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Capítulo 2

🍑

Creo que es momento de regresar a terapia.

Las pesadillas no paran y me siento muy triste sin Paul, desde que lo conocí se fue ganado un lugar en mi corazón, sé que lo que siento por él es muy real, un sentimiento puro.

Desde que regresamos de Nueva York, no ha dejado de mandarme mensajes, insiste en llamarme y estoy pensando seriamente en cambiar mi número de celular, pero no puedo, más bien, no quiero.

—¿Scarlett, sigues aquí? —La pregunta de James me regresa al presente, me he pasado la semana en estado zombi, solo caminando de aquí a allá, evitando lo más que puedo, hablar con Carola—. Tierra a Scarlett — chasquea los dedos frente a mis ojos.

—Lo siento... —bajo la mirada a mi cuaderno, no sé cómo tomé el apunte de la segunda clase, si sigo perdida en mis pensamientos—. ¿Qué decías? —pregunto frunciendo el ceño, Mat y James no toman clases conmigo, qué hacen aquí.

—Chica, te hemos buscado por todos lados —James recoge mis cosas y las guarda en mi bolsa, para después entregármela—. Vamos a la cafetería, tienes que comer algo...

—Si... claro... —asiento levantándome con pesadez.

—¿Estás bien nena? —Mat sostiene mi mano y salimos del aula.

—La verdad es que no... —suspiro mientras caminamos por el pasillo que da a las escaleras y bajamos del cuarto piso, hasta la primera planta—. He intentado mantenerme firme y todo estaba yendo bien, pero después de la preaudición todo se complicó... no puedo dejar de pensar en él... me siento muy triste, como si algo me faltara...

No fui capaz de hablar con Taylor honestamente sobre Paul, pero es la verdad, ese chico se metió en lo más profundo de mi alma, le entregué mi corazón y él solo lo pisoteo, pero que triste suena.

—No llores hermosa —James me toma entre sus brazos y acaricia mi cabello—. No puedes permitir que tu vida dependa de ese chico y mucho menos tu felicidad.

—James tiene razón mi Scarlett —Mat sostiene mi mano y me da un ligero apretón—. Ahora duele y contra eso no podemos hacer nada, tal vez en algún momento lo veas diferente, pero mientras eso sucede, nos tienes a nosotros nena, no estás sola.

Sinceramente no sé qué haría sin este par.

—Gracias chicos —Los abrazo fuerte e intento recomponerme—. Vayan yendo a la cafetería, yo necesito un momento en el tocador —pido sonriente.

—Claro nena, ordenare tu favorito —Mat me guiña un ojo y se va de la mano de James, quien me regala una sonrisa antes de alejarse.

Giro a mi derecha y camino por el pasillo hasta los aseos de chicas.
Me paro frente al espejo y limpio mis ojos con un pequeño pañuelo, aún no puedo creer que hace unos días mi hermosa cabellera llegaba hasta mi cintura y ahora solo rosa mis hombros, suspiro admirando mi reflejo, no me veo tan mal, aunque mi rostro se ve cansado y mi cuerpo ha perdido peso por el exceso de entrenamiento, pero no encuentro otra manera de despejar mi mente, por el momento la carrera es lo que me mantiene ocupada y ahora que lo recuerdo, invite a Paul a verme, me pregunto...

—Scarlett —Nora interrumpe mis pensamientos, se ve más delgada de lo habitual y aunque ella siempre ha sido una apasionada de la moda, no está vistiendo como lo haría normalmente, lleva puesto un conjunto de invierno de la temporada pasada de Celine—. ¿Cómo estás? —cuestiona retocando su labial rosado de Mac.

—Hola Nora... amm... supongo que bien... —Hace tiempo que no hablamos y no sé cómo comportarme con ella—. Ya sabes... haciendo cosas... estudiando, pensando en la competencia...

—No me refiero a eso —cierra su cosmetiquera y me ve a través del reflejo en el espejo.

—Entonces...

—¿Cómo estás después de los chismes que corren sobre ti? —pregunta bajando la voz, como si se tratara de un secreto, aunque evidentemente no lo es.

—¿De qué hablas? —cuestiono viéndola a los ojos—. ¿Qué chismes?

Hay algo de lo que me he perdido, hace mucho que no pongo un pie en ningún lugar de la alta.

—Las señoras del club... de los clubes... están hablando de ti, dicen que te has enredado con los chicos de los barrios bajos, que has andado con uno y con otro —Hace una mueca de asco y continúa con altanería—. Con esa gente sin oficio ni beneficio...

Abro la boca sorprendida.
«¡No puede ser!».

