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Capítulo 20

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Escucho algunos jadeos y sé que ahora ellos sienten lástima por mí.

«No quiero eso, no necesito más lástima de la que yo misma siento por mí».

Carola continúa.

—El tío de Scarlett la encontró… casi una semana después de todo… él la salvó, ella estaba… —Se detiene por un momento, no necesita dar detalles de cómo estaba cuando me encontraron, es evidente—. Es el hermano de su madre, la adoptó… él y su esposa, la cuidaron y vieron por ella. Es cierto que su vida ha estado llena de lujos , pero Scarlett jamás pidió eso. Ella no es como ustedes creían, ha pasado una vida de mierda desde que nació, no ha vivido como una princesa. Nunca. ¡Que les quede claro carajo!

Doy un rápido vistazo a las expresiones de los chicos.
Rebecca tiene lágrimas en los ojos, incluso la mirada de Cassandra es de dolor.

«¡Por dios, no!».

Roger me ven como sí acabara de abrir la caja de Pandora. Iván me observa perplejo y con algo de tristeza. Aldo es el único que no me ve como perro atropellado en el pavimento.

Carola me mira como siempre lo ha hecho, con un cariño como de hermanas. Levanto la vista y Paul parece estatua delante de mí.

No puedo seguir aquí, siento que mis piernas se doblarán en cualquier momento y que el mundo a mí alrededor se desmorona.
Este secreto, el secreto que siempre mantuve guardado para mí. Ahora ha sido revelado y mostrado al mundo.
Un mundo que me ve con compasión y lastima.

—No les conté esto para que sientan pena, lástima o compasión por Scarlett, creo que saben que es suficiente con…  —Voltea a verme, no sé qué va a decir, pero yo asiento con la cabeza—. Estás últimas semanas, una chica en la facultad… ha corrido un rumor sobre Scarlett, y además… su novio… él… ya saben. En fin, yo la traje porque creí que le sentaría bien un cambio de aires, pero no fue así. Creí que la aceptaban, pero por mí culpa todo ha salido mal, peor de lo que estaba.

—Carola... —Mi voz se oye pequeña y me sorprende que pueda incluso emitir palabra. Todos regresan la vista a mí, Paul da un paso atrás—. No es necesario. Mejor me voy.

Doy media vuelta, quiero correr, correr hasta llegar a un lugar donde nadie me conozca.

—No Scarlett, no te vayas —Me pide Iván y por instinto doy la vuelta.

—Chicos, les agradezco su intención, pero no encajo aquí —limpio las lágrimas con el pañuelo, y tomo una gran bocanada de aire—. Y no quiero que me pidan que me quede, porque sienten lástima por mí. No podría vivir con eso.

—Eso no es así Scarlett —asegura Aldo acercándose a Carola—. Eres bienvenida cuando quieras, Carola y yo te queremos aquí, y no te preocupes que, la lástima no existe aquí.

—Nosotros también —secunda Rebe, tomando la mano de Roger—. Desde que te conocimos nos caíste bien, solo mirate, no te importa estar aquí, con los chicos del barrio, eres como un hermoso cisne, en un tanque lleno de tiburones y sigues manteniéndote firme. Eso habla mucho de quien eres.

—No te vayas, solo porque tuviste un mal día —pide Iván caminando a paso firme hasta quedar frente a mí—. Las peleas de barrio ocurren todos los días, no eres la primera en pelearse, ni la última. Simplemente te dejaste llevar por las provocaciones de Cassandra y todo salió en el momento. Pero no te vayas y no pienses que sentimos lástima por ti. Eso nunca pasará princesa —puedo ver en sus ojos, que me habla con honestidad.

Ahora soy yo la que no sabe qué decir. Estos chicos me han sorprendido. Levanto la mirada y Cassandra viene hacia mí. Su ropa está manchada de sangre y ya bajó el pañuelo de su nariz, se ve terrible, seguramente igual que yo.

