ego antes de pensar de qué manera te perjudicaba a ti.
Hoy te escribo como la desconocida que soy para ti, porque eso soy a pesar de que tú creas que me conoces por lo que te han dicho de mi, nadie me conoce ni sabe lo que vivi en ese lugar en el que ahora tú estás y que jamás sería capaz de regresar.
Te escribo como la desconocida que necesitas.
Sé que no tengo la autoridad para meterme en el tiempo que le has dedicado a ese hombre y te comprendo, es difícil, después de muchos años llevo a penas un par de días admitiendo todo el daño que me causo. Y en serio te respeto, aunque no lo creas te admiro y creo que te mereces ser beatificada por tu manera de amarlo, de entregarte, yo simplemente no pude y huí de ahí.
Y no fue falta de amor, estoy segura que no, al contrario, me sobraba ese amor pero propio y no podía seguir alimentando su ego a costa de mi corazón, de mis mejores años y los sueños que le entregaba en cada día a su lado, del pedacito de mi que se rompía en cada oportunidad nueva que con sus ojos tristes y palabras de poeta de oficio me pedía el perdón.
Creo que eres una linda mujer por fuera, pero sé que eres mucho más hermosa por dentro. Te falta seguridad. Te falta confianza en ti misma.
Yo también intente durante mucho tiempo lo que hoy tu intentas día a día, darle todo para que no necesite buscar en ninguna otra parte, para que tú le seas suficiente como el lo es para ti.
Jamás lograras entender el por qué de esas llamadas por la noche, de esos mensajes con otras, de esos vacíos que el no logra llenar ni con la más dulce, pasional y sincera caricia que le regalan tus manos.
No es tu culpa.
En todo este tiempo se que tú luz no ha sido lo suficiente para alumbrar su obscuridad, pero no es tu culpa y debes convencerte de eso. Él no tiene más luz propia. El no brilla por sí mismo. Él hace tiempo que está muerto por dentro.
Y se lo adictivo que puede llegar a ser, se que tiene la sonrisa más tierna de mundo y que la pasión que te demuestra en la cama pareciera que no la provoca en el nadie más que tú, se que con una canción te hace sentir la más especial aunque esa misma haya sido reciclada un sin número de veces porque le funcionó la primera vez.
Y se que no puedes alejarte, se que no lo quieres hacer y no pido que lo hagas. Pero yo que lo viví sé que al abandonar esa adicción dañina, si logras superar la falta de dosis, comienzas a sentir una enorme paz y alivio en tu alma.
Quiero que seas feliz.
Sé que yo tampoco te conozco a ti pero por lo poco que veo logró distinguir esa tristeza de tu alma, incluso a veces siento que es la misma que tuve yo, que la deje ahí para ti con un sin fin de apodos, canciones por la noche y palabras que no son solo para ti y me llego a sentir culpable por ello, por dejarte encerrada ahí, en esa clase de amor que duele sin día de descanso.
Y me hubiera gustado que alguien me dijera a donde me dirigía, que mis esfuerzos serían en vano porque para el nunca nada será suficiente, porque el no es capaz de dejar huellas, porque cada alegría y cada caricia que te regala va acompañado de una herida que no para jamás de sangrar, y si para, se convierte es una dolorosa cicatriz.
Y lo siento, en realidad lo siento mucho.
Lamento todas esas lagrimas que le has dado frente a frente y a sus espaldas.
Lamento que hayas tenido que doblegar tu orgullo y amor propio intentado no dejarlo ir.
Lamento que te haya logrado convencer que tú eres la culpable y que logre manejarte a su antojo a base de chantajes y falsas culpas que siembra en tu corazón.
Lamento que te haya convencido que la desconfianza qué hay en tu mente el no la merece cuando es él el culpable de que siempre esté ahí.
Lamento esas palabras hirientes que te han sonado repetidamente cuando estás sola en tu habitación.
Lo lamento porque sin conocerte se que no te lo mereces, se que nadie debería de tratarte así.
Quiero que seas feliz, porque mereces ser feliz.
Pero feliz de verdad, cada segundo, sin la duda de que hace cuando no estás, sin el miedo a perderlo y ni siquiera entender porque cuando le das todo de ti existe esa posibilidad.
Yo no te voy a dar las falsas esperanzas que me dieron a mi, no te diré que cambiará porque lo conozco mejor que nadie y simplemente no lo hará.
Yo no voy a decirte que te quiere a su manera porque se que esa no es una manera de querer, no al menos una que alguien merezca, tampoco te diré que te lastima por celos ni mucho menos que es hombre, que es su instinto y no sabe lo que hace.
Yo lo que haré es decirte que te quieras, que te regales a ti misma todo ese cariño que hoy en día estás rematando, que tengas celos de ti misma para tu vida, que abras los ojos y al menos seas consiente del tiempo que estás perdiendo a su lado, del daño que tú misma te estás causando no sólo al dejar que el no te valore si no el que en el intento imposible de amarlo para que no se aleje de tu lado estás dejando que la que tú eres y tanto tiempo te ha costado construir sea la que se aleje y no vuelva jamás.
Tu nueva amiga, si así lo quieres.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro