Querido Seto:

No empezaré con formalidades que los dos sabemos que no me quedan, tu y yo sabemos que a veces se me olvida saludar y que en cuestiones sociales soy un asco.

Supe que te vas a casar, sabía que estabas con ella antes de decidirme a huir de ti, sabía que la amabas antes incluso que me regalaras esas maravillosas vacaciones que me hicieron creer que al fin todo mejoraría entre tú y yo, jamás me imagine que más bien aquel era un regalo de despedida, pero es que siempre he sido muy malo para captar indirectas.

Desearía decirte que estoy bien y que no me ha afectado tu ausencia pero sería mentir; mentir es algo que hago mucho últimamente de forma activa, miento cuando mis amigos preguntan y digo que estoy bien, miento una y otra vez pero tu sabes que no me gusta y no me sale, sin embargo ellos fingen que me creen y eso me facilita la vida en muchos aspectos.

Es increíble como la persona que me convenció de que no soy un completo imbécil también es la persona que me ha enseñado lo poco que puedo llegar a ser y lo fácil que es reemplazarme y mentirme mirándome a la cara, aunque te aprovechaste, yo te amaba y tu lo sabías. No entiendo como una persona a quien yo juzgué como buena puede llegar a ser tan cruel, no soy tan bueno para juzgar a la gente, supongo, aunque en mi defensa, cuando te conocí en verdad pensé que no debía confiar en ti, aun así, me enamoré, es que no soy el más brillante.

Supe que te vas a casar y que la amas como nunca me amaste a mí, no es reproche, es observación, cuando me amaste a mí también estabas con alguien pero conmigo te decidiste a ser derecho con ese alguien y juntos confesamos nuestro amor, nuestro pecado, yo no merecí ni eso, ni una confesión, eso me lleva a pensar si es que en verdad fuiste sincero conmigo alguna vez, supongo que no, lo fuiste más con la persona anterior a mi y lo eres más con quien me reemplaza; y tocando ese punto, vaya lo fácil que fue reemplazarme, yo quisiera ser como tú, entregarme a alguien y amarlo pero no puedo, la única verdad es que estoy destrozado por dentro y no se cuanto tiempo me tome reconstruirme esta vez.

Esta vez, porque no es la primera vez que me destruyes, solo imploro que si sea la ultima y jamás volver a dirigirte el pensamiento, fueron tantas mentiras, tantas personas, nunca fui suficiente para ti y poco a poco he empezado a odiarte, sí, porque solo se puede odiar a quien se amó, y yo te amé, tanto y tanto que ni siquiera perdoné tus errores, los justifiqué pensando que no tenías malas intenciones, pero ya basta, no admitiré más las culpas de que lo nuestro no haya funcionado, tu que me reprochaste no saber nada de ti pero no eras capas de darme un poco de ti aun cuando sabias de mi madre, cuando te conté de mi padre, la historia de mis amigos, tu que sabías cada cosa que yo sabía porque confiaba en ti con los ojos cerrados y siempre me repetí que eras bueno, que los demás no te conocían como yo pero la verdad es que yo tampoco te conozco, solo conocí la mascara que te pusiste para hacerme creer que me amabas, mi único consuelo es soñar conque alguna vez te hayas creído alguna de esas mentiras que yo creí, alguno de esos "te amo mucho, mucho" que me repetías y que al menos por un momento hayas pensado que eras sincero.

Desearía dedicarte canciones románticas en que regresas o quisieras arreglar algo pero sé que no lo harás, tal vez alguna de esas canciones ardidas donde te arrepientes de perderme pero a estas alturas seguro ya olvidaste hasta mi apellido y solo recuerdas mi apodo o tal vez poesía donde digas que duermes con otra y estas soñando conmigo pero no, no me sueñas ni me piensas, ni me recuerdas, así que solo me toca guardar silencio y despedirme sin decir nada en esta carta; y borrarte de mi vida como tu me has borrado de la tuya mucho antes de que yo tuviera el valor de escapar de tu lado.