—Nunca voy a aceptarte aquí. Pero... debo admitir que eres una rival fuerte. No cualquiera es capaz de enfrentarse a sus enemigos y seguir de pie. Admiro tu valentía, pero eso no significa que me agrades o que quiera tenerte cerca —Se acerca y susurra en mi oído—. Paul y yo, estamos pasando por un mal momento, pero no voy a dejar de luchar por él. En eso no tendré piedad —Da un paso atrás y me otorga una pequeña sonrisa.

«Ok, este día no se puede poner más extraño».

—Me voy a casa chicos —anuncia y camina hasta donde está Paul y lo toma de la mano.

Le susurra algo, pero no alcanzo a escuchar. Él asiente y me observa por un momento, su mirada ya no es la misma, puedo ver que su semblante ha cambiado y está más relajado, pero no dice nada, solo se van.

—Sí aún quieres irte… puedo llevarte —propone Iván a mi lado.

—Ok —acepto y Carola por fin sonríe—. Chicos, les pido que olviden todo lo que pasó hoy. No quiero que… nadie vuelva a recordarlo.

—No te preocupes por eso —Rebe toma la palabra con una sonrisa. Creo que los ánimos se han calmado.

—Nadie lo recordará, siempre y cuando regreses —agrega Roger a su lado.

—Lo haré, solo… necesito descansar. Ha sido un día largo —concedo con una pequeña sonrisa—. Nos vemos después —Me despido de todos, dejo a Carola al final—. Nos vemos el lunes en la facultad.

—Sí, y si necesitas algo, solo llamame —susurra y le sonrío brevemente.

—Vamos —Iván toma mi mano y caminamos hasta el pequeño garaje, donde saca su motoneta. Es roja, con líneas negras a los costados, que simulan llamas, me entrega un casco y me lo pongo—. Ahora regreso —informa a los chicos, todos nos despiden y regresan a la guarida.

Me subo en el asiento de atrás e Iván sale a la carretera, a toda velocidad.

Le instruyo por dónde tiene que ir y en treinta minutos, estamos llegando a mi casa. Se detiene frente a la acera y cuando se quita el casco, contempla la gran residencia frente a él.

Me bajo ágilmente y le entrego el casco.

—Gracias por traerme Iván. Ustedes son muy amables conmigo —saco las llaves del bolsillo de mi pantalón y él se inclina un poco.

—¿Es cierto? —cuestiona en un susurro, no sé de qué me está hablando—. Lo de tu… novio… que ustedes… terminaron —explica al ver mi expresión de desconcierto.

Bajo la mirada, me aclaro la garganta y tomo aire. Lo veo a los ojos, sé por qué me lo está preguntando, pero no sé si quiero que lo sepa, no quiero que lo malinterprete.

—Sí —respondo dejando escapar un suspiro.

Se acerca más a mí y por un segundo pienso que me va a besar.

—Entonces... Nos vemos luego, Scarlett —Se despide dándome un pequeño beso en la mejilla y siento sus labios rozar los míos.

«¡No! ¡Iván no me confundas!».

Asiento y camino hasta la rejita de la entrada.

—Nos vemos luego —Lo despido y
camino hasta la entrada de la residencia.

Una vez adentro, mamá y papá, me están esperando en la cocina, sus expresiones son de horror al verme.

«¿Qué?».

Bajo la mirada y busco algo que me de indicios de estar fuera de lugar.

«¡Cielos!».

Tengo algunas manchas de sangre en el abrigo y en las manos.

—¡¿Scarlett, qué te pasó?! —Mamá corre hasta mí y me revisa de pies a cabeza.

—¿Estás herida? ¿Quién te hizo esto? —interroga papá desesperado—. ¿Fue ese chico de la motocicleta?

—Tranquilos, no es mí sangre —Les explico con vergüenza—. Tuve un pequeño encuentro con una amiga de Carola, y el chico que me trajo no tiene nada que ver, es un amigo —Me quito el abrigo y por suerte, es lo único sucio—. Mandaré esto a la lavandería —Doy la vuelta, dispuesta a subir a mi habitación, pero mamá me sujeta del brazo.

—¿Cómo que un encuentro? Scarlett, tú no peleas, ¿qué pasó? —cuestiona tomándome por los hombros y viéndome a los ojos. Sabe que yo no le mentiría—. Dime, ¿qué sucedió?

