La soledad.
Y entonces, en aquella y triste soledad estoy yo de nuevo. Cayendo lentamente como una hoja en su tiempo de otoño, de esas que vuelven a crecer pero caen una y otra vez.
Y es ahí donde estoy yo, en un frio y solitario pavimento, veo a todos pasar pero nadie me ve a mi y es tan inevitable llorar, sentirse abandonada y solitaria.
—¿Cómo te sientes?— me pregunta una niña.
—Sola, me siento sola— le digo con mis lagrimas resbalando.
—¿Y no tienes amigos?— pregunta con curiosidad.
—Si tengo pero esto se siente diferente. Se que me quieren, que me aman incondicionalmente y que están para mi pero simplemente me siento sola y no se como explicarlo—
—¿Quieres mas amigos? ¿Es eso?—
—No, no quiero mas amigos, estoy bien con los míos. Se trata de no sentirme como...como si no importara lo suficiente para otros cuando sé que si. Se que tengo personas que me aman pero me siento sola y la sensación me asfixia y me cansa porque quiero dejar se sentirme así—
El circulo vicioso entra en juego otra vez. El terrible lugar donde entras y muy difícil salir porque por mas que lo intente solo das vueltas y vueltas; sientes que el rendirse es mas fácil que continuar porque el camino es largo y te jode. La soledad que se siente es como si te abrazara y no te quisiera soltar por un largo tiempo, sientes la necesidad de soltarte de ella y respirar pero por alguna razón se pega a ti como chicle y no se quita con nada; así la siento.
Es mas triste estar rodeada de conocidos y no sentirse parte de ellos y ver a lo lejos como todos comparten mientras tu tristeza y soledad no te permiten ser feliz porque todos están extasiados por ellos mismas y tu solo sientes que sobras, sientes que invades un sitio donde eres bienvenido pero no haces parte de el.
Eres una persona reemplazable en sus vidas y no puedes hacer nada al respecto.
—¿Y que piensas hacer ahora? ¿Aceptar el sentimiento hasta que se vaya y vuelva otra vez?— vuelve a preguntar la niña.
—Si, es lamentable para mi hacer eso pero es lo que hago para sobrellevar esta mierda—
En ese momento, la niña se voltea y lentamente se va por el sendero, volteo hacia el otro lado y veo que la misma niña viene hacia a mi y ahí lo comprendo todo.
—¿Cómo te sientes?— me pregunta la niña.
Todo vuelve a empezar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro