Capítulo 42
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—¿Qué sucede?
—Mateo despertó... —escucho el sollozo al otro lado de la linea—. Esta preguntando por ti.
—Mat...
—Tranquila, en cuanto puedan, regresen a casa.
—Si, mamá, dile que ya voy en camino —lloro al mismo tiempo que río de felicidad—. Te quiero mucho Penny, nos vemos pronto.
Termino la llamada y volteo a ver a Paul, quien viene entrando como en shock.
—¿Quién era?
—Mi padre... Llegó una carta de Los Ángeles... —murmura sentándose en la orilla de la cama.
—¿Te aceptaron?
Levanta la mirada, en sus ojos sólo puedo ver tristeza.
—Me aceptaron...
—¿Y por qué no estas saltando de felicidad?
Me siento a su lado, tomando su mano.
—Porque si yo voy a Los Ángeles y tú a Nueva York, significa que...
—Esto se acabó....
Nuestras miradas se encuentran, los sueños e ilusiones del otro, se reflejan en nuestras pupilas, hemos alcanzado el sueño que tanto buscamos, pero para culminarlo, hay que dejarnos ir.
Regresamos a casa, con buenas noticias, pero sintiendonos fatal. De alguna forma, ambos sabíamos que esto sucedería, pero en el fondo, yo esperaba que algo cambiara las cosas, y poder seguir con Paul.
Al llegar a casa, vamos directo al hospital, Mateo no presenta algún daño a largo plazo, lo que es buena señal, solo tiene que seguir las indicaciones médicas y guardar reposo por unas semanas.
Compartimos nuestras buenas noticias, pero todos saben lo que cada una implica.
Aún así, mis padres preparan una gran cena el fin de semana; celebramos mi cumpleaños atrasado y mi aceptación en la academia, así como la beca de Paul.
Todos mis amigos están aquí, compartiendo este momento, aunque nos hace falta uno, hacemos lo posible por vivir cada momento al máximo.
Poco a poco, cada uno regresa a sus actividades diarias; Mateo y James están más unidos que nunca, cada unos siguiendo sus sueños; Mat en su servicio social y poniéndose el corriente con sus clases, y James trabaja de medio tiempo, para cubrir sus gastos.
Alan sigue siendo mi guardaespaldas, pero ya no es tan intenso, pues lo he incluido a mi círculo de amigos, para que no se sienta tan solo, además, me va a acompañar a Nueva York, pues seré nueva en la ciudad y que mejor que llevar a un chico que pueda defenderme.
Por su parte, Carola y Aldo siguen esperando con ansias a su bebé, va a ser niño y llevará el nombre de Iván, pues Carola siempre lo vio como a un hermano.
Roger y Rebecca están haciendo su camino en la música, con ayuda de Scott, quien ya está empezando su gira como cantante profesional, quién diría que el enemigo terminaría siendo aliado.
Nora me escribe de vez en cuando, sin duda alguna, pasar tiempo en la clínica le esta ayudando demasiado. Por otro lado, Lara y Drew, están pagando por lo que me hicieron, cada uno en su área. Lo mismo que Cassandra, Dayana, David, Luis y Bastian, resulta que David y Luis son hermanos, hijos de Bastian, por eso estaban aliados, y aunque hubo muchas señales de por medio, no me había dado cuenta de que llevaba tiempo siguiendome.
Mientras tanto, mamá ha estado ayudando a Gerardo en su formación como abogado, quien ha preferido mantener su distancia conmigo, y por mi esta bien. Colin esta preparando un programa especial para dar clases a los niños del barrio, que no cuentan con los recursos necesarios para acudir a una escuela, con esto pretende evitar el regreso de las carreras ilegales, las cuales se cancelaron de manera definitiva, después del accidente de Iván.
Y para hacer un pequeño homenaje a Iván, he mandado a construir una capilla, al pie de la montaña de Santa Mónica, donde los padres, hermanos y amigos de los que han perdido la vida ahí, pueden pedir por el descanso de sus seres queridos.
Los chicos del barrio están muy agradecidos, pero de alguna manera, siento que es algo que les debía. Aunque Paul me pide que no piense eso, que no es mi culpa que Iván ya no esté, y tal vez tiene razón.
Y ya que menciono a Paul, hemos pasado unos meses maravillosos, no somos novios, pero vivimos juntos, seguimos conociéndonos, pasando el tiempo en los lugares que ambos frecuentamos, sé que las personas de la alta sociedad están hablando de mí, pero no me importa, porque sé muy bien que quiero estar con Paul, que ahora es algo seguro y que el día de mañana nos espera un gran cambio, pero no quiero arrepentirme de no intentarlo.
