Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17

Se sentía bien...

Las suaves caricias que recorrían mi piel perlada de sudor se detuvieron en su recorrido para masajear gentilmente mis pectorales, el sedoso cabello que rozaba me pelvis, causándome cosquillas mientras esa boca me volvía loco al subir y bajar con maestría por todo mi miembro, rodeándolo con una cálida humedad, alternando entre succiones y las caricias de su lengua que parecía querer despertar cada milímetro que estuviera a su paso.

El placer penetraba mi cuerpo de forma abrumante y me tenía cegado, no podía abrir los ojos y si lo hacía de seguro estaban empañadísimos por el deseo.

Estaba al borde de mi resistencia bajo su merced, ¿o quizás yo le tenía bajo el mío?

Mis manos que siempre estuvieron libres bajaron hacia su cabeza y la tomé de los sedosos y cortos cabellos para guiar sus movimientos que ya eran muy buenos, pero podían ser aún mejores con un poco de ayuda, más rápidos, más profundos, el sexo siempre vuelve hasta el hombre más humilde un ambicioso, siempre nos hace querer más.

Mi corazón bombeaba a la misma velocidad con la que mis caderas arremetían contra su húmeda boca, mis músculos se contraían con cada ola de placer que se acumulaba en la parte baja de mi torso hasta que fue más de lo que pude soportar, mi ambición me derrotó, aunque esa derrota siempre tenía una gran recompensa. Con un sonoro suspiró me liberé hacia un éxtasis avasallador, tan extremo que hasta me pareció irreal.

Ah... La sensación de plenitud arrullaba mi cuerpo que ya se sentía pesado, en mi mente solo había espacio para una idea: Definitivamente teníamos que repetirlo.

Cuando mi corazón y mi respiración recuperaron su ritmo normal, ya con el rostro relajado al igual que el resto de mi cuerpo, por fin pude abrir los ojos y me encontré con los hermosos ojos verdes que le pertenecían a...

¡ahhhhhhhHHHH!

Jadeé tan profundo que hasta sentí como si el alma me regresara al cuerpo. Lo primero que vieron mis ojos fue la noche estrellada sobre mi mientras mi pecho subía y bajaba agitado por el susto, mi ropa estaba pegada contra mi piel a causa del sudor.

—¿Aioros?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando escuché su voz llamándome a mi izquierda, pero por supuesto que él estaba ahí, siempre estábamos juntos. Quise alejarme rápidamente, pero el peso de su mano en mi pecho me lo impidió.

—Shhh.... —Trató de tranquilizarme, sin embargo, su contacto hacía todo lo contrario, mi pecho no dejaba de subir y bajar, quería huir, pero me quedé helado. —Recuerda que no puedes hacer movimientos bruscos cuando descansamos.

Asentí en silencio, mirando en su dirección, estaba demasiado desconcertado. —Aja... —Fue lo único que pudo salir de mi garganta.

Shura tomó eso como prueba de que me mantendría quieto y retiró su mano, lo escuché suspirar largamente... —¿Tuviste una... pesadilla?

Tragué duro ante su pregunta, no era otra pesadilla, era la misma que había tenido tres noches atrás y que con cada día se volvía más obscena. Negué en silencio a pesar de que él no podía verme en ese momento de espesa oscuridad. —No importa.

Él guardó silencio ante mi respuesta y con lo callado que usualmente Shura era no sabía si tomarme su silencio como algo bueno, a quien engañaba, no lo era, porque, aunque no podía verlo ni escucharlo algo me hacía sentir que lo había ofendido y eso me hacía sentir mal conmigo mismo.

—Disculpa... —Suspiré profundo y giré mi rostro en su dirección. —Fue solo otra pesadilla. —Mentí de nuevo, como había hecho la noche anterior, pero agradecí tanto que también estuviéramos rodeados de oscuridad pues así él no podía darse cuenta de los estragos que dejó esa "pesadilla" entre mis piernas.

—Entiendo. —Lo escuché suspirar a mi lado y ya no dijo más, lo cual agradecí enormemente.

Mis dedos se movían ansiosos, dando pequeños toquecitos en mi abdomen, el tiempo pasaba muy despacio. —Lamento si te desperté.

—Mmm... Eso es lo de menos, lo que si te haré lamentar es si me quitaste el sueño y ya no puedo volver a dormir.

Sabía que lo decía bromeando, pero en ese momento mi sentido del humor se había ido muy lejos y ante mi total silencio, él se percató que yo no estaba como siempre.

—¿Estás bien? No lo dezía en serio.

Escuchar la preocupación en su voz me hizo sonreír un poco. —Lo sé. —No me atreví a responder su pregunta porque no quería que esa respuesta diera pie a más preguntas que no estaba dispuesto o no tenía idea de cómo responder.

—Aioros... —Llamó mi nombre con delicadeza, como si tanteara el terreno en el que se atrevería a entrar. Ante mi silencio él continuó. —Sé que... No soy la persona más abierta en cuanto a compartir... —Se detuvo de nuevo, realmente le estaba costando un poco de trabajo. —Lo que sea que esté pensando o sintiendo, pero...

—Sé lo que quieres decir y sé que eres alguien en quien puedo confiar, Shura. Créeme, ... —Mi respiración se volvió pesada de nuevo y mi corazón a acelerarse. —... cada vez que tengo algo que me emociona como la carta de "mi hermano" tú eres el primero a quien le quiero contar y si tuviera un problema tú serías el primero con quien correría por ayuda, pero... —Desafortunadamente había algo en lo que él no me podía ayudar, nadie podía. —A veces hay cosas que tengo que solucionar yo solo.

Quizás y eso era lo que necesitaba, estar sólo, o más en específico... Alejarme de él. Contuve el aliento al darme cuenta de ello.

—Lo entiendo. —Su voz se escuchaba complacida, quizás mi comentario le había ocasionado una de esas pequeñas sonrisas sinceras que se esforzaba tanto en ocultar para el resto del mundo y al pensar en ello mi corazón volvió a emocionarse.

Todo estaba mal...

Y debía de detenerlo antes de que terminara peor.

—¿Shura?

—Dime...

En cuanto escuché su voz que reflejaba lo dispuesto que estaba para escucharme me odié y me di asco por aprovechar la oscuridad de la noche para que ocultara lo que nuestras miradas no podían evitar mostrar. Carraspeé un poco ante mi indecisión, no estaba seguro lo que haría ni de lo que sucedería, pero definitivamente creía que era necesario, yo lo necesitaba. —Estoy pensando en pedirle al Capitán Shion que te releve de la carga de cuidarme. —Sé que me sentía solo, pero quizás que él y yo nos separábamos, aunque sea un poquito, ayudaría a mi mente y sus deseos confundidos.

Shura se tomó su tiempo en contestar, solo fueron unos cuantos segundos en los que solo Dios sabe que analizaba en su mente y como tomaría mi solicitud. —Está bien... Creo que estás listo y ya no hay nada más que puedas aprender de mi después de todas las misiones en los últimos 5 meses...

Alcé mis cejas con sorpresa ante lo bien que se lo tomó.

—E independientemente de todo, seguiré estando ahí para ti cuando sea que lo nezesites.

Sonreí incomodo en las sombras. Sabía que distanciarme por completo de él era imposible considerando que éramos compañeros de pelotón, pero cualquier paso, sin importar lo pequeño e inútil que fuera, era mejor que nada. —Gracias.

—Pues, felizidades, te has graduado de mí.





*+*





Todavía no era oficial, al final la ultima palabra la tendría el capitán, quien estaba en nuestro campamento base muy lejos de nosotros que teníamos que hacer el trabajo duro de campo, pero Shura pareció entender mis intenciones, estábamos en el mismo lugar, solo que unos pasos más separados de lo que estábamos acostumbrados, mientras examinábamos un viejo templo abandonado en medio de la selva, sus paredes gruesas de piedra intensificaban todo, cada paso que dábamos, a veces me preocupaba que el sonido de mi corazón latiendo fuertemente cada que el español captaba mi atención también quedara expuesto.

—No hay rastros de simios. —Anunció Kanon una vez que todos nos agrupamos al centro de la sala más grande del templo. —No hay mapas, cartuchos, ni siquiera basura.

—Puede que no los profanen por respeto. —Mencionó Camus por lo bajo, más como para si mismo, aunque todos pudimos escucharlo lo suficiente.

—En la guerra no hay lugar para el respeto. —Comunicó Saga después de limpiar el sudor de su rostro con un trapo limpio. Después con sus ojos azules analizó la estructura del lugar. —Este lugar es un perfecto refugio, me sorprende que lo encontráramos vacío.

—Quizás lo acaban de dejar, podríamos investigar si hay impactos de balas a fuera o en los alrededores. —Añadí a la conversación.

—Es buena idea. —Contempló el sargento Kanon. —Pero una pérdida de tiempo. ¿Cómo nos afectaría si ya ha sucedido un enfrentamiento antes?

—De ninguna forma. —Cuando escuché su voz en verdad me impacté, Shura rara vez aportaba algo en las conversaciones de grupo a menos que el teniente se lo solicitara, mis ojos se posaron en los suyos que miraban fijamente a los verdes de Saga. —Pero, si este lugar es tan perfecto, los vietnamitas deben conozerlo y quizás lo usen como señuelo, podría haber algún fortín zerca esperando a emboscarnos.

—Si... —Susurró Saga y después suspiró, el pobre estaba cansado, como todos nosotros. —Aun así este sigue siendo un buen lugar para descansar. En 5 minutos quiero que salgan a revisar el perímetro y a delimitarlo con bombas en caso de que traten de atacarnos, es una orden.

—¡Si teniente!

A los 5 minutos ya habíamos salido del templo, la claridad del cielo despejado me encandiló un poco, achiqué la mirada y parpadeé para acostumbrarme. —Buscar fortines y poner las bombas.

—Así es, mio amico. —Dijo Ángelo colocando una mano sobre mi hombro. —¿Les parece bene si Afrodita y yo ponemos le bombe y tú y Shura se van con los demáse?

Tragué duro ante esa sugerencia.

—No. —Pero cuando estuve a punto de refutarla alguien más se me había adelantado. Los tres miramos expectantes al español. —Vamos a hacer un pequeño cambio.

—Podrían ir Ángelo y Shura a buscar fortines y Afrodita y yo colocar las bombas. —Sugerí inmediatamente.

—Wow... —Ángelo dio un paso hacía nosotros con su mano izquierda extendida frente a su pecho, haciéndonos señal de alto, su derecha nunca soltaba la ametralladora, dio otro paso más hasta quedar frente al español a quien escudriñó con la mirada antes de susurrar solo para él. —Mi debere es cuidare de Fiorella.

—Ya...¡Ya basta! —Exclamó el aludido manteniendo un tono bajo. —No tienen que pelearse por mí, vamos a hacerlo como Aioros propuso. —Añadió despreocupado, acercándose al italiano con cautela antes de posar una mano sobre su mejilla. —Starò bene e smettila di chiamarmi "fiorella".

—È meglio che lo siano perché se non lo faccio gliela farò pagare. —Murmuró por lo bajo en italiano, se escuchaba molesto, no podía ser nada bueno pues después nos fulminó con la mirada. y para rematar le dio un pequeño empujón a Shura para que se fueran juntos a hacer su cometido, estaba apurado, y podía imaginar que era así para no tardar tanto en regresar con su intérprete.

Desvié la mirada cuando me di cuenta que Shura estaba volteando en mi dirección, y fingí estar distraído mientras buscaba algo en mi mochila, no quería ser testigo de su preocupación por mi. Suspiré aliviado una vez que ya no sentí el peso de sus ojos sobre mí, y al levantar la mirada me percaté que ya estaban bastante lejos. —No sé porque, pero me imagino que en ese último comentario me maldijo a mi a toda mi familia.

Afrodita rió por lo bajo. —No, Masky nunca se metería con la familia de nadie. —De su mochila sacó una de las bombas que usábamos para delimitar el terreno, desenroscando el cable que la haría reaccionar con el detonador si este fuera activado, comenzó a caminar, yo hice lo mismo en forma paralela a su izquierda. —Solamente dijo que los haría pagar si algo me pasaba.

