
Capítulo especial
—Eh, eh...— no sabía qué rayos responder— es una cosa, eh, d-de una...— mi cerebro decidió tomar una siesta— ¡de una amiga!
InuYasha arqueó una ceja, claramente incrédulo.
—Eh, sí, una amiga, me...— maldición, qué rayos les pasaba a las palabras— ella, ya sabes, ella me pidió el favor de guardarle unos apuntes— dije rápidamente.
Soy una idiota.
—¿Quién?
—Una amiga, ya te lo dije— mi nerviosismo era evidente— t-t-tengo q-q-que iirme.
Muy bien, el tartamudeo es el mejor signo de confianza pero ¡qué idiota!
—No me engañas— me increpó— tu sabes algo.
—¿De qué rayos hablas?— suspiré — escúchame, no, no... — la furia llegó a mi a modo de salvación— ¡¿Qué rayos haces interrogándome?! esto, no es tu maldito asunto, ve y preocúpate de que Bankotsu no te mate o no se, a mi déjame en paz— dije tajante.
Tomé mis cosas, asegurando la carta y metiéndola a mi carpeta, tenía que escapar lo más rápido posible, me disponía a irme cuando él me agarro del brazo.
—Sé que escondes algo, que sabes algo sobre ella— me miró con sus ojos dorados, hice lo posible por no derretirme y no lanzarme a él y decirle toda la verdad pero no podía— quiero que sepas, que te estaré vigilando de cerca, no me engañas y tú eres la que me llevará a mí chica de las sombras— quedé helada, el dijo MÍ chica de las sombras.
Diciendo eso último se largó hecho una furia y yo me quedé como una estúpida congelada, repitiendo en mi cabeza una y otra vez lo que había dicho.
Despierta idiota, me grité a mi misma, él dijo que me vigilaría, maldición, desde ahora debía ser sumamente cuidadosa, tal vez no sospechará de que yo soy, pero ahora esta convencido que yo lo llevaré a saber la verdad, esto no se podría poner peor.
—¡Así que eres tu la que le manda cartas a é!— una voz tras de mi habló.
—¡KOGA!— grité— ¿de qué hablas idiota?— que yo recuerde no confirmé nada en voz alta.
—No te hagas la idiota, te conozco, vi como te pusiste de nerviosa y yo se muy bien cuando estas mintiendo.
Maldición era cierto.
—No le digas a nadie— miré al suelo y lágrimas amenazaron con salir— yo creo que estoy enamorada de InuYasha.
Pensé que Koga comenzaría a reírse, pero me abrazó.
—Soy tu amigo, jamas le diré a nadie— depósito un beso en mi cabello— te ayudaré.
—No Koga, yo no quiero salir del anonimato.
—Pero debes luchar por este amor.
—Déjemoslo así, ya que sabes esto, ayúdame a que él no se entere— Koga me miro sorprendido.
—Esta bien, vámonos de aquí, tienes una nota que poner en el casillero.
Sonreí, esto se estaba complicando cada vez más.
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