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Dime, dime, cariño,
¿cómo estás el día de hoy?
Me lo he preguntado esta mañana
Al despertarme sin saber dónde estoy.
En ocasiones veo fotos tuyas donde sonríes,
dime, dime, ¿cómo es vivir en un mundo con color?
Yo ya lo he olvidado,
estando inmersa en mi propio mundo de dolor.
Dime, dime, cariño,
¿todavía recuerdas nuestro amor?
Porque no lo dejado,
aún conservo aquella almohada con tu olor.
En las noches yo siento un vacío enorme,
al ver con mis propios ojos llenos de reproche
que no eres tú aquel hombre
con el que he pasado la noche.
Dime, dime, cariño
¿cómo has estado?
Porque yo no te engaño,
me hace mal no estar a tu lado.
[...]
Al salir de aquel espantoso lugar, noto que Rubén cierra los ojos y sé que se está dejando llevar por la fresca brisa que avisa que otoño ya llega y viene de la mano del invierno. Inmediatamente me vienen a la mente recuerdos de aquellos maravillosos momentos en los que todo parecía ir bien entre nosotros, cuando no pensábamos que algo tan grave podría pasarnos. Éramos simplemente una pareja de jóvenes tan inocentes y soñadores dentro de un mundo tan lleno de violencia y maldad, dedicado a tratar de derribar tus sueños de la manera más dolorosa posible. Y claro que no sabíamos que teníamos al arma que nos mataría enfrente nuestro.
Me apreta la mano de manera consoladora, obligándome a mirarle a los ojos, su sonrisa marcando esos perfectos hoyuelos que se forman en sus mejillas sonrojadas. Y me pregunto, ¿en qué momento a pesar de todo lo ocurrido, lo he perdido yo? ¿Cuándo he perdido aquella sensación de esperanza y optimismo en los malos ratos? Porque es seguro que él no lo ha hecho, y mi pregunta queda en el aire, no podiendo ser contestada de manera segura, así que dejo que se la lleve el viento.
Trato de devolverle el gesto pero algo en su mirada me lo impide de cierta forma; a lo largo del tiempo he aprendido a leer cada pequeñísima fracción de sus ojos, y logro encontrar una tristeza constante que intenta ocultar con todas sus fuerzas, pero sabe que la veo. Espero a que se voltee, y cuando lo hace, cierro mis párpados y suspiro para mí misma. ¿Por qué he tenido que ser yo la causante de esa expresión?
—¿Qué tal si vamos a tomar un café y de ahí grabamos? —pregunta, cortando el tenso ambiente que yo misma creé. Asiento y le dejo guiarme, es su día libre y quiero que decida qué hacer para darle su merecido descanso de las cosas. Al cabo de unos cuantos minutos, alcanzo a ver el establecimiento al que siempre solíamos ir cada viernes después de una larga jornada de trabajo; el grabando y editando, y yo, escribiendo poesía y ficción. Dos cosas completamente distintas, pero que se complementaban estupendamente. El me transmitía la felicidad y energía de sus videos, y yo le brindaba la imaginación y profundidad de mis escritos. Éste era simplemente el lugar donde compartíamos todos nuestros avances y éramos alegres el uno por el otro.
Cruzamos la gran avenida y me concentré en el sonido de todos los vehículos pasando, era al parecer la hora ocupada, pero ya no podía estar tan segura de todo; yo ya no salía más que al trabajo y a comprar las necesidades de la casa. Al estar frente a la brillante y transparente puerta de cristal, me hace pasar primero para después seguirme, y me indica con su mano una mesa al fondo: nuestra mesa, la cual parecía no haber cambiado nada desde a última vez que estuvimos sentados juntos ahí. Nos acercamos y yo trato de contener un sollozo el segundo que noto que en realidad, todo está como aquel día. Misma posición tanto de la mesa como de las sillas, esa mancha café clara; consecuencia de un derrame de nuestra bebida al estar riendo demasiado con su nuevo video, y el rasguño que ocasionó mi cuaderno donde escribía.
