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Sale a toda prisa de mi habitación, dejándome con cientos de emociones encontradas.

«No me siento mal, pero tampoco me siento bien, simplemente el beso no ha sido correcto».

—¡Mami, estas señales me confunden!

Declaro viendo a las estrellas. No quiero destrozar una amistad de años, Paul e Iván son como hermanos, y no me gustaría saber que, por mi culpa... esa hermandad se vea afectada.

Camino pensativa a la ducha, tomo un buen baño y me dispongo a dormir, ha sido un día cansado, tantas emociones encontradas, es imposible que una persona pueda sentir tantas cosas, y ni una a la vez.

—¡Scarlett!

Levanto la cabeza, en cuanto escucho la voz de mi madre, llamándome desde la puerta.

—¿Qué sucede? —pregunto sentandome en la cama.

—Mañana temprano salimos a Londres —informa entrando a mi armario.

La veo sacando una maleta y metiendo ropa sin parar.

—¿Londres?

—Tu hermano va a pedir la mano de Cloe formalmente, tenemos que...

Se detiene en cuanto poza la vista en mi.

—¿Qué? —cuestiono volteando a mis espaldas.

Tal vez es un fantasma.

—¿Qué le hiciste a tu cabello? —camina hasta mi con paso decidido.

Su cabeza esta cubierta con una pañoleta, trae puesto un conjunto de Dolce & Gabbana.
Sus ojos me ven desconcertados.

Nunca he sido buena mintiendo.

Así que, he tenido que contarle toda la verdad a Penny, quien me ve con la boca abierta, después de escuchar toda la historia de lo que me ocurrió aquella noche en la Zona Norte.
Claro, omitiendo ciertos detalles, como el echo de que, Paul nunca llegó a buscarme.

—No puedo creer que hayas roto tu promesa —limpia sus lágrimas, sin apartar la vista de mi.

—Yo nunca hice una promesa...

—No importa... Scarlett... Date cuenta de lo que esta pasando, mira lo que te han echo por desobedecer...

—No pueden prohibirme nada, además... Ya te dije que solo fui a casa de Carola, como no llevaba mi auto, tuve que regresar a pie...

—No quieras cambiar las cosas —interrumpe poniéndose de pie—. Si te quitamos el auto, fue justo para que no fueras a ese lugar.

—Y si me pasó, lo que me pasó, fue porque no tenía transporte para regresar...

—¡Ese no es pretexto! —Se ve molesta, y tiene razón—. ¡Pudiste haber llamado un taxi, pedirle a Carola que te acompañara, no sé, cualquier cosa en lugar de caminar...

—Lo siento, no lo pensé en el momento.

Bajo la mirada a mi regazo, no quiero pelear con ella.

—Ese es el problema, Scarlett —camina hasta la puerta—. Últimamente no piensas las cosas, por eso nos vamos de viaje, te servirá para que te despejes...

—Yo no voy —declaro cruzando los brazos.

—No es pregunta, Scarlett —Me ve decidida.

—¡Mamá! Ya no soy una niña...

—¡Entonces, deja de comportarte como tal! —sale enojada, dando un fuerte portazo.

«Creo que esta vez me he equivocado».

Vuelvo a recostarme, intentando conciliar el sueño.

—Esto no debió suceder...

Murmuro en la oscuridad, para dejarme llevar por el sueño.

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—Cambia esa carita, Scarlett —Me pide Cloe, cuando tomamos asiento en el jet privado de sus padres.

—Lo siento Cloe, no pienses que no quiero ir, pero ya tenia planes —confieso viendo por la ventana.

—Scarlett —Penny llama mi atención.

Papá y mamá toman asiento al otro extremo del jet, mientras que, Tay se sienta frente a nosotras.

—¿Qué mamá? —cuestiono volteando a verla.

—Siéntate con nosotros, deja que Cloe y Taylor estén solos —pide amablemente.

Pero sé que es un castigo, por lo mal que me he portado, no puedo creer que tenga razón, y yo siga siendo una niña.

—Enseguida —acepto de mala gana.

Cloe se pone de pie para dejarme pasar. En cuanto llego al asiento, me acomodo con los audífonos puestos y me quedo dormida.

—Scarlett... —escucho a mi padre llamándome.

—¿Ya llegamos? —pregunto quitandome los audífonos.

—Si, pequeña —responde poniéndose de pie—. Ponte el abrigo, que está helando afuera.

Bajamos del jet, directo a una limusina que nos lleva justo a la mansión de los Cook.

—¡Bienvenidos! —Nos reciben los señores Cook.

—Ellos son mis padres, el prestigioso Chef William Cook, Y su encantadora esposa, la diseñadora Astrid Cook —presenta Cloe orgullosa.

William Cook; es un hombre alto y delgado, bien parecido, su cabello castaño le brinda juventud, haciendo juego con sus encantadores ojos verdosos, los cuales ha heredado su hija. Por otro lado, Astrid Cook, lleva una hermosa y larga melena rubia, a juego con unos brillantes ojos aceitunados, que contrastan perfectamente con su piel blanca. Esta es una verdadera pareja de ensueño. 

—Es un gusto conocerlos —expresa mi padre, estrechando la manos de ambos.