—¿Y tú crees en eso? —pregunto exaltada, es el colmo que ahora este siendo la comidilla en el cotilleo del club.

—Por supuesto que no, Scarlett —frunce el ceño con disgusto—. Todo empezó por la boquifloja de Lara, se la ha pasado alardeando sobre su relación con Drew y cómo lo ayudó a recuperarse, después de que lo cambiaste por ese chico que te vino a buscar aquella vez —Sus gestos faciales delatan el odio que siente por las clases sociales medias y bajas—. Las señoras que juegan con su madre al póker, fueron las primeras en enterarse...

«¡Esa Lara!».

Claro, tenía que ser ella, solo esa bruja se atrevería a algo así, lo que me lleva a la siguiente pregunta.

—Si sabes que es tan malvada ¿Por qué sigues siendo su amiga y no regresas con nosotros?

—Porque a pesar de todo, hay una parte de verdad en lo que está contando Lara —observa su reflejo en el espejo y se coloca de lado para inspeccionar su estómago—. Eres la novia de uno de esos pandilleros...

—¡Eso no es verdad! ¡Él no es un pandillero! —La interrumpo de inmediato—. Ya no es... él no es...

—Como sea... —regresa su mirada a mis ojos—. No importa que el apellido de tus padres sea de alto prestigio, lo manchaste y tu reputación está por los suelos...

Es verdad que el apellido de mis padres es de prestigio, para ser honesta es uno de los más importantes dentro del continente y para Nora, el estatus social de sus amistades, siempre ha sido más importante que cualquier cosa, si no fuese porque la madre de Mateo tiene un gran reconocimiento en el país, nunca se hubiese hecho amiga de él.

Es triste saber que a estas alturas de la vida, Nora siga siendo tan frívola e interesada, pero realmente yo no puedo hacer nada, es algo que ella tiene que aprender sola.

—Y no puedo permitir que me vean contigo... —Su discurso parecía bueno, pero ya no escuché la mitad por estar metida en mis pensamientos

No me extraña el descaro y la sinceridad con la que habla Nora, ella siempre ha sido así, pero sus palabras me duelen, sabiendo que Lara le ha llenado la cabeza de ideas.

—Además, Mateo y su chico han estado contigo por esos lugares, así que no puedo regresar con ustedes, no quiero que piensen mal de mí y mucho menos que crean que soy igual que tú —Me decepciona que pueda más su clasismo, que la amistad que una vez tuvimos—. No sé cómo es que tus padres no te han castigado por ello, es decir, son tan...

«¡Mis padres!».

—Ellos no lo saben —interrumpo su diálogo, tomándola por el codo—. ¿Ella se los dijo? —Por favor no, eso ya sería demasiado, lo que menos quiero es darle problemas a Penny en estos momentos, su salud está delicada y no puede recibir tantos sobresaltos.

—¡A-auch! —Me ve horrorizada, evidentemente ella no conoce esta faceta de mi—. ¡Scarlett, me haces daño! —intenta sacar su brazo de mi agarre.

—¡Responde Nora! —exijo soltándola, definitivamente está más delgada que antes—. ¿Ella te hizo esto verdad? —La señalo molesta, cómo no lo vi antes.

—Lara convenció a su madre, para que hablara con tus padres —contesta al fin, como si no fuese algo de importancia y se acomoda su bolsa en el hombro izquierdo—. Anyway... nos vemos luego.

Da media vuelta para retirarse, pero la vuelvo a jalar del brazo.

—¡Contesta mi pregunta Nora! —Levanto el tono de mi voz, no me interesa, al fin y al cabo nadie me escucha, ya que la música que proviene de la cafetería se oye hasta aquí, esto ya parece antro—. ¿Ella te está obligando a hacerlo?

—¿Qué cosa Scarlett? —cuestiona empujándome con molestia, solo señalo a su blusa, olvidó limpiar una pequeña mancha de bomito, Nora está siendo orillada a la bulimia por culpa de Lara, esto acaba de rebasar el límite—. A veces hay que hacer sacrificios para lucir hermosa; no es fácil tener una bonita figura, mis padres ya no quieren pagar otra lipo y no todas nacimos para correr Scarlett.

Dejo escapar algunas lágrimas, no puedo con esto, Lara se metió por completo en mi vida, está destrozando todo y no acabará hasta verme derramar lágrimas de sangre. Pero lo que no sabe, es que se metió con la chica equivocada, No pienso permitir que se salga con la suya, Lara no va a manipular mi vida.

—¡Esta vez no se salva! —salgo azotando la puerta y escucho a Nora gritar detrás de mí, pero no pienso detenerme, es momento de que alguien le ponga un "hasta aquí" a esa malcriada consentida—. Dónde estás alacrán... —susurro para mí, mientras escucho a Selena Gómez a medio cantar Rare, a través de las bocinas.