—Una chica me estaba molestando, nunca le caí bien, solo… me molestó y yo… la golpee, pero está bien y yo estoy bien. Ya arreglamos las cosas —contesto tranquilamente, y lentamente me suelta.

—¿Cómo que la golpeaste Scarlett? ¿A caso eres una pandillera? ¿Una bandolera? ¿Por qué andas peleando en la calle? ¿Qué te sucede? Tú no eres así —interroga papá molesto y señalándome con el dedo índice.

«¡Lo sé, por dios!».

—Perdón, fue un error, no volveré a hacerlo y le pediré perdón a la chica —Les aseguro en voz baja.

—Estoy segura de que no volverá a suceder —Penny está molesta, nunca la había visto así—. Porque no vas a volver a poner un pie en la zona norte.

—Pero...

—Es lo mejor Scarlett —secunda papá y solo puedo ver de uno a otro.

«No estarán hablando en serio, ¿o si?».

—No quiero pensar que tus nuevas amistades ahí, te están cambiando —Penny cruza los brazos y su mirada sigue fría.

—Pero Carola...

—Carola puede venir cuando quiera —interrumpe papá, y sé que en esta conversación mi palabra ya no vale.

—Ok —acepto con tristeza, aunque no voy a prometerlo, así podré darme una escapadita, por lo menos para avisarle a los chicos lo que sucede—. Iré a mi habitación, quiero descansar —No me dicen nada, pero sé que puedo irme.

Camino hasta el pasillo y una vez frente a las escaleras, corro a mi habitación.

—Necesito un buen baño —murmuro para mí. Entro al tocador y lleno la bañera—.Lo peor es que… creo que nunca he sabido quién soy.

«¿Pero qué demonios me pasó hoy?».

Actué como una adolescente descarriada. Definitivamente, necesito un buen descanso.

El fin de semana me encierro en mi habitación, solo salgo el sábado para llevar el abrigo a la lavandería, y el domingo al medio día lo recojo.
Drew vino a buscarme, pero Penny le dijo que no estaba disponible y que se tomará su tiempo.

Carola me mandó un mensaje
invitándome a su casa, pero le dije que estaba descansando y quería estar sola. Me dijo que el próximo fin de semana tenía que ir obligatoriamente, ya que su familia está preparando una fiesta de disfraces para Halloween y quiere que la ayude a arreglar el salón de su casa.

Después de hablarlo con Penny le contesto que iré y también a la fiesta, que se celebra en quince días.
Esto será interesante.

Mis padres me han castigado. Lo sé, suena ridículo, pero me han quitado el auto y me prohibieron tomarlo en un mes. Creen que voy a ir caminando a todos lados, y así podré meditar sobre lo que hice, pero Carola va a pasar por mí, a la entrada del residencial.

«¡Jaja hay Scar, te estás poniendo rebelde!».

Sonrío para mi cuando camino hasta el lugar acordado, Carola ya está esperándome en su motoneta.

—Te ves mejor, el descanso te hizo bien —Me entrega un casco—. Vamos, su carruaje espera.

Tomo el casco y me subo detrás de ella.

—Siempre he dicho que quiero vivir el momento, y lo hacía. Hasta lo de Drew. Pero ahora más que nunca. Voy a vivir el momento —Le confieso
y ella me ve de lado, asiente en acuerdo y enciende la motoneta.

Un fuerte rugido y salimos disparadas a la carretera.
Llegamos a la facultad. El rumor que corrió Lara, hace más de un mes, solo me hizo más popular. Las personas dejaron de hablar y volvieron a concentrarse en sí mismos.
Como siempre.

Drew está en el estacionamiento, hablando con Mateo.

«Esto no pinta bien».

Carola y yo bajamos de la motoneta y caminamos al edificio principal.

—Scarlett. ¿Podemos hablar? —pregunta Drew detrás de mí. Me doy la vuelta, Mateo está a su lado y Carola me ve sin rastro de emoción—. Por favor —Suplica.

No se le ve muy bien, sigue siendo fuerte y musculoso, pero se alcanza a distinguir, un rastro de ojeras bajo sus ojos.

