El amor que un día fue
Lo reconozco
sé que no estas
Me lo dice
todas las mañanas
el lado izquierdo
de mi cama.
Me lo dice
el baño cada vez
qué tomo
mi cepillo de dientes
y no veo
el tuyo junto al mío.
Sé que no es
el sitio justo
que mereces,
un lugar desocupado
en mi mesa
un plato
que ya no será puesto.
Debo de reconocer
que quizás
no te necesite
de esta manera,
ahora mis suspiros
jadean miseria,
gritan dolor y tristeza.
O quizás
esto sea otra cosa
algo un tanto tranquila
propia de aquellos
que están cansados
de sonrisas
de la propia vida
aunque yo sea una de ellas.
Tengo que reconocer
que no pongo puertas
ni ruidos
a este amor
que no espera
que se lanza
con violencia.
Tengo que reconocer
que no tengo miedo,
solo a mis heridas.
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