Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 44

🍑

Dos años después...

—Y quiero que envíes estas invitaciones a los chicos.

—¿A todos tus amigos?

Alan toma las invitaciones, con la lista de las direcciones.

—Si, ahí están los nombres de cada uno.

Suspiro viendo a la ventana, este es mi último atardecer en Nueva York, y en mi departamento.

—Por cierto, la mudanza no tarda en llegar para llevarse todas tus cosas, y la pareja que ha comprado el departamento, también viene en un rato.

—De acuerdo —volteo a verlo—. Espero que sea antes de nuestro vuelo, me urge llegar a mi casa y dejar todo arreglado para irnos a esas vacaciones.

—Eres increíble, Scarlett, mira que regalarle unas vacaciones en una isla privada a tus amigos...

Comenta recogiendo los pocos papeles que quedan en el escritorio.

—En realidad no es nada, la isla es un regalo de graduación que me dio mi padre, y el jet privado en el que van a viajar, es un préstamo de mi papá Colin.

—Quién diría que Colín Fritz era un multimillonario, viviendo como cualquier mortal —ríe un poco y yo lo sigo—. Si que eres afortunada, Scarlett, pero más afortunados somos los que tenemos el placer de disfrutar de tu presencia.

—Bueno, ya, que no quiero llorar —bromeo tomando mi bolso y la última caja que queda en la habitación.

Hace un mes que puse el departamento en venta, y para mi sorpresa, hubo una respuesta rápida, un matrimonio joven lo ha comprado, así que de inmediato, guardé mis pocas cosas en cajas, y ahora aquí estamos, a unas horas de regresar a casa.

Antes del medio día, la mudanza llega por mis cosas, Alan se encarga de revisar todo el papeleo, mientras yo entrego el departamento a sus nuevos dueños.

—Listo, Scarlett —Alan me llama desde la acera, parado a un lado de la camioneta—. La mudanza llegará por carretera, así que, mañana al medio día o por la tarde, tus cosas llegarán a casa.

—De acuerdo.

Camino al otro lado de la camioneta para subir, y tomamos la carretera que nos lleva al aeropuerto, y ahí tomamos el avión de regreso a casa.

Estoy muy ansiosa porque llegue el mañana, por fin me reencontrare con mis amigos, aunque nos vimos estos dos veranos, no es lo mismo que pasar tiempo de calidad con ellos, pues apenas y nos vimos, ya que cada uno tenía asuntos que cumplir; James estaba graduándose y Mateo le hacía compañía, al mismo tiempo que se hacía cargo de la revista de moda de la firma Rosé, mientras que Roger y Rebecca estaban de gira con Scott, dando conciertos por toda Europa.

Por otro lado, Carola y Aldo se han encargado de ser unos buenos padres, Aldo trabaja como asistente de Máx; el hermano de Mat, y Carola tiene un puesto de editora, en la editorial Luna Plateada, la cual compré en su totalidad.

Además de ella, Nora también está trabajando ahí, ha retomado el buen camino y por eso decidí ayudarla. Cuando conoció a Alan, quedó encantada por él, aunque aún no se decide a dar el siguiente paso, pues sigue pensando que las clases sociales no se mezclan, sin embargo, ya no es tan clasista como antes, y estoy segura que Alan puede ayudarla con eso.

Por su parte, Paul ha trabajado en grandes proyectos cinematográficos, con los mejores directores del medio; como Alfonso Cuaron y Guillermo del Toro, con quienes siempre soñó trabajar. Ahora su nombre ya es conocido entre el mundo del cine, y los medios lo catalogan como la joven promesa del cine futurista.

En cuanto a mí, bueno, el baile corre por mis venas, pues mi padre Colin Fritz, viene de una familia llena de talentos, y su madre era una de las mejores bailarinas de Corea; el Buchaechum es la danza  tradicional coreana más moderna que se ha hecho, y mi abuela era una gran exponente en ella, sin darme cuenta, lo he heredado de ese lado de mi familia.

Así que, mis habilidades natas han resaltado, y el último año, estuve de gira con los mejores bailarines de la academia, dando presentaciones en teatro, festivales o eventos especiales, incluso estuve en el castillo de la Reina. Por lo que, apenas y pude ver a mis amigos, y aunque Paul y yo no hicimos una promesa de noviazgo ni nada parecido, lo estoy esperando, como seguramente él me espera a mí.

—Otra vez, soñando despierta.
Murmura Alan a mi lado, sonrío para mí, observando la vista por la ventana del avión.

—Ya sabes como soy... —volteo a verlo, esta igual de sonriente—. ¿Tú no estás feliz porque vas a volver a ver a Nora?

—No sé de qué me hablas.

Intenta ocultar su emoción, pero alcanzo a ver el brillo en sus ojos, el mismo brillo que me sigue desde que conocí a Paul.

Después de un largo vuelo, llegamos a las ocho de la noche, primero pasamos a saludar a mis padres, quienes insisten en que nos quedemos a pasar la noche, pero me niego a hacerlo, pues todas las cosas que voy a llevar al viaje, están en mi casa.

—Apenas llegas y ya te vas —Se queja mamá, mientras nos acompaña a la camioneta—. ¿Cuánto tiempo estarás en la isla?

—Penny —Papá llama su atención, al mismo tiempo que me ayuda a subir una maleta de cosas que había dejado aquí—. Deja que Scarlett se divierta, ya pasó dos años estudiando demasiado, merece un descanso.

—Lo sé, pero la extraño —Mamá me abraza, y le regreso el gesto, dándole un beso en la mejilla—. Ve a divertirte mi niña, descansa y aprovecha cada momento.

—Gracias mamá —Me alejo sonriendole—. Yo también te extrañé.

—Alan, ya váyanse, antes de que Penny no los deje marcharse —pide papá abriendo la puerta del copiloto para que suba.

—De acuerdo —Alan sube y yo hago lo mismo.

—Cuídense mucho, chicos —Papá se despide, dándome un beso en la mejilla—. Dejé instrucciones al servicio que fue a preparar la casa, y no dejes de llamar si necesitas algo.

—Te quiero mucho, papá.

Nos despedimos y hacemos nuestro camino a casa.

«Me alegra mucho saber que mis padres se encuentran bien, que han cumplido sus metas, y que las cosas han salido bien. Por fin se han acomodado las cosas, para todos».

Llegamos directo a dormir, aunque, para ser sincera, apenas y puedo hacerlo por los nervios, ya quiero ver a mis amigos, pero sobre todo a Paul.

—Mi amado, Paul...

Cierro los ojos, cayendo en un sueño profundo.

Don't know what to do de Blackpink, suena en el despertador. Presiono el botón para detener la música, pero en su lugar, me levanto a bailar, esta es mi canción favorita del grupo, y aunque la letra es triste, el ritmo me hace moverme por toda la habitación.

Son las nueve de la mañana, dejamos a Esmeralda a cargo de la casa, como ha hecho estos últimos dos años, y salimos rumbo al aeropuerto, donde nos espera el jet privado de mi otro padre, el que nos lleva a la isla privada.

—Creo que han llegado —comenta Alan, bajando de la camioneta.

Sigo sus pasos, sosteniendome a mi bolso con la mano derecha, mientras que con la izquierda; jalo la manija de mi maleta.

Siento mi corazón latiendo desesperado, conforme nos acercamos a las escaleras del jet, subo lentamente, respirando cada vez más a prisa, cruzo el humbral y los veo. Mis amigos están aquí; Carola, Aldo, Roger, Rebecca, Mateo, James, Nora, Taylor, Cloe y...

—¡Paul!

Corro a sus brazos, dejando que Alan sostenga mis cosas.

—Yo también te extrañé... —murmura contra mi oído, mientras nuestros amigos nos aplauden, alegrandose por nosotros—. Basta, que me sonrojo...

Nos retiramos sin soltar nuestras manos.

—Te has escondido muy bien —reclamo acariciando el collar en su cuello, es el yang que con tanta emoción busqué para él.

Todos tomamos asiento, mientras el piloto da las instrucciones.

—En cambio tú... —mete la mano en el bolsillo interior de su chaqueta, para sacar la otra mitad del collar, aquella que una vez le arrojé—. Te has exhibido por todo el mundo...—coloca el collar en mi cuello, rozando mi piel con sus dedos—. Tenía muchas ganas de devolvertelo.

—Gracias... —observo sus ojos, tocando su mano.

—No importa cuanta oscuridad exista en tu vida, porque siempre seré tu luz.

Sus palabras me dejan sin aliento, no puedo creer que esto esté pasando, que por fin podemos estar juntos, sin prejuicios, sin obstáculos, no hay exnovias molestas, padres con reglas o clases sociales que nos dividan, por fin podemos vivir en nuestro mundo, en el cual, no existen las clases sociales, sólo el amor puro y real.

—¡Ya casense!

El grito de Ro, rompe nuestro momento, causando las risas de todos.

Y así, entre risas, recuerdos y pláticas amenas, llegamos a una bonita isla privada en el pacifico, alguna vez le perteneció a mi padre, pero al ser dueño de otros lugares exóticos, decidió regalarmela a mí, pensando que sería un bonito lugar para vacacionar con mis amistades, y no se equivocó, estas serán las mejores vacaciones que he tenido, pues grandes personas me acompañan.

Hay una gran mansión de cuatro pisos, con demasiadas habitaciones para recibir a los chicos, pero todos hemos decidido pasar la primera noche acampando cerca de la playa, bajo la luz de las estrellas, así que nos disponemos a desempacar y salimos a preparar todo; una fogata como la de la ultima vez, con varios asientos alrededor, varias botanas y snacks para degustar por la tarde.

