«Alas de Libertad»

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👀¿Listos para este último capítulo?👀

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“Cuando más quiero encontrar una respuesta, más me pierdo en sus infinidades.”

De todo aquello pasó aproximadamente un año, o un poco más.

Todo estaba tratando de volver a la normalidad, y lo estaban logrando, pero Erwin simplemente... Es Erwin.

Un día cualquiera llamó a toda la Legión a reunirse para hablar de una nueva y definitiva misión: recuperar la Muralla de María.

La última misión de muchos integrantes...

Siempre creí que los locos desquiciados eran Erwin y Hange, pero la proposición de la travesía hacia nuestra ex tierra natal, tuvo la aprobación de al parecer todos los altos mandos, lo que me dio a entender su locura también:
Íbamos directo a las garras del enemigo, y aún así nos daban a todos la orden de ser literalmente carne de cañón.

Era una bendita locura, como todos los planes de ese hombre.

Pero entonces, al llegar la mañana del día de partida, algo me dijo que no volvería a casa... Nunca más.

Por lo que menos me preocupé fue por eso, ya que familia no tenía. Pero la razón por la que el pánico me atacó a último momento, eras tú; ¿No volver a verte más? ¿No seguir escribiendo estas notas que me aliviaban el alma?

Exacto, todo eso.

Quise llorar, pero no pude. Quise compartir mi momento afligido con alguien, pero no pude. Quise hacer algo para descargar mi rabia, pero no pude. ¡Quise declarar mis sentimientos por ti! Pero nuevamente no pude.

Odié mi timidez siempre, pero ese día estaba pasándose de la raya.
Si sabía que muy probablemente no volvería a casa, ¡¿por qué no me soltaba y ya?!

Preguntas con respuestas que sólo llegan con el tiempo... Un tiempo que yo personalmente no tenía.

Todo era muy lento y tedioso desde entonces, como si intentar hacerme entender que todo lo que quería hacer lo llevara a cabo en ese momento, puesto que otro ya no tendría.
Los minutos hasta la hora de partida se hacían eternos, al revés de como cuando la gente va a fallecer.

La Vida me estaba dando una última oportunidad para redimirme.

Sin embargo, yo estaba estática, con la mirada clavada en el reloj de la pared, viendo pasar mi vida como una película, escuchando mis latidos ir muy lento y mi respiración, hacerse más y más liviana: iba a desperdiciar la oportunidad y a propósito.

De pronto marcaron las 12:00 a.m. y me levanté de un salto como si tuviera un resorte. Me puse la capa con el símbolo de las Alas de Libertad, por las que todos luchábamos.

Apoyé la mano en el pomo de la puerta con una decisión jamás vista en mi rostro y giré la perilla; si se trataba de un importante paso a la Libertad de los humanos, entonces no tenía porqué hacerle la contra a mi destino.

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Eren pasó la hoja buscando más texto, pero ahí terminaba todo: Chiara hasta ahí había llegado, realmente nunca había vuelto para seguir escribiendo, y había dejado el final de ese libro y su vida, muy abiertos.

Nadie sabía con exactitud cómo había fallecido Chiara, ya que su cuerpo era uno más de los otros cientos.
Entonces eso significaba... ¿Que no había marcado la diferencia en el mundo como ella había querido?

El Jaeger cerró con delicadeza el libro donde la muchacha, ahora muerta, que lo había amado tan pura, inocente y sinceramente, había dejado constancia de su casi invisible existencia.
Se levantó despacio, pensando que  todo era su culpa al no haber podido proteger a una frágil soldado, que por él lo había dado todo hasta su prematuro final.

Se hizo espacio por entre los escombros como si de un zombie se tratara, arrastrando los pies y sosteniendo firmemente el pequeño libro que había estado leyendo.
Volvió a las calles donde la lluvia seguía dominando el clima, y se dirigió a el cementerio donde todos estaban ese día, llorando a sus allegados fallecidos, deteniéndose en medio del camino para cortar y juntar un ramo de flores improvisado.
Una vez allí, Eren pasó de largo por la lápida de Erwin Smith, al igual que de las otras, donde se amontonaban todos los ciudadanos, y se dirigió a la solitaria del fondo de la fila:

Chiara Läguer

~16 años de edad, última descendiente de la familia Läguer.~

Se arrodilló sobre la tierra mojada, dejando salir las lágrimas que corrieron por sus mejillas, desesperadas por caer en el sitio donde se hallaba enterrada Chiara, queriendo que aquel nudo en su garganta lo dejara de atormentar.

Inspirando dificultosamente y temblando, apoyó sobre el montículo de tierra, el libro de la propietaria que ya no estaba en ese mundo junto con las flores mojadas, y queriendo ser oído por la esencia de la joven, para que ella pudiera irse en paz y sin nada que lamentar con respecto a él, dijo con voz suave:

– Tus memorias perdurarán en la mía, como siempre quisiste, Chiara.

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¡Buenas mis queridos lectores!
Ésta historia decidí hacerla corta, con el fin de probar qué se siente hacer una obra de ése tipo, y por eso aquí les dejo el sexto y último capítulo de “Cartas a Eren Jaeger”

Espero que les haya gustado y no olviden que cualquier crítica constructiva es bien recibida.

♥¡Los quiero muchísimo, gracias por seguir la historia hasta el final!♥