Mis padres también ignoran los comentarios de todas las personas que, en su momento, se decían nuestras amistades, y que ahora me ven con desprecio, ellos piensan que, quien te da su amistad incondicional, está en las buenas y las malas, y que en lugar de criticarte, te ayuda con sus comentarios acertados.
Por otro lado, mi padre está por inaugurar su propio hospital, este diez de mayo; mañana, en honor a mi madre y el aniversario luctuoso de su fallecimiento, por supuesto que todas mis amistades están invitadas, así como sus padres, y los amigos más allegados de la familia.
—Ese vestido se te increíble —comenta Paul, detrás de mí.
Estamos en el armario de mi casa, buscando nuestros atuendos para mañana.
—¿No crees que es demasiado? Como que es muy elegante...
Contemplo mi reflejo en el espejo; un hermoso vestido azul marino strapless, que llega ligeramente debajo de mis rodillas.
—Para ti, nada es demasiado.
Deja un tierno beso en mi hombro, al mismo tiempo que me toma por la cintura.
—Paul, ahora no, Esme sigue en la casa...
Susurro cerrando los ojos.
—Seré silencioso... —murmura mientras sigue besándome, recorriendo mi cuerpo con sus manos—. Y de ser necesario, te tapare la boca...
—Ha ha, ¡callate! —Me doy la vuelta y beso sus dulces labios, tomándolo por los hombros.
—Si sigues así, no me detendré... —advierte besando mi cuello.
—¡Esas manos, Paul!
Los dos nos sorprendemos, alejándonos rápidamente, para voltear a ver al dueño del regaño.
—¡Taylor!
Corro a sus brazos, sujetandome con fuerza a él.
—Debería venir más seguido, se supone que Paul iba a cuidarte, no a pasarse de listo contigo —expresa fingiendo molestia.
—Es mi manera de cuidarla —asegura Paul riendo—. ¿No se supone que estabas en Europa?
Lo suelto, para regresar a lado de Paul.
—Tengo un permiso especial, solo por unos días, para poder ver la inauguración del hospital.
—¿Y Cloe? —cuestiono regresando al armario para cambiarme, no quiero ensuciar mi vestido.
—Esta en camino, yo me adelanté porque sabía que algo no iba bien —escucho que responde.
—Debería entrar a ayudar a tu hermana, tal vez necesita ayuda para cambiarse —comenta Paul, sé que quiere molestar a Tay.
—Tú no le pones una mano encima a mi hermana...
—Dejalos en paz, Tay —escucho la voz de Cloe.
Me apresuro a ponerme los zapatos y salgo a verla.
—¡Cloe! —La abrazo con entusiasmo—. ¡Me alegra verte!
—A mí también me alegra verte, Scarlett —comenta llevándome fuera de la habitación—. Tenemos mucho de que hablar.
El resto de la tarde, se me va con Cloe, me cuenta que la boda será en este verano, y por supuesto que les he ofrecido que se lleve a cabo en el Parque Nacional Duprí, el lugar es grande y con el verano en su esplendor, se verá increíble.
Taylor y Cloe regresan a la casa de mis padres, mientras Paul termina de elegir su atuendo; un impecable traje gris perla, cortesía de Penny, quien se ha encargado de pulir la imagen de Paul, pues quiere que su carta de presentación ante el mundo del cine, sea inolvidable.
Nos levantamos temprano, y como es un día feriado, todas las actividades han sido suspendidas, así que, podemos ir a la inauguración, sin ningún problema.
A las diez de la mañana, salimos con rumbo al centro de la ciudad, en una camioneta que me ha regalado mi padre, por mi cumpleaños número veintidós.
—Estaciona en la orilla, Alan —señalo un lugar vacio—. Tal vez esto se llene y después no vamos a poder salir.
—Claro —hace lo que le pido, y bajamos los tres.
Aunque estamos en plena primavera, el clima apenas y es cálido, el sol roza levemente la piel, los colores vibrantes de las flores iluminan los jardines, y los grandes Arces se dejan mecer por el viento.
El edificio frente a nosotros, es de un blanco perfecto, que refleja la pureza de la profesión; dos amplios y bien cuidados jardines, dan la bienvenida a los invitados, y a los futuros pacientes.
Varios de los invitados ya han llegado, incluidos mis amigos y sus padres, incluso algunas de las mujeres de la alta sociedad, aquellas que tanto se quejaban de mi, hoy han arribado a mostrar su doble cara. También veo a algunos de los colegas y amigos de mi padre, incluso al Director General del hospital en donde trabajaba. Así mismo, los colegas de mi madre, y por su puesto, Gerardo también está aquí.
—¡Mateo! —camino a paso veloz, para alcanzarlo en la entrada, cerca del listón rojo—. ¡Te he extrañado mucho!
Nos abrazamos, como si nunca lo hubiésemos echo, pues desde que salió del hospital, apenas y nos hemos visto un par de veces, ya que Mat ha estado muy ocupado regresando a su servicio social y las clases, y yo intento ponerme al corriente con la línea Rosé y las demás propiedades que he heredado.
—Yo también, nena, pero ya estoy aquí —susurra en mi oido—. Nada ni nadie romperá esta amistad.
Nos soltamos sonrientes, definitivamente Mateo y yo, hemos vivido muchas vidas juntos, y seguiremos así.
—Me voy a poner celoso —comenta James, detrás de él.
—¡Hay amor! Tú sabes que mi corazón es tuyo —Mat le regala un tierno beso en los labios.
Volteo a ver a mis espaldas, Alan esta hablando con Roger y Rebecca, Aldo y Carola están con sus padres y los de Mateo y James. Taylor y Cloe se unen a ellos, mis padres han llegado y Paul esta con ellos, Mamá le pasa un cepillo quita pelusa por todo el saco.
«Hay cosas que no cambian».
—¡Mamá! —camino a salvar a Paul, lo tomo de la mano para alejarlo—. Todos te están viendo.
Intento reprimir mi risa.
—Scarlett, tu novio tiene que lucir impecable, solo mirate —Me señala con admiración—. Te ves como una princesa y Paul tiene que estar a tu altura.
—Penny, ya habíamos hablado de eso —Papá le quita el cepillo, y voltea a verme—. Así se ven muy bien —acaricia mi cabello y me sonrie—. No te vemos unos meses y ya eres otra.
—Sigo siendo la misma, papá —aseguro tomando su mano—. Solo estoy creciendo.
—Venga ya —Mamá llama nuestra atención—. Me van a hacer llorar y no quiero arruinar mi imagen.
—Esta bien —Papá le ofrece su brazo a mamá—. Vamos a la entrada, que es momento de cortar el listón.
Los cuatro caminamos a la entrada, mientras los invitados se reúnen frente a nosotros, varios reporteros se han acercado, listos para cubrir la nota. Colin aparece enfrente de todos, y mi padre le pide que se posicione junto a mí, mientras que Taylor, se coloca al lado derecho de mi madre.
—Buen día, señoras y señores; amigos y familia —Papá comienza con el discurso, viendo a los presentes, y a las cámaras que captan cada momento—. Sean todos bienvenidos.
Todos aplaudimos emocionados.
—Cuando estaba en mis años de universidad, siempre tuve en mente aportar algo a la sociedad, dejar un legado que beneficiara a muchas personas y no solamente a mí, dando el buen ejemplo a mi hija y mi esposa. Y por ello, en honor a mi hermana Victoria McCarthy, trabajé mucho en este proyecto, me llevó un tiempo conseguirlo, pero nunca me di por vencido, gracias al apoyo de mi familia y amigos, quienes no dejaron de creer en mí, en ningún momento.
Voltea a su lado derecho, sonriendole a Penny, para después voltear a verme a mí, dándome un ligero apretón en la mano, le sonrío orgullosa.
—Este hospital, tendrá dos clínicas más en la Zona Norte y en la entrada de la ciudad, cercanas a lugares en donde los servicios médicos son escasos —esta nueva información me deja sorprendida, papá no había mencionado nada al fespecto—. Sin más preámbulos, sean bienvenidos a la sede del grupo McCarthy.
Con la tijera en mano, papá, mamá, Tay y yo, cortamos el listón rojo, recibiendo los aplausos y felicitaciones de nuestros amigos.
Cada día me convenzo más, de que Scarlett es el amor de mi vida.
Su mundo puede estar lleno de lujos, viajes y dinero, pero su corazón es puro e inocente, y está rodeada de personas que realmente son humanas, que no buscan el beneficio propio, sino que también buscan ayudar a los demás.
Después de tantas cosas que hemos pasado, hemos creado nuestro propio mundo, donde no importa el nivel social, el dinero o los prejuicios, porque ambos sabemos del gran amor que nos tenemos, y lo poco que nos importan las opiniones públicas.
Porque con Scarlett, he conocido el verdadero amor.
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