¿Por qué no puedo controlar mis emociones frente a ti? ¿Por qué sigo temblando cuando estás cerca de mí? E incluso, ¿por qué todavía mi rostro se colorea cuando escucho tu voz?

Tengo que hablarte, y tengo que acercarme, sacar este miedo que me detiene y olvidar todo.

Qué importa si lo arruino, al menos lo intentaré, y aunque sea, podría escuchar tu voz una vez más.

Tú me vuelves loca, y a lo mejor ya lo sepas; me encanta tu figura; tu forma de ser; tu atractivo, tu cabello, y toda tú. Tu caligrafía, tus palabras, tu forma de hablar; la forma en que te expresas y como te mueves al andar.
Lamentablemente para mis sueños y deseos, sé que no me vas a amar.

¡Seguro jamás lo harás!

Pero tan enamorada de ti estoy, sigo aquí perdiendo el tiempo, esperando que, lo que por ti yo siento, sea correspondido en cualquier momento.

¡Pero vaya! ¡Qué niña más ilusa! Que con sus deseos, continúa soñando despierta.

Las personas la miran con lástima, pero ella, de quien está enamorada, la mira con locura.

¿Quién diría que enamorarse podría llevarla a la más horrible y hermosa forma de locura?