Capítulo 17
🍓
Es domingo por la tarde.
Mis padres regresaron de su retiro en la mañana y estamos cenando, después de su larga siesta.
Estamos en el Bambú, nuestro restaurante favorito. Terminando una deliciosa cena. Les platiqué de la parrillada en casa de los Snow, sin detalles por supuesto, pero sí les dije, de lo mucho que los quieren por ahí, sobre todo los señores Snow y su familia, y de lo agradecidos que están todos por la amistad que ha formado con el señor Snow y su recibimiento en el hospital.
Papá nos comparte que, ya está viendo al arquitecto que hará los planos para su futuro hospital, a donde por supuesto, planea llevarse al señor Snow.
De regreso a casa, recibo un mensaje de Drew. Un fin de semana separados, se me hace una eternidad.
Hola cariño.
¿Cómo estás? ¿Cómo terminó la parrillada? ¿Ya regresaron tus padres? ¿Puedo ir a tú mansión?
Ya sabes, a hacer cosas de novios.
😏😏
Suelto una carcajada, debe estar de broma. Yo aún soy virgen y pretendo mantener esa promesa por un rato.
Hola, bien.
La parrillada estuvo bien. Mis padres llegaron está mañana, y no. No puedes venir, estoy por prepararme para dormir.
😇😇
Tengo una enorme sonrisa en el rostro, no puedo evitarlo. Cada vez que hablaba con Drew, era solo de cosas de la facultad, ahora somos novios y hablamos de algo más.
Su respuesta llega al instante.
¿Qué te vas a poner?
¿De verdad no puedo ir?
Ya somos mayores, además somos novios...
Podemos hacer otras cosas.
♥️♥
«¿Otras cosas? No por favor».
«No puedo hacer nada más que besos».
Lo siento Drew, pero no puedes venir.
Tengo que dormir, nos vemos mañana en la facultad.
Te Quiero.
♥️♥
Dejo el celular en la mesita y me acuesto en la cama.
🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒 🍒🍒🍒
Por fin es lunes, estoy terminando el día de clases, y Drew no me ha buscado para nada.
No me ha mandado mensajes y ni siquiera lo vi cuando llegué.
Estoy caminando al estacionamiento, después del entrenamiento con el equipo de atletismo, donde por cierto, no vi a Drew.
«Tal vez está enfermo y no...».
Mis pensamientos se frenan. Drew está ahí.
Pero no está solo.
«¿¡Qué rayos!?».
¡Lara está tomada del brazo de mi novio, esa...!
Camino directo hasta ellos.
—¡Drew! —Lo llamo en cuanto me paro frente a ellos. Lara no lo suelta y él no se sale de su agarre.
«¿Qué demonios está pasando?».
—Scarlett... ¿Qué... qué haces... a-aquí? —Su estúpida pregunta, delata qué está nervioso.
«¿Qué hago aquí? ¿Es en serio? Esto debe ser una broma».
—Bueno, esta es la facultad y yo vengo aquí, ¿sabes...? —Le contesto con ironía.
—Yo me voy —anuncia Lara aunque me tiene sin cuidado dónde anda—. Nos vemos luego cariño. —Le da un beso en la mejilla y sube a su deportivo.
«Tranquila pequeña Scarlett, no dejes que te afecte».
Espero hasta que sale del estacionamiento y volteó a ver a Drew, estoy esperando una explicación.
—¿Te importaría darme un aventón? —pregunta con algo de incertidumbre.
Bueno, por lo menos tenemos tiempo para hablar, pero él vive cerca, así que, tal vez debería llevarlo a mi casa y hablar tranquilamente.
—¿Por qué no vamos a mí casa mejor? —sugiero caminando de regreso a mi auto.
—Ok, eso suena mejor —acepta con media sonrisa, pero no le digo más.
Ya en mí casa, lo dejo en la sala y me voy a la cocina, a estas alturas, no sé qué está pasando, él no dijo nada durante todo el camino y yo no me atreví a preguntarle.
Salgo de la cocina, llevo dos tazas de té, las dejo en la mesita frente al sillón doble donde estamos.
—Scarlett, quiero explicarte las cosas, no quiero que pienses mal de mi... —comienza lentamente, yo solo asiento con la cabeza y él continúa—. Lara y dos compañeros más, tenemos un proyecto que debemos entregar en dos semanas. —Algo dentro de mi, dice que no le crea—. Ayer nos la pasamos buscando cómo hacerlo, por eso no he podido ir a buscarte antes. Y por eso falte al entrenamiento, es un proyecto muy importante y no quiero perder ni un décimo de la calificación.
Ok, tal ves si esta diciendo la verdad.
—Drew, no tienes que darme explicaciones de nada. —Sí, ya lo sé, me puse celosa sin motivo y... ¡No! Está es otra de las razones por las que no quería un noviazgo, solo saca lo peor de mí—. Está bien, solo me preocupe porque no te vi en todo el día, eso es todo.
Él me da media sonrisa derrite hielos y mi corazón se acelera.
—Lo siento, pero se trata de un proyecto cultural, estamos planeado salir el fin de semana, por eso teníamos que arreglarlo ya, con los exámenes cerca, queríamos tenerlo listo antes. —Me da una explicación innecesaria, pero que me deja más tranquila.
—De verdad, confío en ti, no necesito ninguna explicación —aseguro acercándome a él poco a poco, hasta que nuestras rodillas chocan—. Todo está bien.
Él se inclina un poco más y me besa.
Un beso que empieza siendo
lento y suave, y que en un instante pasa a ser salvaje y desesperado.
Estoy tumbada en el sofá, Drew está sobre mí, acariciándome y besándome. Su lengua explora la mía, somos besos y manos por todos lados.
De pronto me siento abrumada, no puedo hacer esto, aún no estoy lista.
Le doy un leve empujón y sus ojos desconcertados, buscan los míos.
—No puedo. —Le susurro—. Drew yo no... aún no...
-¿Qué pasa Scarlett?
—Yo... es que yo no... yo no lo he... -«¿Por qué siento tanta vergüenza de confesarle que soy virgen?»—. No puedo... no estoy lista.
—¿Cómo? —cuestiona un poco irritado, su mirada intensa busca la verdad en mi—. Es que... a caso eres... virgen. ¿Es eso? —Sus ojos, sus hermosos ojos me ven con adoración, pero lo único que yo siento es vergüenza.
—Sí... —respondo en voz baja, tan baja que apenas es audible.
—Scarlett, no tienes por qué avergonzarte, no tiene nada de malo, preciosa —asegura con una pequeña sonrisa y un hermoso brillo en los ojos.
Se inclina y vuelve a besarme, pero sus manos implacables buscan mi cuerpo, y está vez le doy un empujón más fuerte.
«¿A caso no me entendió?».
—No puedo, de verdad. —Me pongo de pie y me ve con resignación, creo que ahora si está molesto—. Lo siento... —No sé qué decir y sin más camino hasta la cocina, necesito un vaso de agua fría.
—Me tengo que ir, los chicos y yo quedamos de arreglar todo hoy. —Está recargado en el marco de la puerta, aún se ve un poco molesto—. Nos vemos mañana. —Se da la vuelta y se va, sin esperar una respuesta de mí.
Camino rápido para alcanzarlo, pero...
Se ha ido.
🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒
El resto de la semana, parece marchar despacio, más despacio que un caracol en maratón.
El profesor Colín Fritz, me comenta que mi mamá y él, fueron novios en la universidad por un breve tiempo, inclusive se tomó la molestia de buscar algunas fotografías y realmente se veían muy enamorados, pero un tiempo después ella se enamoró de alguien más y lo dejó, seguramente era la bestia, porque mamá me tuvo muy joven, justo cuando terminó su carrera, si este hombre hubiese sido mi padre, otra cosa sería, seguro que mi infancia hubiese sido más bonita.
Carola me dice que sus padres por fin se reunieron con mis padres, en una cena que hubo el sábado, solo para los doctores y sus parejas. Ahora son los mejores amigos, mamá está muy feliz con la amistad de la señora Snow.
Los amigos de Carola, han preguntado por mí, ella me ha preguntado sí Paul me hizo algo, pero solo le dije que no le caigo bien, eso es todo.
Incluso me invitó a su casa el fin de semana, pero le dije que ya tenía planes, aunque no era verdad.
Mateo ha estado ocupado con su
nuevo novio, el chico que conoció en la fiesta de bienvenida, aún
hablamos en clases y el receso, pero siento que se ha alejado. Y ni hablar de Nora, desde la fiesta no me dirige la palabra, ya ni me saluda y creo que eso se debe, en gran parte a su amistad con Lara y eso no me agrada, Lara la está influenciado para mal.
Drew se fue con dos chicos y Lara todo el fin de semana, desde el viernes después de clases, a visitar algunos lugares y recolectar información de algunas culturas, no me ha hablado ni mandado mensaje, y desde que se fue enojado de mi casa, casi no hemos hablado.
Todo se siente tan raro, como si nadie me quisiera a su alrededor, por primera vez, en mucho tiempo, la soledad me golpea duro.
El lunes en la mañana, mi vida se retuerce aún más. En cuanto salgo de mi auto, siento todas las miradas en mí.
«¿Ahora qué pasa?».
