Capítulo 35
🍌
Mis palabras lo han dejado helado, pero no me interesa, ya es momento de que lo sepa.
Me suelta lentamente, dando un paso atrás.
—¿Tú...?
—Y ya que estamos hablando de verdades... —Tengo que decírselo—. Si, Iván me besó, pero fue un beso robado, y por supuesto que me aparte, y él no me hizo lo que te imaginas, fue un accidente, Drew me golpeó y...
—¿¡Qué!? ¿Ese mal nacido se atrevió a ponerte las manos encima?
Su semblante de sorpresa cambia por completo, ahora está sumamente molesto.
—Fue un accidente, y ya esta arreglado.
—¡No, Scarlett!
—Déjalo ya, no es asunto tuyo —doy la vuelta y él me toma por los hombros.
—Me importas, y mucho, así que es asunto mío.
Golpeo sus manos para que me suelte y se aleja asombrado.
—¡Tanto te importo, que regresaste con Cassandra!
—Yo no...
—Ya no mientas —Me alejo un par de pasos y doy la vuelta—. Deberías salir de aquí, es propiedad privada.
—¡Tú tampoco debiste entrar, entonces! —grita a mis espaldas.
—Es mi propiedad —sentencio sobre mi hombro y sigo caminando de regreso a mi auto.
—¿¡Qué!?
Me toma entre sus brazos, obligándome a verlo.
—Lo que oíste...
Sus ojos me buscan con intensidad, es inevitable no perderme en ese bonito chocolate que me cobija, con Paul me siento segura, y no puedo engañarme.
Se inclina un poco y sus labios rozan los míos, me buscan, me llaman.
—Scar...
Nuestros labios se unen en un tierno beso.
El mentol inunda mi boca, ese sabor familiar que solo Paul me hace sentir; las maripositas en mi estómago, el hormigueo que recorre todo mi cuerpo, las ganas de querer más.
Con sus manos comienza a recorrer mi ser, y cruzo las manos sobre su cuello.
De pronto, el beso pasa a ser más apasionado y desesperado.
Siento sus dientes mordiendo la comisura de mi labio, y me alejo asustada.
—¿Qué haces?
Con mi dedo índice acaricio el lugar que ahora punza, una pequeña gota de sangre descansa en el.
—Así se roban los besos.
Declara con media sonrisa.
«Esta claro que quiere competir con Iván. ¡Esto no se va a quedar así, Paul Johnson!».
Lo tomo por los hombros y lo beso nuevamente, esta vez lo muerdo yo, y me aparto con la respiración agitada.
Él me observa igual de agitado.
—Ya estamos a mano —camino hasta mi auto y guardo la frazada, cerrando la cajuela con fuerza.
—Te amo...
Sus palabras me dejan en shock.
«¿Escuché bien o ya estoy alucinando? Paul acaba de decir...».
—Te amo, Scarlett.
Levanto la vista, está a solo un par de metros de mí.
—Yo también te amo, Paul... Pero ni todo el amor del mundo, puede cambiar las cosas y borrar las mentiras que me has dicho...
Camino hasta la puerta del conductor, pero él corre para detenerme.
—Por favor, Scar, no dejemos que lo nuestro muera.
Súplica tomando mi mano.
—Gracias por las flores... —susurro quitando su mano de la mía.
«No sé si él lo escucha... Pero mi pequeño corazón sigue rompiéndose».
—¡Esta bien, si ya no me quieres, largate...! —pasa ambas manos por su cabello, caminando de un lado a otro frente a mí—. Te perdono lo de Iván, cualquier cosa que me hayas echo... Sé que no valgo lo que valen esos riquillos de la alta, que solo soy un callejero, pero no puedo evitar amarte...
—No seas cruel contigo —pido atrayendo su mirada—. El dinero no te da valor como persona, tu verdadero valor está aquí —señalo su pecho—. Gracias por perdonarme por lo que no hice, yo te perdono tus mentiras...
—¿De verdad?
Siento las lágrimas cayendo por mis mejillas, sé que lo amo mucho, pero esta relación es imposible, esa es la realidad, y no la quise ver, hasta hoy.
—Y me perdono a mí, por estar a punto de elegirte a ti, antes que a mí...
—No, Scarlett —Sus manos acuñan mi rostro y yo me sostengo de sus hombros—. ¡Por favor, quédate conmigo!
—Sé que siempre elegirías a tu familia, antes que a mí... Por eso no puedo... No puedo quedarme contigo...
Se pone de rodillas frente a mí.
—Quédate, y lo arreglaremos... Yo voy a...
—Olvídalo...
—¡Señorita McCarthy!
Ambos volteamos a la izquierda, Alan esta aquí y mis padres también; papá viene manejando su camioneta, y mamá viene a su lado.
—¿Quién es este? —Paul se pone de pie, más rápido de lo que tardó en arrodillarse.
—Es mi guardaespaldas —respondo limpiando mis lágrimas—. Debo irme...
—La hemos estado buscando —habla Alan, con algo de preocupación.
—¡Ya vieron que esta bien, se pueden largar! —pide Paul, nuevamente molesto.
—Paul, no —Lo veo a los ojos, y respiro profundamente—. Consigue un buen abogado para tu hermana...
—¿Vas a seguir con eso? —interroga frunciendo el ceño—. ¡Es Mi hermana, no le puedes hacer eso!
—¿Y ella si podía lastimarme? —ataco molesta—. ¡Yo no lo hice nada, y aún así, ella y sus amigos me hicieron daño!
Sigue respirando agitado, es claro que esta molesto.
—Señorita, McCarthy, vaya con sus padres —Alan me quita las llaves del auto, intentando calmar la situación—. Yo lo llevo...
—¡Deja de interrumpirnos, carajo! —Paul se para frente a él.
Alan se queda inmóvil, pero no por miedo, él sabe cómo actuar ante estas situaciones.
—¡Paul!
Me coloco entre los dos, lo que menos necesito es una pelea frente a mis padres.
—Lo siento, Scar —Da un paso atrás, viéndome a los ojos—. Gracias por la recomendación... Voy a buscar a un buen abogado...
—¡Sube a la camioneta! —Papá aparece detrás de mí, jalandome por los hombros—. Si de verdad quieres a mi hija... Deja de hacerle daño —advierte a Paul.
Me toma de la mano y caminamos a paso veloz hasta el vehículo.
—Scarlett...
Mamá baja y me toma entre sus brazos, para subirme al asiento trasero de la camioneta. Papá sube al asiento del conductor y toma la carretera, Alan nos sigue en en el Lamborghini y Paul nos observa a lo lejos.
—Lo amo... Lo amo demasiado...
Murmuro plañiendo en los brazos de Penny.
Cuando llegamos a casa hablo con mis padres, quiero que sepan lo que realmente sucede con Paul; los problemas que hemos tenido y las mentiras que me dijo, y también que su hermana y Cassandra, tienen que ver con el atentado en el parque.
Ya más tranquila en mi habitación, hablamos claro de lo que va a suceder.
—Scarlett... —Mamá me acuña entre sus brazos, mientras nos sentamos en el sofá frente a la ventana—. Ya lo he pensado bien, y no voy a prohibirte estar con Paul, si eso es lo que quieres... No me gustaría que te sucediera lo mismo que a Victoria, y que no vivas la experiencia del verdadero amor...
—Eso no lo sabemos —interviene Papá, acercándome una taza de té—. No conocemos a Paul, y hasta ahora, solo han pasado cosas malas, mientras has estado con él.
—John... —Penny lo observa con seriedad—. Quedamos en algo.
—Penny y yo, hablamos del tema... —ambos voltean a verme—. Entendemos que estas enamorada de ese chico, y no vamos a interferir en nada, simplemente te apoyaremos en tus decisiones, pero si tienes que saber que, el juicio sigue, sin importar si esa chica es su hermana o la hija del presidente, no podemos hacer caso omiso al tema.
—Por ahora, sería preferible que intentaras alejarte un poco de él, y por lo que se refiere a la Zona Norte, definitivamente no puedes volver.
Penny también está llorando, no puedo seguir dándoles problemas, mamá está delicada todavía.
—Muchas gracias por su comprensión... —bebo un poco de té, para intentar calmarme—. Sinceramente no sé qué hacer, amo a Paul, pero saben que no puedo con las mentiras, además está lo de su hermana... Y no se preocupen, que no voy a volver a la zona, quiero alejarme un poco, con tantos problemas encima, tengo que ocuparme de mi vida, antes que otra cosa.
—Si eso quieres, te apoyaremos —Papá me abraza, haciéndome derramar algunas lágrimas—. No importa que no seas mi hija natural, sabes que te amo como si lo fueras, no solo porque se lo prometí a tu madre, sino porque de verdad te has ganado mi cariño, mi pequeña Scarlett.
—Siempre estaremos para ti, aún si decides irte con tu padre biológico... —murmura Penny, a mis espaldas—. Colin quiere que se hagan una prueba de ADN, solo para rectificar lo que dice la carta.
—Lo haré... —Me alejo de ambos, limpiando mis lágrimas con un pequeño pañuelo—. Quiero resolver esta duda de una vez por todas, y si él es mi padre, merece saberlo.
Después de un rato más de charla con mis padres, tomamos una merienda ligera, y nos disponemos a descansar, me esperan días difíciles.
Es miércoles por la mañana, quedo de verme con Carola, Mateo y James en mi casa, los pongo al tanto de lo sucedido; con Paul y el profesor Fritz, y de paso le informo a Carola que no asistere a la reunión con los chicos, pues quiero concentrarme en mis exámenes, ella es muy amable al mover la salida y esperar a que terminemos los exámenes, así es más cómodo para todos.
Por la tarde, mamá y Alan me acompañan al laboratorio, donde nos encontramos con Colin, nos hacemos la prueba de ADN, de la cual tendremos resultado para el lunes por la tarde.
Los siguientes días me concentro en los exámenes, de alguna manera me ayuda a tener la mente clara, porque aunque no quiera, tengo un asunto importante que resolver con Paul, pero no ahora.
Para el fin de semana viajo con mis padres a Santa Clara; papá contrató a más hombres para terminar pronto y mi casa está casi terminada, por ahora solo son tres pisos, pero para mi esta bien, es bastante amplia y solo falta que coloquen las puertas, ventanas, el techo del tercer piso y la pintura, tal vez este terminada para la próxima semana, justo para las semanas de descanso de febrero.
El lunes por fin obtengo mi respuesta, Colin Fritz es mi padre biológico. Por el momento hemos quedado de dejar las cosas así, hablaremos cuando termine el semestre, no queremos que cualquier cosa se malinterprete.
Las promociones de la línea Rosé, están por todos lados; los espectaculares de la ciudad están tapizados con mi rostro, y en la tv, hay varios comerciales con mi imagen; ahora todos saben que soy la nueva propietaria de la firma Rosé.
Definitivamente no merezco a Scarlett.
Por un momento pensé que su padre me golpearia, pero no fue así, ahora sé de dónde ha sacado su nobleza mi Scar.
Y aunque me duela, su padre tiene razón, solo le hago daño, no puedo seguir cerca de ella, creo que ambos sabíamos lo que sucedería al intentar unir nuestros mundos, y aún así nos arriesgamos... No contábamos con salir lastimados.
La amo, y ella me ama, pero a veces el amor no es suficiente para mantener una relación... Hace falta más que eso, mucho más que eso.
Lo intentamos, pero no funcionó, no era nuestro momento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro