Diez
Cartas
Hinata se mordió el labio mientras veía a sus padres hablar con Menma y Naruto en la otra habitación.
Ella notó la postura cerrada de Menma, con los brazos cruzados y las poderosas piernas abiertas, miraba a su padre hablar con su expresión seria. Era como si respirara aire y soltará autoridad. Los ojos celestes de él fueron a Hinata, que estaba sentada en la cocina mientras ellos hablaban en la parte de la sala, no muy lejos pero con la voz baja. Intentó sonreír, y la boca de él tuvo un tirón, los ojos ablandándose lo suficiente para que ella se sintiera algo cohibida y desviará la mirada.
Hinata miró a Naruto, a diferencia de su hermano él tenía las manos en los bolsillos y escuchaba atentamente a su madre mientras está apretaba su brazo. Hinata quiso morir cuando Naruto sonrió y dió un leve paso hacía atrás, logrando zafarse del agarre de su madre. Ella negó con la cabeza, Hanna siempre había sido muy extrovertida, todo lo contrario a lo que era su única hija. No pudo evitar sonreír cuando la mirada de Naruto fue a ella mientras se acomodaba las gafas. Sintió todo su rostro caliente cuando él le guiñó un ojo y se centro de nuevo en su madre.
-¿Hinata?
Saltó cuando Toneri entró por la puerta de atrás, ya que ella estaba demasiado concentrada en los gemelos. Lo observó sobre el hombro y sonrió.
-Hola Toneri.
-¿Qué haces aquí? Los estuve esperando hace dos horas en la carretera.
Hinata parpadeó, algo confundida y terminó frunciendo el ceño.
-¿No dijiste que viniera a la granja? Menma les dijo a mis padres que nos esperaba en la granja para que luego nos llevarás a la feria.
Toneri también frunció el ceño y se movió al refrigerador, algo viejo y descolorido. Abrió la puerta de un tirón y sacó una botella de vidrio, tomando del pico el líquido transparente que ella creía era agua. Él suspiró cuando bajó la botella y se sacó el sombrero de vaquero para pasarse el brazo por el sudor de la frente.
Hinata lo observó, pero él nunca contestó. Notó cuando sus ojos claros fueron a la sala donde aún estaban sus padres y los gemelos hablando. Toneri se sentó a su lado, con se ceño fruncido y ella se sintió algo incómoda cuando él se acercó un poco mucho a ella.
-¿Sabes qué? Creo que Menma no quería que te llevará, ya que él me dijo que los esperara en la carretera.
Hinata alzó ambas cejas y se volvió para ver hacia Menma asombrada. Ella se sintió un tanto avergonzada, ya que él tenía sus ojos celestes clavado en ella, su postura con brazos cruzados y parecía algo furioso mientras sus orbes iban desde Toneri a Hinata. Se mordió el labio, sintiendo su cara caliente. ¿Por qué Menma haría eso? Ella no entendía el por qué...
Naruto de repente se acercó a ellos, escudándose con su madre. Hinata le frunció el ceño, disimuladamente, a Hanna cuando está le guiñó un ojo y se volvió a su padre.
Naruto entró a la cocina, acomodando sus gafas y mirando al hombre directamente.
-Toneri, que bueno que estás aquí. Konohamaru necesita tu ayuda con el corral del toro. Este se...
-Lo siento-, le interrumpió Toneri alzando una ceja y luego miró a Hinata-. Debo llevar a esta dulzura a la feria.
Hinata miró hacia Toneri con rapidez, queriendo agarrar su nuca para golpearlo contra la mesa. Apretó los puños bajo la madera y se volvió hacia Naruto, que ahora la miraba a ella con la pregunta escrita en sus facciones.
-Ah, bueno..-, tartamudeo.
Naruto no le prestó mucha atención y volvió la mirada a Toneri que seguía muy cerca para la comodidad de Hinata.
-Lamento decirte que no creo que Hinata asista a la feria.
-¿Ah no?- preguntaron Toneri y Hinata a la vez.
Sintió la mirada de Toneri en su perfil, pero tenía los ojos clavados en Naruto, de ese modo notó como él alzaba una ceja lentamente. Su cara comenzó a quemar de nuevo.
-De hecho...-, carraspeó al sentir que su voz salía muy baja y se volvió a Toneri-. Creo que Naruto está en lo cierto. Ha sido un día agotador-, murmuró más para ella esa última parte.
-Hinata no se encuentran bien-, dijo Naruto dando un paso hacía adelante.
Hinata observó como cruzaba sus brazos sobre su pecho, la camisa café se tensó en sus brazos y ella sintió un sofoco. Observó toda su postura, las piernas levemente abiertas, el torso hacia afuera, la barbilla levantada. Parecía que estaba listo para un desafío.
El corazón de Hinata se aloco... Y otras cosas más privadas...
-Yo creí que...-, murmuró Toneri, pero fue interrumpido por el otro hermano que entraba.
-¿Qué sucede?-, preguntó Menma.
-Le estaba diciendo a Otsutsuki que vaya a ayudar a Konohamaru, ya que Hinata no podrá ir a la feria el día de hoy.
Menma alzó una ceja a su hermano y volvió la mirada a Toneri, no miró a Hinata.
-¿Qué esperas?- preguntó con voz autoritaria Menma y Toneri se levantó rápidamente.
-Espero que te mejores dul..
-Señorita Hinata, para ti, Otsutsuki-, dijeron ambos hermanos al unísono.
Hinata parpadeó mirando a ambos y luego se volvió a Toneri. Este parecía asombrado por el arrebato de los hermanos, pero apretó la mandíbula y la saludo con un movimiento de cabeza para luego ponerse la gorra y salir por la misma puerta que había entrado. Hinata no pudo evitar quedarse con la mirada clavada en su trasero apretado y marcado en ese vaquero. Ella no salía mucho y cuando se presentaba la oportunidad de mirar a un buen espécimen de hombre, ella no la perdía.
Tarde recordó que tenía compañía y se volvió lentamente, sintiendo las miradas filosas sobre ella. Cuatro ojos celestes clavados en ella, con la misma ferocidad.
En ese momento, eran iguales.
Continuará...
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