Hago mi camino al edificio principal, como siempre, pero no puedo dejar de sentir, los cientos de ojos sobre mí.
«¿Algo de mi ropa interior se asoma?¿Tengo papel pegado en las botas? ¿Mi cabello es un desastre? ¿Qué demonios está pasando?».
Me detengo frente a la puerta del edificio, y delante del cristal compruebo mi aspecto. Nada fuera de lugar.
—¡Oye! ¿Tú eres Scarlett McCarthy? —Me interroga un chico de primer semestre, no sé cómo se llama, pero recuerdo que lo vi con los amigos del novio de Mateo.
—Sí, ¿por qué? —Tal vez él sabe lo que pasa.
—¿Y es verdad el rumor que corre? —Me pregunta un segundo chico que se le une.
—¿Qué rumor?
Volteo a mis espaldas y mi lado izquierdo. Varios chicos y chicas de diferentes semestres y de ambas carreras, están a mí alrededor.
Me siento como el ciervo, que está a punto de ser devorado por el león.
—Que aún... eres virgen —suelta una morena alta, con una sonrisa pícara.
«¡¿Qué mierda?! ¡¿Cómo se enteraron?!».
—Nena, eso se puede arreglar. —Un chico a mis espaldas, con aspecto del típico galán, me lanza una sonrisa asquerosa.
—Yo estoy dispuesto a arreglarlo. —Me propone otro chico, un moreno musculoso.
—¡Con esas piernas, que no daría por hacerte el favor! —Me ladra otro chico, de último semestre.
—Seguro que a tu novio, le falta lo que yo te puedo dar —asegura un chico a mi derecha, con una verdadera sonrisa macabra.
Esta debe ser la peor pesadilla de mi vida.
«¡¿Quién les dijo que aún soy virgen?! Solo hay una persona...».
—Pero miren quien está aquí. —La voz de Lara me hace girar, está a un paso de mí, con una enorme sonrisa triunfal—. Pero si es, la virgen Scarlett. —Se carcajea y todos se unen al chiste.
Su par de amigas, se ríen como desquiciadas, a su espalda.
Mi lengua se queda trabada en mi boca, no sé qué decir, no sé a dónde ir.
«¡Dios mío, abre un enorme agujero negro y llévame en el a otra dimensión!».
—Se rumora que te has estado paseando por los barrios de la Zona Norte. —Me escupe Morgan, con una mueca de asco.
—Con tu amiguita la callejera, Carola Snooooww —agrega Lara con un tono de desprecio.
—Seguro que te estás buscando un guarro para que te quite la virginidad —agrega Fabiola riendo—. Escuché que ellos aceptan lo que sea, se conforman con cualquier cosa.
—Pobre Scarlett, tú novio debe estarte aguantando, solo porque te tiene lastima. —Lara me lanza una mirada malvada, está debe ser su venganza por lo del baile, pero aún no entiendo.
«¿Por qué Drew tenía que contárselo?¿Por qué a ella? Porque ahora estoy muy segura de que fue él».
Todos a mí alrededor se están riendo, los chicos aún tienen miradas de querer arrancarme la ropa y Nora, que está detrás de Lara, tiene una mirada de compasión.
«¡Oh, no! ¡Nada de eso!».
Nadie va a sentir lástima por mi.
—Es verdad Lara, aun soy virgen —confieso sin miedo, mi lengua por fin funciona—. Pero ese asunto no es de tu incumbencia, ni de nadie más —aclaro con voz firme, lo que hace que algunos chicos den un paso atrás y otras chicas me vean con los ojos bien abiertos. No pienso dejarme humillar por está arpía—. No tengo por qué darle explicaciones a nadie, de mi vida privada.
—Y nadie las necesita, sólo teníamos curiosidad por los rumores, que resultaron ser ciertos. Sigues siendo una virgen puritana, que seguro llega virgen a la tumba, porque es obvio, que ni tu novio te quiere en su cama, ni siquiera él quiere hacerte el favor. —Lara me lanza una sonrisa de satisfacción.
Esto no se va a quedar así.
Scarlett, Scarlett, quiero verte.
Hace días que no te veo por aquí, escuché que Carola le dijo a los chicos que has estado muy ocupada con las clases, admiro que seas muy disciplinada, pero me haces falta.
¡Ya callate Paul! Alguien puede escucharte, esto de hablar frente al espejo no funciona, necesito verla.
Después de mucho tiempo, las carreras regresaron por tu culpa muñequita, esta tarde correré contra Scott, ¿Por qué? Porque soy un condenado celoso que quiere dejar las cosas claras.
No hay tiempo para pensar en las clases sociales, solo sé que quiero estar contigo.
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