—Ellos son los señores McCarthy —Cloe vuelve a tomar la palabra—. El renombrado cirujano John McCarthy, y su esposa, la abogada Pennelope Fuentes.

—El gusto es nuestro —Astrid tiene un buen sentido de la moda, seguro que se llevaría muy bien con Mateo—. ¿Y está encantadora jovencita? —cuestiona pasando su atención a mi.

—Ella es mi hermana —Taylor toma mi mano para acercarme a ellos—. Scarlett McCarthy —presenta orgulloso.

—Que bonito nombre —Me saluda el señor Cook.

Después saludo a su esposa, mostrándoles la mejor de mis sonrisas.

Todos caminamos por el recibidor, hasta llegar al segundo piso, donde nos muestran las habitaciones. Los señores Cook nos dan un momento para instalarnos, así que me apresuro a sacar mis cosas de la maleta, y las acomodo en el armario.

—¿Podemos hablar? —pregunta papá, entrando a mi habitación.

—Claro —respondo sacando el ultimo par de zapatos de mi maleta.

—¿Qué está pasando, Scarlett? —cuestiona sentándose en la cama—. Puedo notar la tensión entre Penny y tú.

—Penny esta molesta por todo lo que ha pasado —respondo sentandome a su lado—. Porque los desobedeci... Regrese a la Zona Norte...

Decido contarle la verdad, después de todo, nunca hemos tenido secretos, papá y yo, compartimos un lazo especial.

—¿Y el detective no te ha llamado? —pregunta con interés, a comparación de mi madre, papá es más tranquilo y razonable.

—No, y sinceramente... tengo miedo de saber, quiénes fueron los que me intentaron lastimar.

—¿Tu madre sabe esto? —cuestiona frnciendo el ceño.

—Le expliqué todo, menos está parte... Solo le dije que habían intentando asaltarme, pero no le dí los detalles... No quiero que piense, que Paul tiene algo que ver, estoy segura de que me pediría no volver a verlo.

—La conoces bien... —murmura acariciando mi cabello—. Quieres mucho a ese muchacho, ¿verdad? —Su amplia sonrisa me agrada.

—Demasiado... —confieso con seguridad—. Paul, me ha enseñado lo que es el verdadero amor, ¡Papá, estoy muy enamorada!

—Ha, ha —Me abraza con fuerza—. No sé en qué momento creciste tanto, mi pequeña Scarlett.

—¿No estás molesto? —pregunto levantando la mirada.

—Para nada corazón, solo entiende a Penny, sabes que es sobreprotectora, y solo quiere tu bienestar.

—Lo sé papá, pero Paul no me hará daño.

—Tal vez él no, pero sabes que la Zona Norte es peligrosa, eso es a lo que le teme Penny.

—Entiendo... —salgo de sus brazos—. Después de lo que sucedió, no tengo muchas ganas de regresar.

—Confío en ti, Scarlett, sé que no vas a hacer nada que atente contra tu vida —Me regala un pequeño beso en la frente—. Ahora arreglate.

Asiento con una gran sonrisa.
Siempre es bueno tener a alguien a quien contarle tus problemas, y que mejor que sea alguien que te conoce bien.

Camino directo al armario, voy a disfrutar mis días aquí, después de todo, merezco este descanso, además, Taylor lo merece, y después de año nuevo, regreso a casa, justo como lo acordé con Penny, necesito preparar una gran coreografía para mi audición.
Después de la cena con la familia Cook, Astrid me lleva a su estudio, tiene un hermoso lugar, en donde surgen todas sus ideas.

—Gracias por el vestido, Astrid —tomo el pequeño maletin, en donde ha guardado un bonito vestido, de una de sus exclusivas colecciones, es perfecto para mí audición—. Cuando Mateo lo vea, me va a envidiar.

—No agradezcas, pequeña —menciona mientras caminamos al jardín, donde ya están todos reunidos—. Ya quiero conocer a ese amigo tuyo, seguro que nos entendemos bien.

Salimos a tomar un café caliente, mientras intentamos conocernos. Hace mucho que no pasaba tiempo conociendo a nuevas personas, y los padres de Cloe son muy agradables. Han echo buena amistad con mis padres.

Después de un buen rato, cada uno sube a su habitación.
Mi celular timbra, en cuanto pongo un pie dentro, no lo he revisado desde que salimos de casa.

—Debe ser Paul...

Tomo el móvil para revisarlo, me ha llamado veinte veces, hay seis mensajes en la bandeja de entrada.

Hola mi muñequita, espero que hayas pasado una bonita navidad. Te pido disculpas otra vez, no quiero que pienses que no me importas, al contrario, pienso en ti, todo el tiempo
Te quiero mucho, hermosa.
Siempre tuyo, Paul.
💙💙

2:30am

Sé que ya es tarde, pero en cuanto puedas, contestame, hazme saber que no estas molesta.

Te quiero mucho, Scar.

Siempre tuyo, Paul.
💙💙

5:50am

Por fin voy de regreso a la ciudad, esto de no poder estar con Scar, me está matando.
Lo único que quiero es verla, poder tocarla, y robarle uno que otro beso.

¡No lo puedo creer!
Sueno como un verdadero idiota enamorado esto es lo que provocas en mi, Scar.

Ya quiero llegar, tengo que averiguar si Iván se portó bien.