—Aún es temprano para prender la fogata —comenta Nora, viendo al horizonte.

—Tienes razón —asegura Alan viendo su reloj—. Van a ser las dos.

—Podemos preparar algo para comer en la parrilla —señala Mateo, viendo en dirección a la mansión—. Unas hamburguesa o lo que sea, yo tengo hambre.

—Me parece buena idea —comienzo a caminar de regreso a la casa y todos me siguen.

Cada uno toma una tarea para terminar rápido; Ro, Alan y James, se encargan de la parrilla y la carne, mientras que Nora y Rebecca pican verdura. Taylor y Paul buscan el equipo de sonido o alguna grabadora que puedan llevar a la playa, y Cloe, Carola y yo; buscamos las bebidas.

Una hora después, estamos comiendo en el exterior de la mansión, bajo un toldo acua transparente que nos cubre del sol, pero que nos permite escuchar el sonido que hacen las olas al chocar con la orilla.

—Este lugar es tan agradable, muy hermoso y relajante —comenta Carola, terminando su hamburguesa.

—Es verdad —asegura Mateo, observando nuestro rededor—. Es tan pacifico.

—Gracias por traernos, Scarlett —Nora toma mi mano—. Gracias por todo lo que has hecho por mí.

—Por todos —agrega Aldo, levantando su vaso.

—No, chicos... No tienen nada que agradecer —bajo la mirada apenada.

—Desde que te conocimos, solo hemos recibido un buen trato de tu parte, solo pocas personas nos han visto como lo haces tú —Aldo suena muy honesto—. Sin prejuicios ni burlas.

—El barrio no es bienvenido en tu mundo —agrega Rebecca.

—Y con todo, nos diste chance de conocerte, y de que nos conocieras —asegura Ro, tan sincero como siempre.

—Quiero proponer un brindis —interviene Tay, con una botella de champagne en la mano, y algunas copas que trae con ayuda de Cloe—. Por Scarlett, quien ha sido una verdadera guía en nuestro camino.

—Por la mejor amiga que puede existir —Mat se une tomando una copa.

—Por la persona que sabe dar segundas oportunidades —Nora me observa sonriente.

—Por la chica, que nos enseñó a ver el mundo con otros ojos —agrega Paul, tomando una copa para él y una para mí.

—¡Por Scarlett!

Gritan todos juntos, y tomó una copa para brindar con ellos.

Después de un rato de abrazos y agradecimientos, salimos a la playa, a jugar volleyball en la arena; aunque solo Tay, Alan, Ro y Rebecca, se han animado a jugar, mientras escuchamos música en una grabadora que ha encontrado Taylor.

—Nosotros pasamos —Paul toma mi mano, para que lo siga a la orilla.

—¡Los estaré vigilando! —grita Taylor celoso.

—Tu hermano no cambia —murmura Paul, rozando mi mano con su pulgar.

—Será mejor que te acostumbres —advierto riendo.

—Lo haré... Por el resto de mi vida.

Sus palabras me dejan helada, volteo despacio; me observa con tanta seguridad, que no dudo de sus palabras.

—Casate conmigo —pide sonriente.

—Estas loco —respondo ríendo por los nervios.

—Loco de amor, por ti.

Esos ojos chocolate que no me dejan ni en sueños, me observan enamorados, definitivamente es la mirada que quiero ver cada día al despertar.

—Pasamos por mucho, ¿no? Pero, finalmente llegamos al lugar donde queríamos estar... —acuña mi rostro entre sus manos, al mismo tiempo que asiente—. Libramos obstáculos y salvaste mi vida...

—Y volvería a salvarte, en esta y mil vidas más... —besa la comisura de mis labios y vuelve a mirarme sonriente—. ¿Quieres casarte conmigo?

—Si quiero.

—Te voy a hacer muy feliz.

Beso sus labios suavemente, y tomados de la mano; reanudamos nuestro paso sonriendonos, mientras los chicos se acercan a jugar a la orilla del mar; sumergiendo sus pies en el agua, salpicandose los unos a los otros, disfrutando del buen clima, mientras escuchamos a Kenia Os cantando de fondo: se fue la luz.

Al estar aquí, me doy cuenta de lo valioso que es aprovechar el momento, apreciar cada instante con las personas que quieres, vivir el momento, luchar por tus sueños sin tener que olvidarte de las personas que en algún momento formaron parte de tu vida.

Este es mi momento, y ahora sé que puedo compartirlo con ellos; mi familia.

Paul besa mi mejilla, sus dedos se enredan con los míos, y nuestras miradas se funden en una, al mismo tiempo que nuestros latidos se sincronizan.

—Te amo, Scarlett McCarthy.

—Te amo, Paul Johnson.

Se fue la luz, me perdí en tu universo, contigo la oscuridad se enciende...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro