Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Archienemigos

Querida hija, después de esa desastrosa noche y de llorar hasta quedarme dormida, mis amigas pensaron que me quedaría encerrada en casa.

Nada más lejos de la realidad, ya que lo que para otra sería una mala experiencia, para mí fue un choque contra esa realidad de la que tanto tiempo llevaba huyendo excusada en mi futuro profesional. A fin de cuentas entre Mikael y yo sólo había una incipiente amistad, sí, me gustaba, pero no iba a permitir que mis sentimientos llegaran a más con alguien que ya tenía novia.

Decidí, por tanto, salir más con las chicas y divertirme un poco.

Takeshi resultó ser todo un descubrimiento. Era encantador, divertido y, aunque no tenía pruebas, estaba convencida de que era lo que llamábamos un "pica flor", es decir, que cada vez estaba con una chica distinta.

Yo sabía que le atraía, se notaba en la forma en la que me hablaba y mirada y él era guapo, así que fue inevitable que una noche acabásemos besándonos. Mi niña, que quede entre tú y yo, pero incluso a día de hoy, Takeshi ocupa el puesto número 1 de mi ranking de besadores.

Después de aquella primera vez, cada vez que coincidíamos cuando salía con mis amigas, Takeshi actuaba como si fuese su novia. Me tomaba de la mano, me presentaba a sus amigos, ¡incluso me presentó a su hermana!

Así que, una noche, aprovechando que estábamos en la calle tomando el aire un poco, me animé a preguntarle si le apetecía quedar de día para tomar un café.

Y descubrí que los hombres pueden ser más complicados de lo que nos suelen vender.

Me miró fíjamente a los ojos, muy serio, y me dijo que él no quería nada serio y que esperaba que no me estuviese enamorando de él porque de lo contrario no podríamos vernos en un tiempo.

Me quedé helada, de todas las respuestas posibles jamás me hubiese imaginado una tan estúpida e inmadura.

Ahora que miro atrás, con perspectiva, le he encontrado sentido a todo lo que pasó, a todo lo que me dijo, pero en ese momento no me sentó demasiado bien, así que reaccioné con igual estupidez e inmadurez.

- ¡¿Pero tú eres así de gilipollas o te lo haces?! ¿¿enamorada de ti?? ¿¿¿yo??? ¿por querer tomar un café?

- Bueno... -evidentemente mi reacción le descolocó- yo creía... pensé...

- ¡Tú ni crees, ni piensas! dudo que tu cerebro de para tanto, ¡imbécil!

- Pero... Gabriela, sweetheart... -intentaba calmarme sin éxito.

- ¡Ni Gabriela, ni leches! ¡no quiero volver a ver tu cara en una buena temporada!, ¡¡¡estúpido!!!

Takeshi entonces se fue dejándome sola y yo más calmada me senté en el escalón de la puerta de un edificio ya que no me apetecía entrar al bar y volver a encontrármelo.

Apoyé la cabeza en la puerta y cerré los ojos un par de segundos, cuando escuché a alguien acercarse. Pensé que era Takeshi y salté inmediatamente aún con los ojos cerrados.

- Takeshi, que te den, déjame tranquila.

- ¿Y si no soy Takeshi me puedo sentar un poco contigo?

Abrí los ojos de inmediato, llevaba casi un mes sin ver a Mikael. Takeshi me había explicado que había ido a visitar a su novia, pero no esperaba verlo tan pronto. De hecho no esperaba verlo nunca más. Punto.

Le observé unos segundos antes de contestar. Tenía el pelo más corto y barba de un par de días, lo que le daba un toque muy, muy interesante. ¡Estaba claro que mi cabreo y decepción iban por un lado y mi lujuria por otro!

- Estamos en un país libre, puedes sentarte donde quieras -respondí escuetamente, no quería que se diera cuenta de lo nerviosa que me ponía.

- Gracias -dijo y se sentó a mi lado, imitándome y apoyando la cabeza en la puerta- Creo que te debo una explicación...

- No es necesario, Mikael. Me sorprendió descubrir que tenías novia, eso es todo.

Por el rabillo del ojo vi que él me miró y sonrió.

- Aún así me gustaría hablarte de mi situación con Tessa.

Viendo que yo no decía nada, continuó hablando.

- Tessa y yo nos conocimos hace un año, ella estaba aquí en un programa de intercambio de tres meses. Al principio no nos llevábamos bien, pero dicen que los polos opuestos se atraen y... nos enamoramos. Lamentablemente ella tuvo que volver a continuar sus estudios y desde entonces mantenemos una relación a distancia.

Me miró, esperando algún comentario de mi parte, así que no me mordí más la lengua.

- Y si tienes novia y la quieres tanto, ¿por qué tonteas con otras?

- Porque soy un hombre, soy joven y tengo mis necesidades.

Abrí los ojos de par en par, no podía creer que me hubiese dicho algo así con tanta seriedad y convencimiento. Menudo gilipollas escudándose en excusas de mierda...

- Gabriela, siento contarte esto ahora y de esta forma. Normalmente no me acerco tanto a una chica antes de dejar las cosas claras.

- Ah, pero... ¿hay más chicas? -el horror se vio reflejado en mi cara y él se rió.

- Tengo varias amigas de confianza a las que no les importa tener sexo sin compromiso. Ellas saben que de mí no podrán obtener nada más, soy claro con ellas desde el primer momento.

- Pero...

- Sólo es algo temporal, mientras que Tessa y yo estemos separados. Evidentemente cuando estoy con ella no necesito a nadie más.

Creo que ese día mi cerebro cortocircuitó de tanta estupidez que me tocó escuchar, porque me quedé mirándolo embobada, asimilando su lógica. Lo peor de todo es que le encontraba cierto sentido. Es decir, estaba MUY mal, estaba enfermo y tenía un grave problema si no era capaz de estar un tiempo sin sexo, sí, pero aunque no compartía sus motivos, no era quién para juzgarlo.

- Y bien, gatita, ¿qué piensas?

No era tonta, hija, sabía que me estaba preguntando si quería ser una de sus "esposas", como luego yo misma las llamaría, pero me salí por la tangente y le di una colleja bien fuerte.

- Pues pienso que eres un gilipollas, porque tienes una novia que te quiere y no haces más que pegársela con otras porque no eres capaz de mantener la bragueta cerrada. ¡Y no pienso consentirlo!

- ¿Cómo que no piensas consentirlo? -me preguntó riendo.

-Pues que cada vez que te vea con alguna, voy a buscar la forma de cortarte el rollo. ¡Prepárate!

Inmediatamente me levanté y me fui. Él vino detrás riéndose, sin creerse mis palabras... un par de horas más tarde, mientras trataba de irse con una de sus chicas, descubrió que lo decía muy, pero que muy en serio. Al contrario de lo que pueda parecer, incluso a mí me resulta extraño, ese día surgió una auténtica amistad.


*****************************************************************************************************

Dedicado a Tammy que tanto me ha hecho reír (¡y sufrir) con sus historias... ¡y lo que queda!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro