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¿Cuánto tiempo llevaba ahí parado? No lo sabía, calculaba que debía llevar unos 20 minutos, pero dado que estaba ansioso quizás era un tiempo exagerado. Volvió a respirar hondo, el era alguien bastante social, jamás se negaba a la oportunidad de formar una nueva amistad o conocer gente. Pero desde que había abandonado su hogar esas cosas se habían quedado en el pasado, tenía pánico de ser encontrado y vuelto a llevar a su hogar, ha aquel infierno personal tan agradable que nadie pensaría que lo sería.
Pero para él era un infierno que lo había sacado de quicio, antes de venir pensó en las posibilidades de conocer tanta gente, tantos amigos que hacer, salidas en un futuro, hasta en una posible pareja con la que salir, mandarse mensajes de texto todos los días, salir en una cita, ser novios, casarse y todas esas cosas. Su mente pensó en el abanico de posibilidades que el futuro le traería hasta que se quedó parado frente aquella puerta.
- ¿Blue? -una suave voz lo llamó cosa que igual lo sobresaltó.
- D-dream, Cross, hola...-hablo nervioso.
- ¿Qué haces aquí afuera? -le pregunto el de colores monocromáticos.
- A-acabo de llegar...-se excuso.
- Oh, ya veo, entonces entremos juntos -el de corona feliz toco el timbre, la puerta se abrió revelando a uno de sus dueños.
- Chicos ya los iba a llamar, estaban tardando - se quejo el de ojo de estrella con un puchero.
- Mi culpa, me atrase en el trabajo y Dream me tuvo que esperar -excuso el mayor.
- Buh, me hubieran avisado -su mirada pasó al de pañoleta.
- Eh...estaba haciendo unas cosas en el departamento y me retrase.
- Oh bueno -sonrió de "oreja a oreja"- pasen.
El anfitrión los dejo pasar, el de ojos celeste estaba fascinado, el lugar ya era hermoso, pero con la música y las suaves luces del lugar combinado con las de la ciudad hacían del lugar una obra de arte en vida, era como había soñado e imaginado todo el día sus "visiones" del futuro se cumplían y eso era una buena señal. El de bufanda café ofreció guardar las cosas en uno de los cuartos y el de pañoleta se ofreció a ayudarlo como buen amigo.
La fiesta para Blue no era aburrida ni tampoco desagradable, pero para el pequeño era incomodo, suspiro sonoramente sentado en aquel sillón, pensaba en que sus planes ideales se habían ido por el caño, lo había intentando, pero la verdad había otra razón más que el impedimento de sus planes de carácter soñador y eso era el miedo. Tenía tanto miedo a ser encontrado que inconscientemente se negaba a socializar, estaba tan asustado de volver a ser aquella ave enjaulada que ya no podía ser él mismo.
Se levantó del sillón y se dirigió a las escaleras, la luz no llegaba y si ignoraba la música podría sumergirse en el hermoso paisaje que las luces de la ciudad le daban, se preguntaba si algún día tendría una vida así con su persona amada, soñaba con la vida perfecta. Estaba tan sumergido en ello que no noto cuando una figura se le acercó y se le quedo viendo.
- Blue, ¿no es así? -el de ojos celeste levantó su mirada encontrándose con esos ojos que podía reconocer bien.
- Eh....¡T-tu! ¡E-eres tu! ¡¿Qué haces aquí?! -hablo con desespero y nervioso haciendo que el contrario soltara una risa socarrona.
- Vaya si que tienes buena vista y memoria -declaró con un tono burlón mientras se sentaba al lado del pequeño.
- ....
- ¿Impresionado? Pues por tu cara eso es un si.
- N-no respondiste mi pregunta...
- Ah....soy compañero de trabajo de Error, sorpresa~ -movió sus manos con pocos ánimos, como si eso aliviará el ambiente.
- ....¿seguro? ¿O acaso eres un psicópata que me sigue y espía?