Se que te vas a casar y que eres muy feliz con la mujer que tanto te ama, que tal vez te ama más de lo que yo te amé porque mi amor se negaba a compartirte, se que poco te importará que hay noches que no duermo y que me la paso vomitando como sin con ello pudiera sacar el dolor de perderte.

Tampoco pretendo exagerar, yo venía haciéndome a la idea de que ya no eras mío incluso antes de escapar de tu lado, venía sufriendo ese dolor de saber que te había perdido cuando hacía aquellas rabietas que te obligaban a mirarme, que tanto te fastidiaban y que tomabas por exageraciones y dramas innecesarios pero que solo eran mi grito de súplica, mi ruego para que te dieras cuenta que nos estábamos perdiendo, pero nunca atendiste, ya sabemos por qué. En fin, te decía, no pretenderé que esas noches de llanto incontrolable, de desvelo y malestar es perpetua, hay días, cada vez más seguidos que llego y duermo y descanso y si alguna vez preguntaste por mí, que lo dudo, mis amigos te habrán dicho que no hablo mucho de ti, no te quiero en mi boca y cada vez intento sonreír, cada vez las noches y los días de pensar en ti son menos, son más espaciadas y espero el día en que ya no seas una prioridad en mi mente, pero es que son años de sentimientos que debo eliminar y no soy tan frio como tú, yo no puedo reponerme tan fácil de un amor tan intenso como el que te tuve, un día te dije que soy capas de apagar mis sentimientos y continuar con mi vida pero apagar no es lo mismo que matar y yo los estoy tratando de asesinar, matar y aniquilar cualquier rastro de amor que algún día te tuve y para ello si que debo trabajar duro, bajarte del pedestal donde te tenía y pesas, tu recuerdo pesa, tus palabras, aunque falsas, pesan, he quemado tus cartas y me dolió, el oso aquel que me diste, ese no, ese se ganó su lugar a mi lado después de tantas lagrimas que me secó, pero ya no representa tu compañía en tu ausencia sino un amigo guardián de mis secretos.

Agradezco a tu nuevo amor por abrirme los ojos, porque si no hubiese salido a publicar su romance juro que mi corazón seguiría guardando una esperanza de solucionar las cosas y volver a tu lado, darle tiempo al tiempo y seguir con aquella historia que parecía no tener fin, pero hasta que la vi regodearse de tenerte, presumirte como un trofeo y lucir que era tu dueña fue que entendí que esa historia era una tragedia y que no podía seguir engañándome a mí mismo cuando tu ya me habías dado la pauta para marcharme de tu lado y aunque hiciste un intento por retenerme bastante estúpido, eso solo fue el clavo que cerró el ataúd de lo que yo consideraba algo eterno y que murió.

No tengo nada que agradecerte, no me siento mejor deseándote felicidad cuando yo estoy en el hoyo y sin posibilidad de creer en el amor a corto plazo, en verdad te deseo que seas infeliz pero en el fondo se que no será así y esta bien, tampoco quiero provocarte un disgusto y tampoco me hará feliz saber que llevas una vida desgraciada porque esos sentimientos nacen desde el rencor y cuando ese rencor este superado no seré capas de disfrutar tu desgracias, no lo haría aun cuando no supere el rencor, pero necesito desearte lo peor ahora, sabiendo que no será así, que eres feliz, que no tienes una vida que rehacer como yo, y tampoco me entristece saberlo.

Es extraño como puedes desear el mal a alguien a quien si vuelves a ver esperas que este bien, pero a la vez esperas no volver a ver. Ni yo me entiendo.

En fin, solo quería que supieras que te estoy odiando, pero espero pronto dejar de hacerlo, no sabes lo mucho que necesitaba sacarlo de mí.

Que tengas toda la felicidad que te mereces.

Tu antiguo enamorado.

Joey Wheeler.