Querido abuelo
Querido abuelo:
Hoy 20 de julio ya hacen 2 años que te sumaste al brillo de las estrellas en el firmamento. Tú última sonrisa...la última que vería y que rompió mi corazón. Estabas en esa cama postrado con el cáncer tomando cada parte de tu ser, contando tus horas, entonces yo estaba ahí, me miraste y sonreíste. No sabría como describir aquel gesto, parecía una curva alegre en tu rostro pálido, pero a la vez una muy triste y melancólica. Recuerdo cuando de niña dormía pegada a tu espalda y mi abuela no podía dormir velando porque no te voltearas y me aplastaras, pero nunca lo hiciste. Aquellos viajes en tu moto con side car. Me daban miedo, pero no podía dejar de montarla, los viajes en ella eran experiencias fascinantes. Siempre me quisiste como a tu propia nieta. Me cuidaste, me hiciste reír, me fastidiaste, pero nunca fui capaz de decirte cuanto te apreciaba, era muy joven y no era capaz de darme cuenta de todo lo que hiciste por mí y mi abuela. Tenías tus defectos, pero también muchas virtudes. Tu historia y la de mi abuela me enseñó que el amor verdadero realmente existe. Te has marchado, pero ella nunca te olvida. Aunque tu verdadera hija y nieta te hayan dado la espalda en un momento duro, siempre tuviste tu familia con nosotros. No hay ni un día en que no te mencionemos en nuestras charlas mientras cenamos. Te considero como el único abuelo que he tenido, mis abuelos sanguíneos nunca me dieron tanta dedicación como tú. No hay navidad en la que no te extrañe. Cuando poníamos el televisor a todo volumen esperando a que fueran las doce de la noche y sonara el cañonazo para abrazarnos. Yo amaba las Navidades porque estabas en ella y la familia entera también. Con el paso de los años cada navidad se ha vuelto más sosa, la familia se ha dispersado, cada vez noto que se reduce más . Solo sé que ahora en Navidad, solo miro al cielo y me pongo escuchar alguna canción que me ponga nostálgica y reflexiono en muchas cosas que he hecho, buenas o malas a lo largo del año.
Abuelo... Estoy ya en segundo año de la universidad, Lia cursando el preuniversitario, Arrurito ya está en noveno grado.
Seguiré estudiando y lucharé por ese gran sueño que tengo. Me va bien, no te preocupes por mí o por la familia, solo descansa en paz. Algún día nos veremos en las calles de oro, en esa ciudad perfecta. Tal vez no nos reconozcas, ni nosotros a ti, pero tendremos la oportunidad de pasar juntos la eternidad. Que Dios te tenga en la gloria.
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