—Ahora no puedo, tal vez en la salida.

«Eso es Scarlett, se fría y tranquila, se fuerte».

—Tengo clases. Nos vemos después del entrenamiento en el estacionamiento. Solo te daré cinco minutos —advierto y me doy la vuelta sin esperar una respuesta.

Carola viene a mí lado, como la buena amiga que es.

—Eso estuvo bien, muy maduro de tu parte, querida Cruella —Me susurra y le sonrío—. Aunque yo le hubiese roto la nariz —Las dos nos reímos al recordar lo que le hice a Cassandra.

Para la hora de la salida, estamos caminando al estacionamiento.
Mateo se nos ha unido, y no deja de hablar de su novio, se llama James y está en la mayoría de sus clases. Es alto y bien parecido, dice que tiene ganas de conocerme, pues en todo este tiempo, solo nos hemos visto de lejos. Me alegra que mi Mateo esté de vuelta en mi vida.

Llegamos a lado de la motoneta de Carola, no hay señales de Drew.

—Aquí viene —murmura Mateo con alegría, me doy la vuelta y veo a su novio caminando hasta nosotros.

Tiene pinta de hacer ejercicio, aunque según Mateo, le falta marcar más sus músculos. Su cabello es negro y su piel está ligeramente bronceada. Con este frío, y bajo esas ropas, es difícil decir si Mateo tiene razón o no.

—Carola, Scarlett, él es James Ferrer, mi novio. James, ella es Scarlett, mi mejor amiga y ella Carola, su mejor amiga.

—Encantada de conocerte, James. No sabes cuánto nos ha contado Mateo de ti, siento que ya te conozco —Lo saludo, dándole un beso en cada mejilla.

—Un gusto, James —expresa Carola estrechándole la mano.

«Si, esa es mi Carola, tan cálida como siempre».

—El gusto es mío, muñecas —Sonríe, y si Mateo no me hubiese dicho que es su novio, juraría que es todo un galán.

Su voz es varonil, como la de Mateo, incluso su forma de caminar y de andar por ahí, es como la de Mateo, tienes que tener los ojos bien abiertos, para saber que ambos son homosexuales.

—Mateo me ha hablado tanto de ti Scarlett, que también siento que te conozco. Definitivamente, tenemos que salir algún día —Me guiña un ojo, lo que me hace sonreír, una sonrisa real, que desde hace tiempo no me sale.

—¿Por qué no vienen con nosotras el fin de semana? —pregunta Carola —Vamos a ir a mí casa, tenemos que arreglar el salón para una fiesta de disfraces que daremos. Pueden ayudarnos a adornar y en quince días, pueden ir a la fiesta, están invitados.

—Claro, Scarlett dice que tus amigos le han caído bien y que son increíbles —acepta Mateo de inmediato—. Vamos amor —Le pide a James.

—Claro cariño, vamos —concede James a Mateo, tomándolo de la mano y de pronto siento celos, yo también quiero un James.

—Bueno, el sábado los voy a buscar a la entrada del residencial donde vive Scarlett —acuerda Carola tomando su casco.

Levanto la mirada y veo a Drew, caminando hasta nosotros.

—Te dejamos un momento —Me indica Carola—. Vengan, les diré que tenemos planeado —Se lleva a Mateo y James, a unos metros de nosotros.

—Scarlett...

Cassandra me recordó la visita con sus padres, es extraño tener que visitar a los ex suegros, para decirles que ya no quiero estar con su hija, pero así es la familia de Cassandra.

Me hubiese gustado llevar a Scarlett a su casa, pero ya me enteré que fue Iván quien la llevó.
Bien jugado chico, pero no me daré por vencido.

También escuché en la casa de Carola, que Scarlett esta castigada por lo que le hizo a Cassandra, también sé que vendrá a la fiesta de Halloween.
Es el momento perfecto para hablar con ella y dejar las cosas claras.

No me importa lo que tenga que hacer, voy a conquistar el corazón de Scarlett, me gusta y aunque no hemos tenido una conversación real, tenerla a mi alrededor, ha resultado satisfactorio.

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