Sirena no sabe que quiere para su vida, Sirena vive por vivir, Sirena no quiere que se sepa su historia.

Sirena no es nuestra protagonista, Sirena solo es el medio para saber la verdadera historia

¿Y qué historia?

Sirena acaba de mudarse, no importa dónde, por qué o con quién. A Sirena no le interesa que sepas nada de eso.

Sirena vaga por los pasillos de una casa solitaria, una casa con paredes lúgubres.

Sirena pasa de la habitación al cobertizo. A Sirena no le importa el desorden, Sirena camina sin sentido, rebusca aquí y allá sin encontrar nada especial.

Sirena está a punto de irse, camina junto a un cajón y por una curiosidad innata revisa en él.

Sirena encuentra una caja pequeña, descubre lo que hay en la caja.

Veinte cartas, Veinte cartas a nada.

Sirena se sienta sobre el suelo empolvado y abre la primera.

Sirena leerá veinte cartas, veinte cartas con cursiva desecha y sellos sin enviar. Con remitente pero no destino. Sirena leerá veinte cartas a nada.