Año 3023
Desde un salón de clases.

Cerebro:

Gobiernas todo, eres como el cristal fuerte y solo capaz de moldearse bajo el más intenso calor.

Es un placer trabajar bajo tu mando y aprender contigo a cada paso. Aunque tú siempre tendrás más conocimiento que yo.

He pasado tanto tiempo perdida entre tus paredes que ya te considero mi amigo, pero sé que tú eres muy analítico y no crees en eso de las amistades. Así que diré que eres mi compañero de vida.

Aunque eso puede ser malinterpretado, en fin que de alguna manera estamos unidos.

Te pido perdón por menospreciarte, no sabía lo importante que eras aún cuando tú haces todo en mi beneficio.

Pero así soy yo, egoísta. Aunque a ti no te importa, no te importa nada en realidad, lo que me lleva a pensar que, en fin de cuentas yo, no te importo en lo más mínimo.

Aún así gracias por salvarme, como agradecimiento me encargaré de estímularte.