Tomo asiento en mi lugar usual, sintiendo el frío casi al instante de lo abandonado que lo han dejado. Unas cuantas parejas nos miran, algunas con melancolía, otras con indiferencia, y el resto que parece hacerlo con envidia pero, ¿de qué? Porque jamás he entendido la necesidad del humano de juzgar y suponer la vida de alguien desde lejos; si estás de cerca puedes ver con claridad, estando lejos, dejas que todo te nuble tu campo de visión, concentrándote en lo que ves alrededor y no en lo importante. Es decir, sólo basándote en lo que parece ser. Y yo tenía muy claro que no envidiaban lo que en realidad era: un tremendo desastre, porque no veían los errores que habíamos cometido, que yo había cometido. Sólo veían aquel hombre de 26 años que sonreía aún con todo el peso que tenía en sus hombros, acompañado de una chica de 25 que parecía de 16 al mostrarse tan cohibida del mundo que le rodeaba.
Y me pregunto, nuevamente, ¿habrá algo que envidiar ahora de nosotros? ¿Existirá todavía todo eso que nos distinguía de los demás y nos hacía dignos de envidiar? ¿O sólamente yo lo he dejado escapar con el paso de los días, y él lo sigue teniendo?
—¿En qué piensas? —me interrumpe su voz, haciéndome responder con un gesto de sorpresa al escucharlo apagado y no lleno de vida que era música para mis oídos como siempre. Pero me recuerdo, yo he causado esto y merezco enfrentar lo que conllevan mis acciones. Y eso involucra verle sufriendo, indirectamente recordándome lo culpable que me debo sentir. Niego con mi cabeza, evitando hablar, porque no encuentro mi propia voz. Lo oigo resoplar y sus ojos cambian para mostrar frustración obvia.
—¿Piensas hablarme en todo el día? Joder Lena, no tienes ni puta idea de lo mucho que quiero escucharte a ti y tus palabras cargadas de sentimiento —me dice, completamente cansado. Abro la boca para intentar responder, pero no consigo hacerlo. El llanto está ahí y no me gustaría que lo primero que escuche de mí sean mis pensamientos de culpa y dolor. Sé que no ha salido de aquel lugar para eso. Le miro y traga saliva, sus ceño fruncido evidente y su sonrisa desaparecida. Bien, he provocado que su rayo de luz restante se fuera.
—Sólo quiero escucharte —ruega, sus ojos cristalizándose también —; lo que sea Lena, te lo pido.
Y antes de que un sonido para formar alguna palabra saliera de mí, las lágrimas alcanzaron a mostrarse primero. ¿Es que enserio no puedo evitar ser tan patética en ocasiones como ésta? ¿No puedo dejar de hacer que todo el mundo mire hacia mí? ¿No puedo dejar de tratar de ser el centro de atención aunque no sea intencional?
—Hey, tranquila, ya sé lo que estás pensando —se levanta y me quita de mi asiento, envolviéndonos en un abrazo —. No eres alguien que busca atención, sólo eres alguien que necesita mostrar lo que siente; Lena, no puedes permitirte reprimir todos tus pensamientos y sentimientos todo el tiempo, todos ocupamos desahogarnos de vez en cuando.
—Lo lamento tanto —consigo decir. Me acerca más a su cuerpo y lo aprieto más hacia mí, como si alguien estuviera tratando de alejarlo de mi lado y sé que es así; yo misma lo estoy alejando con cada cosa que hago. Su mano encuentra su camino a mi pelo castaño, y comienza a acariciarlo, como si tuviera todo el tiempo del mundo para disfrutar de hacerlo.
—No ocupas disculparte linda, todos cometemos errores alguna vez y eso también es parte de ser humano —contesta y me separa de su cuerpo, el mío negándose a despedirse de su calor y ardiendo en necesidad de él —. Venga, mejor vamos a casa a descansar, ¿vale?
Esta vez logro formar una sonrisa con mis labios, y él en respuesta sonrió también, mostrando los dientes. —De acuerdo.
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¡Hola! Espero que les haya gustado mucho este capítulo y creo que ya al siguiente será carta, pero igual déjenme saber en los comentarios si les agradó el que haya hecho lo de la realidad en medio de todo eso :D
¡Pregunta! ¿Alguna vez se han sentido también que les falta algo o que todo es por su culpa? ¿Qué creen que pasará en un futuro con Elena y Rubén? ¿Creen que a largo plazo todo esto les afecte poco a poco en su relación? Déjenme saber en los comentarios :) También me gustaría que me dijeran si les está gustando hasta este punto la historia; a mí honestamente me está gustando bastante el resultado que ha estado logrando.
¡No olvide seguirme en mis redes sociales! Las cuentas están en la descripción de mi perfil. También te invito a leer los mensajes que cada que otro día pongo, ahí actualizo información acerca de mis historias usualmente. ¡Nos leemos hasta la próxima! Bye bye ;)
-Johu734
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