- Pfff...puedes preguntarle a tu amigo hiperactivo o al amargado de Error y te darán la misma respuesta que yo.
- ...realmente tengo un problema....-aquello llamó la atención del contrario.
- ¿De qué hablas? -pregunto confundido y curioso.
- No....nada cosas tontas...
- Dudo que sea tonto si lo consideras un problema -recalcó con algo de indiferencia.
- Suena a que no te interesa....-se defendió el menor.
- Cierto, pero al mismo tiempo me pica algo de curiosidad por saber cual seria tu dramático problema -el menor lo miro enojado.
- ¿Tu crees que soy un bobo y que mis problemas son tonterías infantiles? -la sonrisa socarrona que recibió le afirmo lo dicho- eres un....¡idiota! -se levantó, pero la mano ajena lo detuvo agarrando su muñeca, volteo enojado, pero al ver la mirada de aquel esqueleto solo pudo tragar seco.
Fueron solo unos dos minutos, pero para ellos fue una eternidad, los ojos de color rojo tan fuertes como la sangre se mezclaban en los contrarios, aquel toque celeste suave, tan hermoso e iluminado como un día despejado hacían en el mayor una adicción extraña que nunca había experimentado. Mientras que para el menor la tosquedad y fuerza en los ojos ajenos lo hacían sentirse inquieto, examinado, pero protegido. El menor se soltó con brusquedad y tras unos segundos de pie volvió a sentarse junto al mayor, ninguno dijo nada solo se escuchaban las risas ajenas y la música de fondo.
- Es por tu apariencia -hablo el mayor.
- ¿Disculpa? -contestó confundido.
- Tienes la apariencia de un niño o no se la sensación de uno...es raro de explicar...
- Creo que entiendo....
- Además de que tu cara y tu tamaño no ayuda -el de pañoleta frunció el ceño cerrando sus cuencas para luego respirar hondo.
- Ignorare eso...eres algo directo, ¿no? -el contrario solo levanto los hombros restándole importancia- cuando vas al café eres igual...
- Odio los líos innecesarios, prefiero ser directo, aunque jugar con la gente a veces es algo divertido~
- ...insisto con mi teoría...¿eres un psicópata?
- No, pero de alguna forma siento que eso te tranquilizaría bastante.
- Puede que un poco...¿porqué sigues hablando conmigo? -pregunto intrigado y confundido.
- Curiosidad -respondió con simpleza.
- ..¿solo eso?...¿no hay otra razón?
- No la hay, solo es curiosidad, aunque créeme has llegado lejos en mi escala.
- ...¿no te agradan las personas como yo?
- No, usualmente los de tu tipo me son irritantes y muy falsos.
- Pues déjame decirte que de falso yo no tengo nada!
- Puedo entrar a dudar -respondió burlón- aunque debo admitir que sonríes como si fuera algo importante me molesta.
- ¡Lo es! -exclamó el de pañoleta.
- En tu trabajo -aclaró.
- ¡En la vida! ¡Una sonrisa puede alegrar y hasta cambiar el día de alguien!
- No tienes pruebas.
- Bueno estás hablando conmigo, al parecer quieres conocerme y todo por sonreír todos estos días en el café.
- ...touche.
- Te lo dije, una sonrisa puede cambiarlo todo, puede alegrar tu día de las formas más curiosas del mundo.
- Ok....no eres un tonto, pero si un iluso o un soñador de primera.
- Ignorare lo de iluso y diré ¡gracias por tu cumplido!
- No lo era, era una observación.
- Cumplido, listo~ -le sonrió el pequeño.
El mayor lo miro unos minutos para luego dejar salir una risa, algo que no pasaba hace tiempo. Aquella noche ambos conversaron hasta la madrugada, disfrutaron de la extraña compañía ajena entre risas y conversaciones triviales, después de tanto tiempo ambos habían podido hacer algo que hace algún tiempo habían dejado: socializar.
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