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Durante mucho tiempo esta historia estuvo oculta, guardada con recelo por tener una parte de mi en ella.
No hay una razón específica para su existencia, sencillamente nació de la imaginación, de las ganas de crear una historia de amor, con una base real y el recuerdo de lo que no fue en su momento.

Espero que te guste tanto, como en su momento me gustó escribirla y ahora compartirla.

Sin más por el momento, aquí te dejo: "Carpe Diem: Vive El Momento"

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John McCarthy.

Hace días que he llamado a Victoria, no he obtenido respuesta y esta vez no me iré sin una.

La casa parece deshabitada, el jardín es un desastre y la fachada parece caerse a pedazos con el simple paso del viento.

-¡Victoria! -grito desesperado pues está es la cuarta vez que vengo a buscar a mi hermana y sigo sin obtener respuesta-. ¡Abre por favor! ¡Soy John!

-Tendremos que entrar a la fuerza, joven -informa el oficial a mi lado colgando el teléfono-. La llamada no entra, parece que cortaron la línea.

-De acuerdo oficial, ya no puedo esperar más, mi hermana está enferma y no sé si necesita algo -informo entrando en pánico, pues mi pequeña sobrina también está ahí dentro y el esposo de mi hermana nunca nos dio confianza en la familia, solo espero que se encuentren bien.

-Oficiales, entraremos a la casa -habla a través de su radio.

He llamado a la policía porque la última vez que vi a Victoria no me quede tranquilo, su esposo parece un engendro del mal y ya no quería que la visitará.

Un buen equipo de ocho oficiales me acompañan, le pedí a Penny que se quedará en casa con Taylor, nuestro pequeño de ocho años, ambos están preocupados por mi hermana y mi sobrina.

Con un fuerte golpe el oficial derriba la puerta de la entrada, cuatro hombres van detrás de él y yo los sigo con cuidado.

Pasamos la vista por toda la planta baja y efectivamente, parece que un tornado pasó por aquí.

-Vamos arriba -informa en un susurro el comandante a cargo, haciendo señas con su mano y llevando en alto su arma.

Abre la puerta de la habitación principal, y la escena ante nosotros parece sacada de una película de ciencia ficción.

-¡No! -grito desesperado y sin pensarlo corro hacia la cama-. ¡Victoria! -Su cuerpo tendido en la cama, parece que lleva meses aquí y solo han pasado unos días desde que la vi por última vez.

-¡Llamen al forense! -escucho que grita el comandante a mis espaldas, y los pasos alejándose resuenan sobre la madera-. Joven... -intenta llamar mi atención.

-Ella... -murmuro intentando recomponerme -Ella era mi hermana.

-Lo lamento mucho, joven, pero tenemos que seguir buscando...

-¡Scarlett! -recuerdo que mi pequeña no está aquí.

Me alejo de la cama y observo a mi hermana por última vez, y salgo corriendo detrás del comandante.

-No hay nadie más en la casa comandante -informa uno de los hombres saliendo de la habitación de huéspedes-. Ya revisamos todos los rincones, falta aquella habitación -señala a sus espaldas-. Está cerrada con candado, solo esperamos sus indicaciones.

-Vamos -El comandante camina con sigilo y dos de sus oficiales y yo lo seguimos-. Cubranse -indica, damos un paso atrás y detona su arma contra el candado.

Abre la puerta y no puedo esperar a entrar a la habitación de mi pequeña.

«No hay nadie».

Igual que el resto de la casa, todo está hecho añicos, a excepción del armario, que también tiene un candado.

-¡Scarlett! -La llamo, pero no contesta-. Pequeña, soy tu tío John -insisto pero no hay respuesta.

Comenzamos a buscar por cada parte del lugar.

-Tal vez, se la llevó su padre -sugiere el comandante y nos encaminamos a la puerta.

Antes de cerrar escuchamos un leve sollozo.

-Mm... Mm... Ma... Mamá...

-¡Es ella! -corro hasta el armario, que es el único lugar en donde no buscamos, y con ayuda de los oficiales, abrimos la puerta casi arrancandola.

Una pequeña niña hecha ovillo, llena de polvo, casi en los huesos y con heridas por todo el cuerpo, ese animal se atrevió a golpear a mi sobrina.

-¡Traigan una ambulancia! -grita el comandante sobre su radio y solo puedo escuchar los pasos a lo lejos.

Todos se mueven a mi alrededor, pero en lo único que pienso es en salvarla, sacarla de este lugar y protegerla.

Me inclino un poco hasta llegar al suelo y la tomo entre mis brazos.

-Vamos a casa Scarlett -susurro acercandola a mi pecho.