Una vez que localizo a mi víctima, quiero decir, a mi enemiga, camino derecho hasta ella. Perfecto, está sentada en la mesa central del lugar, acompañada de sus secuaces, ideal para que todos admiren el espectáculo.

Alcanzo a ver por el rabillo del ojo, cuando Mateo y James se ponen de pie al notar hacia dónde me dirijo.

—¿Se te perdió una como yo? —pregunta Lara burlona al notar que la observo sin pestañear, y con eso ya tengo la atención de algunos presentes.

Llego hasta su mesa y tomo la charola de comida frente a ella, aunque no hay mucho en ella, su hermoso conjunto de Dolce & Gabanna está lleno de ensalada y sobras de espagueti.

El silencio se ha hecho en la cafetería, solo se escucha la música amenizando el momento, nada más y nada menos que mis adoradas chicas de Blackpink, cantando Pretty Savage.

Sé que todos nos observan, pero ya estoy harta de la gente que cree que puede manejarme a su antojo, que por ser una señorita no puedo defenderme, estoy cansada de vivir de las apariencias.

—¡¿Qué te pasa maldita loca?!

—¿Qué te pasa a ti?

—¡¿Si sabes que esto cuesta más que la maldita moto, de tu maldito novio?!

—¡Pero no más que la vida de mi amiga y la salud de mi madre!

Comienzo a tomar todo lo que encuentro en la mesa y solo pienso en seguir ensuciando su ropa.

Lara es aún más superficial que Nora y si hay algo que le duela mucho, es quedar en ridículo frente a los demás.

¡Sí! Sé que no soy la sobrina del tío Escobar ni mucho menos, pero esta es mi forma de cobrarme todo lo que me ha hecho Lara desde que la conocí, y también sé que pensé que la vida se lo iba a cobrar, pero la vida ya se tardó y mi paciencia ha llegado a su límite.

—¡Ahora sí que enloqueciste Scarlett! —Toma un vaso de agua e intenta arrojármelo, pero la esquivo y me aviento a través de la mesa, hasta que la tomo del cabello—. ¡Suéltame desquiciada!

—¡No, hasta que prometas que vas a arreglar todo el desastre que causaste y aceptar que eres una mentirosa! —La jalo hacia mi dejándola acostada sobre la mesa, sus amigas intentan hacer que la suelte, mientras los demás alumnos animan la pelea—. ¡¿Cómo pudiste ser tan venenosa!? No tienes idea del daño que has hecho... por tu maldito egoísmo...

—¡Ya suéltala, Scarlett! —escucho a sus amigas gritar y ambas me toman de los brazos, entonces Lara aprovecha la oportunidad y se arroja sobre mi.

Estamos en el suelo, no pienso soltar su asqueroso cabello falso, hasta que ella no suelte mi hermosa melena castaña.

—¡Ustedes no se metan! —Mat y James llegan a jalar a las secuaces de Lara, dejando pareja la pelea.

—¡No importa lo que haga, la alta sociedad ya está hablando de ti! —Se ríe a carcajadas sobre mí. Le suelto una fuerte bofetada y me observa furiosa—. ¡Hay Scarlett McCarthy! No cabe duda que eso de andar por los barrios te vuelve igual que ellos, una cavernícola inculta, una callejera...

—¡No voy a permitir que sigas hablando mal de mí! —ruedo sobre el piso empujándola para quedar sobre ella—. ¡Estás idiota si crees que vas a seguir tirando tu veneno en mi contra y no pagar por ello! —La tomo por el cuello y ella sostiene mis brazos luchando por su libertad.

—¡Detente maníaca!

—¡Scarlett, suéltala ya! —siento las manos de Drew jalándome por la cintura.

«¿Y ahora este qué se ha creído? I'm sorry, pero no pienso hacerte caso».

—¡Te has metido con mis seres queridos; mis padres, Nora, mis mejores amigos y eso no se va a quedar así! —aprieto fuerte su cuello y escucho a los presentes gritar de sorpresa a mis espaldas.


Han pasado varios días desde la última vez que estuvo aquí, debo admitir que me muero de ganas por verla, no he podido dejar de pensar en ella desde que Carola nos la presentó.

Parecía una muñequita de pastel, con su hermoso vestido y su increíble personalidad, desentonando con aquel pobre lugar.
Resultó ser más de lo que se veía a simple vista y sé que Paul logró enamorarla, pero la jodio y ahora es mi momento de hacer mi luchita.

Quiero que Scarlett sea mi novia.

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