—No sabía que era tan protector contigo. —Comenté, cuando nos quedaba solo los últimos centímetros de extremo del cable plantamos las bombas en el suelo, ocultándolas con un poco de hojarasca. —Todavía no entiendo cómo es que ustedes dos terminaron...

—¿Cogiendo?

Mis labios se estiraron, mi rostro reflejaba mi incomodidad. —Esa no era la palabra que yo iba a usar.

—Eso es lo que es. —Me miró antes de dar media vuelta para volver a donde habíamos partido y tomar la bomba siguiente. —¿Qué te puedo decir? Me gustan los idiotas de buen corazón.

Esa era una buena descripción del italiano. Me detuve un momento para mirarlo con curiosidad, quedándome atrás solo unos instantes. —¿Cómo fue que sucedió? Es decir... Shura y yo estuvimos en el área médica por casi un mes y cuando volvimos...

—Simplemente sucedió, ¿ok? —Se detuvo para mirarme, sus ojos celestes se clavaron en mi como afiladas espinas, me insistían en no indagar más en el asunto. —En lugar de estar perdiendo nuestro tiempo hablando de Masky y yo, deberíamos enfocarnos en ti y en Shura.

Me detuve en seco, una sonrisa nerviosa se dibujó en mi rostro. —No sé de...

—¿Están peleados? —Me interrumpió abruptamente, la intensidad con la que me veían sus ojos claros jamás me había puesto tan incómodo. —Si nos van a arrastrar a Masky y a mí de perdido merezco saber porque, ¿no crees?

Exhalé resignado al darme cuenta que no tenía escapatoria. —No es lo que crees, solamente... —Miré mi ametralladora que descansaba colgada sobre mi hombro derecho. —Creo que ya no necesito que él este cuidando cada paso que doy como mi sombra.

—Ah... Con que era eso. —La sonrisa felina que se dibujó en su rostro no anunciaba nada bueno. —Primero... —Dio un paso en mi dirección. —Aquí nunca está de más tener ayuda. Segundo... —Dio otro paso, acortando un poco más la dirección entre nosotros. —Por si no lo sabes esto no se trata de ti. Se trata del Capitán besándole los pies a tu padre solo porque tiene un cargo más alto.

Eso no era verdad, el capitán y mi padre se frecuentaban seguido cuando yo era un niño. Yo llegué a conocer a su esposa y a su primer hijo, éramos una familia hasta que...

Cerré los ojos y apreté mis puños, no quería tener pensamientos negativos en contra de mi madre, no ahora que estábamos tratando de arreglar nuestra relación.

—Tercero...

—No necesito escuchar esto. —Esta vez fui yo quien lo interrumpí y volví a caminar con normalidad. —Terminemos con esto para que puedas volver con tu amado, porque sin él estás de un humor insoportable.

Sus ojos me miraron con incredulidad, se veían ofendidos. —No lo amo.

Pasé a su lado sin observarlo. —No soy yo a quien tienes que convencer.

Afrodita dio un paso para seguirme, pero desistió. Cuando noté que se quedó atrás me di la vuelta para verlo, estaba extrañamente pálido, estático y con sus ojos cristalizados, se veía asustado.

—Afrodita... —Di un paso hacia él. —Si te ofendí, perd...

—¡No te me acerques! —Gritó rápidamente, aunque su cuerpo siguió extrañamente rígido, con la respiración pesada, parecía usar todas sus fuerzas para resistirse a los temblores de su cuerpo.

Cuando reconocí el miedo en sus irises azules celestes, tragué duro. —¿Qué sucede, Afrodita?

Una sonrisa llena de amargura se dibujó en su rostro, cerró los ojos apretando con fuerza, y después de respirar profundo fue cuando tuvo la fuerza suficiente para confesar en voz alta su situación. —Me paré sobre una mina.












*+*+*

Hola. Espero que todos se encuentren bien. Lamento mucho la demora para actualizar esta historia, un año es mucho tiempo para dejarlos esperando con una actualización y les agradezco a quienes siguen acompañándome en este y cualquier otro proyecto <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro