Cartas

Hinata tragó saliva, aún mirando a ambos hermanos y sabiendo que querían hacerla sentir mal por su comportamiento... Pero ella era una mujer soltera, independiente y no estaba ciega. Podía ver traseros... ¿acaso ellos no hacían lo mismo?

Recordando un poco la conversación que tuvo con Toneri, clavó su mirada en uno de ellos.

-Menma¿Podemos hablar un segundo?- preguntó mientras se levantaba de la silla, apoyando las manos en la mesa de madera frente a ella.

Menma a penas le dió una mirada a Naruto antes de asentir y caminar hacía ella. Hinata no pudo ver al rubio con gafas, pero podía sentir la mirada sobre ella. Se sorprendió cuando Menma la agarró del brazo y casi la obligó a ir hacia la puerta por dónde había salido Toneri. Tuvo que casi trotar para seguirle el paso, estaba algo agitada cuando Menma se detuvo abajo de un árbol no muy lejos de la casa.

Hinata lo miró con el ceño fruncido y frotándose el brazo, que lo sentía algo sensible por el comportamiento de ese troglodita.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué me sacas así?

Menma le frunció el ceño y dió un paso más cerca de ella, casi sobre ella e intimidando su brote de valentía.

-Hinata, ¿Qué haces aquí?- preguntó en cambio.

Hinata se mordió el labio y dió un paso hacía atrás. No podía evitar sentirse algo nerviosa, después de todo era muy parecido a Naruto. Pero le faltaba la luz en los ojos celestes y parecía que no reía tanto como su amor imposible... Ella suspiró cuando pensó en Naruto como eso y se desinfló.

-Mis padres me invitaron a la feria y hace años que no los veo. ¿Qué? ¿Pensaste que vine por ti?- preguntó intentando dar a sus palabras diversión, pero cuando le dió una mirada al rubio frente a ella, éste estaba alzando una ceja. Hinata lo imitó, o por lo menos lo intentó.

-¿De verdad?- murmuró.

-¿Por qué te mentiría?- le pregunto ella con el ceño fruncido, algo ofendida de que no creyera en ella.

-Mmm, no sé-, dijo más tranquilo y con una pequeña sonrisa-. Puede que sea por mí falta de respuesta a tu carta donde me confesabas que te gusta mí...

-¡Shhh!- Hinata se estiró hasta taparle la boca, mirando hacia atrás. Ella apretó los dientes al ver la diversión en sus ojos celestes-. Te odio. Jamás tendría que haberte dicho eso-, dijo entre dientes.

Menma apartó su mano de la boca de él y sonrió, ella lo maldijo en silencio, porque era un maldito atractivo.

- Oye, me ofendes. Jamás se lo diría a ..- él se detuvo cuando Hinata agitó las manos, sin poder evitar reír un poco-. Bueno, tu sabes quién.

-Tu sabes quién-, lo imitó Hinata con voz particularmente gangosa, facciones en la cara exageradas y movimientos de manos a los costados.

Menma se aguanto la risa mientras ella apoyaba las manos en las caderas y lo miraba con instinto asesino.

-No se lo dirás, ¿Me oyes? Él ya está con alguien...

Ella se detuvo cuando Menma subió una ceja, su expresión llena de confusión.

-¿"Tu ya sabes quién" con alguien? La última vez que hablamos no estaba con nadie.

- Obviamente no quiere que lo sepas porque o sino la habría traído aquí ¿O no?-, Menma se quedó pensativo y ella aprovecho para preguntar algo que la estaba volviendo loca desde que se estero que eran hermanos-. ¿Cómo puede ser que sean hermanos si Naruto es Uzumaki y tu Namikaze?

-Es una larga historia, que puede esperar para otro momento..

-¿Por qué no ahora?- quiso saber ella.

Menma no la estaba mirando, sino que tenía la vista fija en un lugar a su espalda. La curiosidad pudo más que ella y se volvió, su corazón saltó hasta su garganta al ver a Naruto parado en la puerta de la cocina mirando hacia ellos con el ceño fruncido, y comenzó a latir alocadamente cuando él empezó a acercarse.

-Oye, ¿quieres saber si "tu ya sabes quién" siente algo por ti?- eso hizo que la cabeza de Hinata girarán hacía él con rapidez, hizo una mueca al sentir el tirón en su cuello.

-¿Se puede?- preguntó algo esperanzada.

Menma sonrió y ella se asombró cuando él volvió a dar el paso hacía adelante. Su cuerpo tembló cuando su mano grande se apretó en su baja espalda, casi cerca de su trasero y pegó su cuerpo al de él. Jadeó mientras sus manos se apretaban en su remera arruinada por el sol.

-¡MENMA!- gritó Naruto a su espalda.

Hinata clavó las uñas en su pecho cuando sintió el rose ligero de sus labios en su oreja y el cálido aliento en su oído.

-Viene como ese toro que te persiguió más temprano-, murmuró con diversión.

Otra mano caliente se cerró en su brazo y la tironeó para separarla del rubio que la sostenía. Hinata choco contra otro pecho y sus piernas se aflojaron cuando la colonia de Naruto lleno sus fosas nasales. Los brazos poderosos del rubio con gafas se cerraron en su cintura para sostenerla y ella levantó la mirada para verlo. Naruto observaba a su hermano con los ojos furiosos.

-¿Qué mierda crees que haces, idiota? No la toques de esa forma.

-¿Qué te sucede?- preguntó tranquilamente Menma-, sólo estábamos hablando.

-No es verdad-, Hinata se asombró al sentir la vibración en el pecho de Naruto-. La agarraste y la pegaste a tu cuerpo. ¿Qué te pasa? Ella no es ese tipo de mujeres.

-¿La conoces? ¿Sabes que tipo de mujer es?

Hinata quería mirar a Menma, para darle dagas en el corazón, pero no podía apartar la mirada de la expresión de Naruto. Su respiración se detuvo cuando él bajó su atención a ella y su expresión se suavizó.

-Ella no es esa clase de mujer. Hinata es adorable, y no tienes que tratarla de esa manera. Ella es especial.

Hinata se quedó con la vista en los ojos de Naruto a través de sus gafas. No le importó que de repente los puntos negros volvieran a aparecer en su visión y sonrió cuando se quedó sin fuerzas.

-¡Hinata!- escuchó gritar a Naruto mientras ella perdía la consciencia...

Una vez más...

Continuará...